Historias de un joven reportero, escribe Gerardo Ruiz
Que la llamada Ley de Ciberseguridad en Puebla es un atentado a la libertad de expresión y un traje a la medida para periodistas incómodos, usuarios de redes sociales u opositores.
Mentira: El principal objetivo de las reformas y adiciones a los códigos Civil y Penal del estado, impulsada por José Luis García Parra y respaldada por el gobernador Alejandro Armenta, es proteger a todos los poblanos de delitos cibernéticos bastante delicados como el grooming, smishing, phishing, pharming vishing, evil twins y el hacking.
El propio Armenta Mier en su última mañanera del jueves refrendó frente a los compañeros de la fuente política y de gobierno que su administración siempre será respuestuosa de la libre prensa, expresión y pensamientos, además de que, como mandatario, siempre será un protector del oficio periodístico.
“La crítica nos sirve y construye”, reafirmo Alejandro Armenta al tiempo de reiterar que el derecho a la libre expresión está intacto y garantizado en Puebla.
Que el artículo el Artículo 278 Decies del Código Penal de Puebla, bautizado como #LeyCensura, que ahora también abarca los delitos de usurpación de identidad, espionaje digital y ciberacoso pretende erradicar las críticas a los políticos, gobernantes y gobiernos bajo la amenaza de ser encarcelado o sancionado económicamente.
Mentira: Este artículo, en efecto, contempla que el delito de ciberasedio, es decir, usar las tecnologías de la información como redes sociales para insultar, injuriar, ofender, agraviar o vejar a otra persona, se pague con una pena de once meses a tres años de prisión. Además, tendrá la sanción de una multa de 50 a 300 días del valor diario de la Unidad de Medida y Actualización, pero no es una mordaza para ciudadanos o periodistas.
En realidad, lo que este controversial inciso, que ha desatado diversas críticas y alertas de la oposición, agrupaciones nacionales e internacionales de periodistas y hasta de la ONU en México, no es una mordaza ni para la prensa ni para los ciudadanos, quienes podrán seguir lanzando y hasta insultando a la clase política de Puebla, sino, más bien, es para proteger a las infancias y a la ciudadanía en general de cualquier tipo de acoso, asedio o bullying, que podría generar graves daños psicológicos, físicos o, incluso, terminar en un suicidio, como ya ha sucedido en el estado.
Que la Ley de Ciberseguridad en Puebla es un asunto de interés general del que todos en el estado y en el país están hablando y que ha generado una opinión negativa irreversible para Morena, el gobernador Armenta, García Parra y el resto de la 4T en la entidad.
Mentira: Una encuesta realizada por la firma Rubrum, una de las más certeras en la última elección presidencial, revela que de dos mil encuestados, casi el 70% afirma que la Ley de Ciberseguridad en Puebla trata de “castigar delitos como el ciberacoso, insultos y contenido sexual para menores”; mientras que apenas el 18% mencionó que esta legislación es para “censurar la libre expresión”; y el 15% aseguró “no saber con exactitud de que trata la ley”.
El estudio de Rubrum también echa por borda el argumento de la oposición y de otros periodistas malversados y oficiosos que aseguran que Puebla está en la mira nacional e internacional, pues apenas el 54.4% no conoce la ley y el 45.6% sí dijo hacer escuchado sobre ella.
Además, la encuesta muestra una buena aceptación a la Ley de Ciberseguridad, pues el 60.7% de los entrevistados dijo estar a favor de ella y solo el 28.6% aseguro que no está a favor, porque es “censura”.
Que los diputados locales, la presidenta del Congreso Laura Artemisa García y la comunicación del Poder Legislativo se equivocaron en apresurar el proceso legislativo, el estudio, debate y mejoras a la iniciativa y en aprobarla en fast track. Además de no abrir a toda la sociedad y periodistas los foros para analizar las reformas a los códigos Civil y Penal de Puebla.
Verdad: Como lo comenté en la última entrega de esta columna, García Chávez y la coordinadora de Comunicación del Congreso, Jessica Baltazares, cometieron el craso error de simular aseo durante la presentación y discusión de esta ley en el Legislativo y apertura en los acercamientos que ya tuvieron con algunos reporteros de la fuente, directores, dueños de medios y periodistas, que fueron seleccionados o vetados dependiente las filias o fobias.
Que la Ley de Ciberseguridad no se puede tocar ni reformar y mucho menos derogar o abrogar.
Mentira: El propio gobernador Armenta ya abrió la posibilidad de reformar la legislación recién aprobada el 13 de junio, al asegurar que se atenderán las recomendaciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien dijo que uno de los principios de Morena es “prohibido prohibir” y “siempre respetar la libertad de expresión y estar en contra de la censura”.
“Las leyes son perfectibles”, aseguró el mandatario poblano con lo que dejó más que claro que la Ley de Ciberseguridad puede ser parchada, mejorada o hasta abrogada para presentar una nueva con las propuestas de todos los ciudadanos.
Si bien la verdad no es absoluta tampoco se puede seguir mintiendo ni jugando con la inteligencia de los poblanos.
No existe una #LeyCensura, esa es una verdad absoluta.
La Ley de Ciberseguridad en Puebla busca acabar con los delitos en internet y redes sociales contra menores y adolescentes: otra verdad rotunda.
Mentiras habrá muchas.
También es innegable.
Porque en la era de las redes cualquier mentira puede hacerse verdad.
@GerardoRuizInc