El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal
Fue un partido donde le pasó de todo al equipo más débil de la liga, débil en lo futbolístico y anímico, empezó tímido ante un rival que llegaba con credenciales importantes, tuvo un penal a favor que desperdició por la timorata manera de cobrar de Fernando Monárrez, incluso pudo irse al frente en el marcador en una gran jugada del canterano Álvaro de la Rosa, pero Toño Rodríguez lo evitó y a la siguiente jugada, el propio De la Rosa derribó con un jalón a la nueva joya del futbol mexicano, Gilberto Mora, para que Marco Antonio Ortiz decretara la pena máxima; Kevin Castañeda no falló para abrir el marcador, siete minutos más tarde una nueva falla, ahora de comunicación, de Julio González con el propio Monárrez significó un nuevo tanto de Castañeda; en ese momento, todos en el estadio y en los televisores llegaron a la conclusión que dada la inexistente capacidad de respuesta poblana el partido ya estaba en la congeladora para un Tijuana que había jugado mal y que con muy poco había construido esa ventaja en el marcador.
Pero tras la fecha FIFA, algo de memoria se activó en varios jugadores del Puebla, incluso la valentía de Hernán Cristante de debutar a un canterano nacido en Puebla, alejado de los nombres que más sonaban para llegar al primer equipo, rindió dividendos. Emiliano Gómez tuvo un ataque de rebeldía ante la adversidad y encontró en Ricardo Marín un buen socio para construir una pared que resolvió el ex de Chivas para poner el 1-2 al minuto 66. Las dudas defensivas de Tijuana, evidentes desde el primer tiempo, crecieron a tal grado que sólo dos minutos después, Emiliano Gómez convirtió un pelotazo en una jugada prometedora gracias a su habilidad al quitarse marcadores con una ruleta, tocó hacia atrás para Alejandro Organista que en el mismo movimiento de dejar entrar el balón se quitó a su marcador y luego tuvo la claridad para filtrar un balón con mucha intención a la llegada de Álvaro de la Rosa quien al entrar al área cruzó su disparo a la base del poste y poner ese 2-2 que minutos atrás parecía tan improbable, en el debut soñado para cualquiera: Marcar un gol, la noche de tu presentación.
La alegría fue evidente, era la jugada que necesitaba Cristante para sacarlos del marasmo y del miedo en el que los sumió Pablo Guede, era la rebeldía ante la adversidad que ha faltado en la organización durante dos años; sin embargo, el guion de la noche deparaba otros giros: Al siguiente minuto, un cambio de juego de los fronterizos encontró solo a Ramiro Árciga en la banda derecha de los visitantes, si bien para ese momento ya había salido Monárrez, Árciga siguió explotando esa parcela con total libertad y mandó un centro en donde el marroquí Daoudi remató solo porque Díaz se distrajo y Eduardo Navarro resbaló en el recorrido, el cabezazo si bien fuerte, salió cerca de un Julio González que se lanzó para dar un manotazo que fue deficiente y significó el tercer tanto para los de Sebastián Abreu que necesitaron, otra vez, muy poco para retomar la ventaja; parecía que era el último clavo en el ataúd poblano porque era un golpe directo a esa fragilidad anímica que ha reconocido Hernán Cristante.
Para ese momento ya había hecho sus primeros cambios con la salida de un Fernando Monárrez, que otra vez no pudo con la titularidad, para dar paso a Carlos Baltazar y de Edgar Guerra para que Ángelo Araos debutara con la Franja; con la desventaja y al ver que no existía reacción, Brayan Garnica entró por un Alejandro Organista que en la media cancha se ve mejor y muestra que puede ser de utilidad. Los minutos pasaban y el juego caminaba hacia la recta final cuando Emiliano Gómez volvió a rebelarse y se inventó otra jugada en el área fronteriza sin tanta claridad como la anterior, pero sí con la garra charrúa, por ello tras reclamar una mano en el área, el balón salió rebotado para que Carlos Baltazar no lo pensara dos veces y sacara un disparo pegado a la base del poste que dejó parado a Toño Rodríguez para decretar un nuevo empate, ahora a tres. Otra vez, una inyección anímica y de rebeldía ante la adversidad, otra vez lo que tanto tiempo llevaba buscando Hernán Cristante.
