La editorial escribe Jesús Olmos
Con toda la desconfianza que los mexicanos tienen con las fuerzas de seguridad, siempre señaladas por abusos y corruptelas, por historias negras como la de Durazo o Genaro García Luna, la Marina era un baluarte.
Se le encomendaron las tareas de seguridad más complejas, las que requerían de cierta técnica y especialización, desde cuidar a presidentes y a dignatarios, hasta realizar operaciones para detener a líderes de la delincuencia.
Ahora la Marina se debate entre sus actividades en seguridad y la trama de huachicol fiscal que fue denunciada internamente.
Las instituciones no se corrompen, son las personas las que se corrompen, pero también es cierto que esas personas si pueden manchar a una institución y ponerla en el terreno de la duda.
@Olmosarcos_