Con más perspectiva escribe Leticia Montagner
José Mújica, un izquierdista coherente y con convicciones falleció el 13 de mayo a los 89 años y ha dejado un ejemplo al mundo, sobre todo a aquellos que pregonan la igualdad, de vivir conforme se piensa y no lo hacen. Fue guerrillero, pasó 13 años en mazmorras militares, Diputado, Senador, Ministro, Presidente de Uruguay, estrella de la política mundial y el Mandatario más pobre del mundo.
No es extraña esa sensación de vacío para aquellos que lo conocían de verdad. Hoy les falta alguien y lo sienten de verdad.
De acuerdo Gerardo Caetano, historiador uruguayo, autor del libro: José Mujica. Otros Mundos Posibles publicado por Editorial Planeta, habló sobre su condición de gobernante, no le gustaba mandar y menos gestionar; le costaba administrar sus emociones, odiaba el cálculo y su verborrea cotidiana a menudo lo hacía olvidar aquel dicho sabio sobre que un gobernante también gobierna cuando habla.
Sin embargo, era muy pragmático, sabía negociar y tenía marcha atrás, como él mismo lo reiteró tantas veces. Desde una sintonía inigualable con los sectores populares y desde el coraje de sus convicciones, pudo apoyar y encabezar propuestas que inicialmente no solo no compartía, sino que ni siquiera estaban en su libreto.
Un ejemplo fue esa agenda de nuevos derechos como regulación de la marihuana, despenalización del aborto y matrimonio igualitario, cuyo liderazgo intelectual e ideológico se le atribuye con error, desde fuera de fronteras.
Su principal convicción tenía que ver con la sabiduría final del pueblo, la necesidad imperiosa de faenas colectivas, de autorías plurales y procesos largos.
A menudo explicaba la forma y concepción del gobierno: “Gobernar es crear las condiciones del Gobierno”. En ciertos aspectos medulares lo hizo con el diálogo con empresarios y trabajadores; estableció vínculos con sus opositores; logró respaldo popular amplio para medidas como la lucha frontal contra el narcotráfico o la continuidad y aun profundización de políticas sociales inclusivas.
Asimismo, rompió esquemas instalados en la izquierda más dogmática; se volvió símbolo de una visión alternativa sobre el desarrollo y el consumismo a nivel global con su extraña capacidad de comunicación. Odiaba el protocolo y le encantaba dinamitar esas solemnidades tan poco republicanas que rodean a los Presidentes y que más de uno confunde con la fuerza de las instituciones.
Con su forma de vivir en coherencia entre lo que decía y lo que hacía, incluso desde opciones especialmente controvertidas, revitalizó la legitimidad de la política, no solo en Uruguay sino también en su inesperado impacto internacional, según reportó el diario español El País en un artículo firmado por el propio Gerardo Caetano.
Probó con creces que es muy sano que un Presidente no se crea un monarca electo y que viva como la mayoría de su pueblo. Hizo propia una visión republicana donde combinó realismo con propuestas simples pero hondas como la condena al consumismo y su defensa de un uso más sensato de la libertad y del tiempo.
Supo tener la suficiente convicción para seguir siendo él mismo en el error o en el acierto, en circunstancias y ámbitos totalmente disímiles, desde las largas charlas en su granja en las afueras de Montevideo o en las plazas, hasta su comparecencia en Naciones Unidas. Sus niveles de popularidad fueron mejores que los de la aprobación de su gestión, más afuera que dentro de fronteras.
Tal vez allí esté la clave de su legado: Un político con luces y sombras que supo priorizar como nadie su sintonía con los sectores populares, viviendo como ellos por libre opción, no por imposición religiosa o ideológica, sin tener que impostar nada.
Uruguay perderá mucho con su muerte. Pero siempre dijo que su principal afán estaba en que los jóvenes no dejaran de luchar por causas solidarias, distintas a las suyas y en especial sin cometer sus errores, pero hermanados por el compromiso con los otros, con la obsesión de que “nadie quede atrás”. Por supuesto que hay un futuro sin Mujica. Es por lo que siempre luchó.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
@LMontagnerG