Todavía habría más en un juego que tuvo una reposición corta, cuatro minutos, y que justo en el último minuto deparó el clímax de un guion lleno de giros. Tijuana regaló un saque de manos alejado de su portería en la banda izquierda en relación al ataque poblano (las distracciones en este tipo de jugadas son recurrentes en el futbol mexicano), tras el cual Carlos Baltazar tomó el balón y con la dosis de confianza que significó su gol, empezó a conducir quitándose jugadores fronterizos por velocidad, entre más se acercaba al área menos oposición encontraba y al llegar a la media luna sacó un disparo raso y colocado que superó la estirada de Rodríguez y se volvió a colar por la base del poste para decretar la primera victoria poblana bajo el mando de Hernán Cristante y también la primera desde el 25 de julio cuando se había impuesto 1-0 a Santos Laguna. El guion se completó el equipo más débil mentalmente se sobrepuso a fallar un penal, a una desventaja de 0-2, a que cuando había empatado al minuto siguiente se volvió ir abajo y rescató algo del amor propio perdido en los peores dos años en la historia de la franquicia https://www.youtube.com/watch?v=ZBo8PPUeIOI.
Ya se ha señalado en este espacio que estos dos pésimos años arrasaron con lo que el mismo grupo del Ajusco había construido y que esos dos años al ser tan nefastos ni siquiera respetaron los cimientos; hoy el Puebla es un equipo sin bases, literalmente hundido, pero el guion del viernes aportó un protagonista inesperado: Álvaro de la Rosa, un poblano nacido el 8 de abril de 2005 con un paso por las fuerzas básicas desde la categoría sub 13 y que ha ido dando pasitos en el futbol, subiendo de categoría y cumpliendo con el proceso. Hace un torneo, Clausura 2025 en la sub-23, disputó 1432 minutos en dieciséis partidos con el equipo que dirige Martín Bravo y fue de menos a más, aunque desde el principio mostró una gran aplicación defensiva, conforme avanzó el torneo se fue soltando y empezó a aportar a la ofensiva. En la rueda de prensa posterior al juego, Cristante Mandarino contó que la primera vez que lo vio fue en Toluca y a partir de ahí le fue siguiendo, lo llamó a entrenar con el primer equipo y empezó a mostrar sus condiciones, el jueves Juan Fedorco se torció el tobillo en entrenamiento y el timonel tuvo que tomar determinaciones.
De la Rosa se equivocó, midió mal un balón, cometió la pena máxima, pero no se quedó instalado en el error, se tranquilizó, fue atrevido al sumarse al ataque, ya había realizado una gran jugada a la que Toño Rodríguez respondió y luego marcó en su debut. El estratega argentino volvió a ser exacto al destacar que en Primera División los jugadores que trascienden son los que no se quedan anclados en el error, sino los que a pesar de una falla siguen en el partido y se reponen, una virtud que mostró el poblano. El debut de Álvaro de la Rosa también muestra otra diferencia entre los últimos técnicos del Puebla y deja en claro el daño que Pablo Guede le hizo a la institución: El anterior técnico debutaba para pararse el cuello, para usar a la juventud como escudo, pero para darse el mérito a sí mismo (prácticamente ninguno que debutó ha tenido continuidad), en cambio Cristante recordó que en el mes y medio que lleva en el club ya ha hecho debutar a dos, pero les dio el mérito a los jugadores por la forma en la que han trabajado para ganarse la oportunidad, sin olvidar que el otro debutante, Eduardo Navarro, ha tenido continuidad sumando ya 352 minutos y ha cumplido en lo general.
Hernán Cristante también fue claro al señalar que a estos jugadores no se les puede exigir de igual manera que a los más experimentados, pero sí subrayó que busca construir una identidad y que tanto De la Rosa como Navarro al ser canteranos poseen esas características que quiere dejar. El propio timonel reconoció que esta victoria significa ese aspecto anímico que señaló desde su llegada, donde la entrega no es negociable, donde se puedan superar las circunstancias. “Este equipo tiene que ser inquebrantable, pese a las circunstancias”, sin dejar pasar dos comentarios: “Hay mucho que corregir porque hubo muchos errores” y “hubo situaciones que se hicieron mejor en otros partidos, pero hoy supimos reaccionar y el resultado acompañó”.
