El rápido derretimiento del hielo marino pone al pingüino emperador al borde de la extinción antes del fin del siglo
La población de pingüinos emperador en la Antártida está disminuyendo más rápido de lo que anticipaban algunas de las proyecciones más pesimistas. Un nuevo análisis de imágenes satelitales sugiere que el número de estas aves cayó un 22 % entre 2009 y 2024 en un sector clave del continente, que abarca la península Antártica, el mar de Weddell y el mar de Bellingshausen.
Esta cifra contrasta con una estimación anterior —entre 2009 y 2018— que reportaba una reducción del 9.5 % en toda la Antártida. Expertos del British Antarctic Survey (BAS) evalúan si este descenso en una zona limitada refleja la situación general del continente.
El doctor Peter Fretwell, especialista del BAS, comentó: “Existe bastante incertidumbre en este tipo de trabajo, y lo que observamos en este nuevo recuento no necesariamente representa al resto del continente. Pero si es así, es preocupante, ya que el declive es peor que las proyecciones más pesimistas que tenemos para los pingüinos emperador en este siglo”.
Proyecciones basadas en modelos informáticos indican que la especie podría acercarse a la extinción hacia el año 2100, si continúan las tasas actuales de calentamiento global. El doctor Fretwell y su equipo publicaron su investigación en la revista Nature Communications: Earth & Environment.
El rápido calentamiento del clima representa un reto particular para los pingüinos emperador, debido a su dependencia del hielo marino estacional. Esta especie utiliza el hielo congelado alrededor de la costa antártica como plataforma para aparearse y criar a sus crías. Dicho hielo debe mantenerse estable durante unos ocho o nueve meses al año.
Sin embargo, la tendencia reciente muestra que el hielo marino en muchas regiones del continente se ha vuelto irregular y poco confiable, lo que probablemente afecta el éxito reproductivo.
El nuevo estudio amplía el análisis hasta 2024, pero sólo para el área comprendida entre los 0 y los 90 grados de longitud oeste, desde la Tierra de la Reina Maud hasta el mar de Bellingshausen, abarcando toda la península Antártica. Esta zona, de 2.8 millones de kilómetros cuadrados —más de 11 veces el tamaño del Reino Unido—, alberga aproximadamente 30 % de la población mundial de emperadores.