La editorial escribe Jesús Olmos
Como en cualquier emergencia, las lluvias que azotaron los estados de Puebla, Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo y Querétaro, en mayor medida, pero que terminaron por impactar a 31 entidades en todo el país, exhiben errores y aciertos de los gobernantes.
En Veracruz, a la par de la trágica realidad de Poza Rica y Álamo, en las redes sociales un grupo de odiadores de la gobernadora Rocío Nahle y cualquier cosa que haga su Gobierno criticaron el tipo y color de zapatos que utilizó ella y su secretaria de Protección Civil para ir a la zona siniestrada.
En Puebla, los “haters” de todo lo que hace el gobernador Alejandro Armenta, fustigaron la publicación de sus videos con respecto a la atención a los damnificados y la tragedia que se vive.
Poco o nada hablaron de la efectiva coordinación entre instituciones, de la cercanía de los mandatarios y de la presidenta Claudia Sheinbaum, y de la estrategia de priorizar la vida, el restablecimiento de cierta normalidad y luego el censo de apoyos.
@Olmosarcos_