Parabólica.MX escribe Fernando Maldonado
Según una encuesta realizada por Populus de noviembre, reproducida por polls.mx, Alejandro Armenta se colocó como el gobernador de Morena mejor evaluado con 69.6 por ciento de aprobación.
De acuerdo con esta medición, está por arriba de Mara Lezama de Quintana Roo, con 67.2 por ciento; y Alfonso Durazo, de Sonora con 66.8 por ciento.
La vitrina metodológica de Populus, dice la propia publicación, se obtuvo de un total de mil encuestas en cada una de las entidades, realizadas en el mes de noviembre y tiene un grado de error de 4 por ciento.
La medición coloca al mandatario poblano por primera vez por arriba de una autoridad panista, como Tere Jiménez de Aguascalientes que obtuvo 69.3 por ciento y se colocó por debajo de un priista como Manolo Jiménez de Coahuila con 70.1 por ciento, según esta medición.
Citar los números de Populus es indispensable en la coyuntura poblana, ante la proximidad del primer informe de trabajo del mixteco que se impuso en la interna de Morena hace dos años cuando dejó en el camino a su primo, el senador Ignacio Mier y los millones de pesos que apuntalaron sus aspiraciones para ser candidato en 2023.
Las encuestas, cuando son hechas con rigor y sin afanes de promoción personalizada para promover aspiraciones ulteriores suelen ser instrumento útil para pulsar el humor social respecto de temas que están en la epidermis de la sociedad.
Armenta Mier ha transitado su primer año de trabajo al frente del gobierno poblano con una visión que obedece a su formación como persona en un entorno político que no ha sido fácil.
Suele repetir que desde niño se le instruyó a ser útil, acomedido y agradecido y que no aspira a otra posición que ser un gobernador bien evaluado por los poblanos.
La valoración que de su desempeño tenga la gente supone tomar decisiones y la actuación desde una posición de poder abre frentes como los que se han advertido en el primer tramo de gobierno.
De los que más ruido en la esfera mediática produjeron están el diferendo que se abrió con Grupo Posada, un consorcio familiar que ha acaparado tierras, dinero y poder casi desmedido.
Señalar en público a ese y otros poderes fácticos, acostumbrados a operar desde las sombras para obtener prebendas o ampliar cotos de poder tiene consecuencias.
Armenta lo hizo y fue objeto de una feroz campaña mediática desde el centro del país que no podría entenderse sin el financiamiento con dinero de los oligopolios que difícilmente muestran el rostro.
A los grupos de poder tradicionales, protegidos por el establishment que prohijó el PRI y el PAN cuando fueron gobierno hay que añadir las críticas hechas desde la misma izquierda y que suelen obedecer a intereses de grupo.
La crítica por el uso de los helicópteros que posee el gobierno del estado y la utilización de un edificio como el Centro Integral de Servicios, símbolos de la fatuidad de los gobiernos del PAN -Moreno Valle y Gali Fayad- no es sino el resultado de un gobernador menos dogmático y más ejecutivo en la acción.
Dispuesto a realizar faenas comunitarias y a entrar a los pueblos y comunidades para evaluar condiciones reales de infraestructura, servicios y en general los pueblos, como no se había visto antes.
Es tal vez a esa trepidante manera de conducir el gobierno que Populus haya colocado a un gobernador, ciertamente polémico, como el mejor evaluado por ahora.
@FerMaldonadoMX
