La Editorial escribe Fernando Maldonado
Los servicios de emergencia en la capital de Puebla realizaron maniobras para rescatar el cuerpo de un hombre sin vida en una alcantarilla que se localiza justo debajo del puente vehicular que comienza sobre el Circuito Juan Pablo II a la altura de Sam’s La Noria y termina en el bulevar Atlixcáyotl.
Aunque no se ha revelado la identidad de la persona que se encontraba en el subsuelo, es de suponerse se trataba de quien por meses habitó en esa parte baja del puente, sin hogar, familia ni alimento. Fue parte del paisaje urbano en una gran metrópoli como la nuestra, en donde el surgimiento de los sin casa se multiplican ante la indiferencia de la sociedad en general.
Decir que la muerte acecha a todo ser vivo, es un cliché que deja de serlo ante la deshumanización por casos como el del muerto en la alcantarilla, sometido al padecimiento de las bajas temperaturas, sin un alimento caliente o una cobija para protegerse de un frío que llegó a registrar una sensación térmica de 2 o 3 grados en los últimos días.
Nadie extrañará a ese difunto.
