Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
La concentración de cientos de miles de personas —estimada en alrededor de 600 mil— que se reunieron en el Zócalo de la Ciudad de México para conmemorar el séptimo aniversario de la transformación, sepultó por completo la versión opositora de que los jóvenes rechazaban a la presidenta. Ocurrió exactamente lo contrario: la mayoría de los asistentes pertenecían a lo que se ha denominado la “generación Z”, es decir, jóvenes menores de 30 años.
El tema adquiere una relevancia superlativa cuando se considera que en 2027, en la elección federal intermedia —concurrente con comicios en la mayoría de las entidades—, será ese grupo etario el que defina el resultado.
Es irrefutable: la juventud está con Sheinbaum y con su movimiento, mientras que a la oposición, rabiosa, sin propuestas y con un discurso de odio, la observa con desconfianza y hasta con desprecio.
No debería sorprender. Desde 2024 se mantiene la consistencia del apoyo joven a Morena y a Sheinbaum. De acuerdo con un análisis de la plataforma Saber Votar y la consultora Parámetro Investigación, los jóvenes de 18 a 19 años votaron por ella en un 48 por ciento, y obtuvo también el 51.2 por ciento del voto de quienes tienen entre 20 y 30 años.
El voto joven es considerado, tradicionalmente, como el más cambiante en las urnas. Hoy representa más de la cuarta parte de toda la lista nominal.
Bajo esa proyección, la importancia de que ese sufragio esté anclado en una preferencia disminuye gravemente las posibilidades de que la oposición se vuelva competitiva en las elecciones intermedias. Si tiene alguna posibilidad de encaminarse hacia 2030, es ganando en 2027.
Las cifras de aprobación ciudadana a la presidenta —que van del 70 al 75 por ciento, dependiendo del estudio— muestran que ese escenario luce muy difícil.
A ello se suma que los jóvenes, en su contundente mayoría, no están con la opción que representan PAN, PRI y Movimiento Ciudadano.
Por eso, en su marcha de hace unas semanas, los líderes opositores intentaron proyectar la imagen de que cuentan con el voto juvenil. Sin embargo, esa narrativa quedó absolutamente sepultada con la asistencia masiva a la concentración del domingo, encabezada por la presidenta de la República.
En su discurso, Sheinbaum dedicó unas palabras a esa falacia opositora:
“Una mentira más —dijo—: que ‘no se apoya a los jóvenes’. ¡Falso! Ellos fueron quienes cerraron los espacios para la educación y el empleo, cuando llamaron ‘rechazados’ o ‘ninis’ a miles. Ahora hay becas, se construyen más escuelas y se apoya a los jóvenes que construyen futuro”.
Los números son fríos.
La concentración del sábado fue contundente.
@Alvaro_Rmz_V