La victoria ante Tijuana no borra el pésimo torneo que se ha realizado con apenas ocho de 39 puntos en disputa, ayuda a poner cimientos tras la destrucción total de los últimos dos años. De la Rosa y Navarro no son perfectos, tendrán fallas como parte de su proceso de aprendizaje, pero han mostrado condiciones y si se les da continuidad son jugadores hechos en casa que pueden ayudar a construir esa identidad de la que habla el brillante ex guardameta del Toluca; los cuatro partidos que restan son muy complicados y además tres de ellos se juegan fuera de casa: América, mañana martes, Juárez el próximo viernes 24, Cruz Azul el 31 y el cierre en León frente a los Esmeraldas, pero al menos el dramático triunfo ante Tijuana no sólo trajo la buena noticia de acabar con la mala racha, sino que se produjo tras reaccionar, un verbo que este grupo de jugadores desconocía en su significado y se debe destacar la aparición de jóvenes canteranos que pueden hacer el trabajo ante las dudas de los teóricos titulares.
Si bien hay que valorar que, así como Cristante no ha dudado en sentar algunos jugadores como Pablo Gamarra o que incluso Franco Moyano no estuvo en la convocatoria, hay un caso que ya es necesario resolver: La portería. Julio González ha sido una decepción desde que llegó el club, no ha sido diferencia en esa posición, con al menos un error en cada juego, contra Tijuana colaboró en dos de los tres tantos de los fronterizos, cuando no se habló con Monárrez para que Castañeda aprovechara y pusiera el 0-2 momentáneo y luego en el 2-3 cuando su manotazo no fue correcto para evitar que el potente cabezazo de Daudi ingresara a su meta; cierto es que Iván Rodríguez no goza de la confianza de la afición, pero ya es hora de tomar una decisión en el arco, porque el ex de Pumas no crece, no aporta seguridad a la defensa y falla en cada partido. Si Cristante habla de identidad y defiende el trabajo de la cantera ya es necesario que también en la portería (justamente la posición en la que brilló en el Toluca) se note su mano porque el ex cancerbero de Pumas en cada juego abre la puerta a los rivales, dejando siempre la impresión de que pudo haber hecho mucho más; en un equipo tan joven, tan endeble, la figura de un guardameta que saque de problemas a sus compañeros es esencial, y, por desgracia, Julio González ha estado muy lejos de dar esas prestaciones.
La última vez que el Puebla había reaccionado con tanta furia fue el 3 de noviembre de 2023 cuando se impuso 5-4 al León en una feria de goles en el Estadio Cuauhtémoc donde llegó ir perdiendo 1-3 y cuando ya le había dado la vuelta al 4-3, un gol de Omar Fernández significó una nueva igualada, pero Miguel Sansores aprovechó un error defensivo para darle la victoria a la Franja que así se metió directo a la liguilla bajo la dirección de Ricardo Carbajal https://www.youtube.com/watch?v=jU_eixuKJvk. Que casi dos años más tarde los camoteros se hayan rebelado contra la adversidad con un plantel que parecía incapaz de soportar los golpes, que lo haya hecho tras superar muchas adversidades a lo largo de los noventa minutos, que lo haya hecho con dos canteranos y un tercero que ingresó al 89, que finalmente sumara tres puntos demuestra que por muy grande que sea la tormenta a veces sale el sol y ahora que la inyección anímica por fin llegó habrá que medir qué tanto ayuda para encarar un cierre que luce muy duro.
Si en estos cuatro partidos, Cristante consolida a Navarro y De la Rosa, recupera por completo a José Rodrigo Pachuca y saca algunos puntos de los doce en disputa, podría dejar algunos cimientos en el Puebla, a la espera de las decisiones de Gabriel Saucedo. La recta final del campeonato representa una pequeña oportunidad, incluso imprevista, para la Franja: La de volver a colocar cimientos.
@abascal2