Parabólica.MX escribe Fernando Maldonado
Como castillo de naipes: frágil, ligero y vulnerable, el emporio mediático de Ricardo Salinas Pliego se viene abajo. El ambiente de trabajo se tornó hostil, sin las arcas con el flujo necesario para la operación diaria y una diáspora de su personal, permanente y callado por el acoso que se vive en sus instalaciones.
Tómese como ejemplo el polarizante ambiente que se vive en TV Azteca Puebla, pero lo mismo ocurre en la local del norte del país, Monterrey o en Yucatán o Tabasco, pasando por el consorcio en el Ajusto en la capital del país. La zozobra y el enrarecimiento en el clima laboral es lo mismo.
Hace apenas unos días que la filial en la capital poblana publicó en sus redes sociales un anuncio para reclutar editores, camarógrafos, reporteros y moto reporteros bajo la argucia que dice “estamos creciendo … reclutamiento masivo” en Puebla, que encierra y esconde una realidad reinante.
No solamente no están en fase de crecimiento, sino de debilitamiento hacia adentro que junto a la disminución en sus audiencias y cierre de las ventanillas en los gobiernos para concretar acuerdos publicitarios, se vive la tormenta perfecta.
La renuncia en masa que recientemente enfrenta la televisa que tiene su centro de operaciones Centro Mayor obligó a apretar el cinturón para continuar con una supuesta cobertura de noticias con productos sesgados para obligar a las gestiones de gobierno abrir las arcas para mantener funcionando el aparato mediático.
El desacierto de enfrentar al Estado para evitar pagar las deudas que Grupo Salinas tiene con el fisco, diseñar una campaña mediática de golpeteo desde las televisoras que administra y a través de redes sociales colocaron al corporativo en un predicamento financiero que ya se reciente en la operación cotidiana en los equipos de noticias.
Ante la ausencia de un ejecutivo que dirija y administre la filial de la televisora del Ajusco en Puebla, el corporativo envió a un productor que responde al nombre de Joel Lara, que cobró pronto la animadversión del equipo de trabajo que se había mantenido cohesionado en torno del propósito común de ganar credibilidad y audiencia.
Se terminaron los días de asueto, horas extras o bonos por trabajos extraordinarios por dos razones principalmente: la ausencia de personal suficiente para coberturas específicas, como sucedió con las tormentas atípicas en la sierra norte, nororiental y la sierra negra de Puebla en la primera semana del mes de octubre y que llevó a la televisora desatar una guerra de contrainformación con la divulgación de reportajes sesgados.
La otra razón para orillar al descontento entre el personal operativo, administrar con rigor de encargado de tienda de raya el presupuesto escaso ante el adelgazamiento de las finanzas, resultado de la falta de entrada de dinero por la cancelación de contratos publicitarios, situación que se extiende en el resto del país.
El polémico empresario Ricardo Salinas terminó por confirmar con esta serie de medidas el perfil que desde la picaresca se la ha endilgado y que lo coloca como el encargado de una tienda de abarrotes y electrodomésticos, carente del conocimiento estratégico para manejar lo que fue la segunda cadena de televisión en México.
@FerMaldonadoMX