Parabolica.MX escribe Fernando Maldonado
No hay peor certeza que la que establece que aún en medio de la pesadilla que supone la política antinmigrante del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, materializada en acoso, razzias y encarcelamientos, se puede alcanzar el american dream.
Un espejismo en el que la grandeza es inexistente por las condiciones de trabajo por obliga a ocupar el último escalón de una pirámide en un modelo económico que privilegia la ganancia por encima de la dignidad de la clase trabajadora; obreros, labriegos o personal de aseo, todos están al final de la cadena productiva.
Los ejemplos están a tiro de piedra, en el vecindario, el negocio familiar o entre los cercanos en todo microcosmos.
Una joven mujer poblana y madre soltera, asumió que, en medio de ese contexto de hostigamiento, podría encontrar mejores condiciones de vida en aquel país en el que latinos y mexicanas sin documentos no son bienvenidos por una administración hostil frente al fenómeno de la migración.
Circunstancia que encierra una paradoja en el nuevo mundo desde que Trump endureció el discurso en contra de los inmigrantes: terminó por encarecer el costo del precio que cuesta viajar sin documentos para buscar trabajo en el vecino del norte.
La poblana que apostó dinero, tranquilidad y familia a cambio de un mejor ingreso para el sostenimiento familiar debió pagar un anticipo de 150 mil pesos a cambio de ser llevada a la falsa tierra prometida que significara certeza económica con dos hijas, una en edad de estudios de secundaria y la otra, en la universidad.
Nada de eso se cumplió porque los Servicios de Control e Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) la detuvo hasta en dos ocasiones de igual número de fallidos intentos por ingresar a suelo norteamericano.
Fue detenida, maltratada y sin alimento luego de días de confinamiento, regresada a la frontera sin la esperanza inicial, sin dinero y endeudada.
Los polleros que ofrecieron llevarla por Ciudad Juárez hasta la ciudad de Nueva York se quedaron con el dinero que, con esfuerzo y préstamos, consiguió reunir de un total de 300 mil pesos que costaría el traslado, costo promedio que las pandillas de polleros fijan frente a las necesidades para quienes apuestan por la aventura migrante.
No sólo no llegó a la ciudad santuario en la que miles de poblanos han hecho vida a costa de sacrificios indecibles, sino que ahora estará obligada a cumplir con los compromisos económicos hechos en la zona sur de la capital, antes de su frustrado viaje.
Con su política de cero tolerancia, el presidente norteamericano disparó las ganancias de las bandas de polleros que operan desde los estados del país y las que operan en la franja de la frontera norte. Si el costo promedio era de 200 mil pesos, Trump contribuyó a incrementar los precios que ahora son exorbitantes.
La gran tragedia de unos, es bonanza para otros. El Observatorio de Migración Internacional estableció que de enero de 2024 al mismo mes de 2025 se reportaron un total de 19 mil 678 encuentros de migrantes mexicanos en la frontera norte, con una tendencia a la baja, pero con una mayor utilidad para los traficantes de personas.
La tragedia que vive la protagonista de esta columna es la de miles de personas que aún acarician la esperanza de un mejor futuro en un país hostil, ajeno al dolor humano.
@FerMaldonadoMX
