La editorial escribe Jesús Olmos
Los puristas del catolicismo no alcanzarán a comprender que así como para muchos el 12 de diciembre, fecha en que se conmemoran las apariciones de la Virgen de Guadalupe, pueden llegar a ser el peor día del año para otros.
Mientras algunos practican sus conmemoraciones religiosas con fe y devoción, otros no alcanzan a comprender el daño que pueden ocasionar sus expresiones en los demás, como el uso de pirotecnia.
No solo hay miles de personas que no tolera el tronido de los cuetes y los bombazos que se lanzan como señales de “amor al prójimo”, sino también especies de aves, perros, gatos y otros animales que sufren por la inconciencia de algunos.
Aquello de la creencia de una madre que cuida a todos y los protege desde una posición de amor, es un discurso vago para quienes su capacidad intelectual no alcanza a comprender que si un festejo daña a un tercero, en realidad es una tragedia.
@Olmosarcos_