La editorial escribe Jesús Olmos
Sobre la apariencia, formas y dichos del senador Gerardo Fernández Noroña se ha dicho mucho. Se puede o no compartir su modo y forma, pero nunca requirió del insulto para ser un crítico álgido, repudiado y odiado por sus opositores.
La mañana del domingo un grupúsculo de ciudadanos, hizo evidente el daño que le han hecho personas como la senadora Lilly Téllez, critica furibunda de Noroña, al debate público.
Ahora resulta que es a insultos y mentadas como se va a recomponer el camino para los opositores a todo lo que huele a Cuarta Transformación.
La mentada grupal, no tiene otro sentido más que el de ofender al de enfrente, pero para este caso, exhibe mucho más al que la dice que el que la recibe. Los aleja del intercambio de ideas, para meterlos en una pelea de borrachos.
@Olmosarcos_