No ha sido fácil

No ha sido fácil
Alejandro Páez Varela
La columna de Alejandro Páez Varela

La columna de Alejandro Páez Varela 

No está fácil. Afuera y adentro, no está fácil. Deberían entenderlo sobre todo los aliados dentro de la 4T. Los más cercanos a la Presidenta deberían asimilarlo. Las invitaciones que le hacen grupos de derecha y ultraderecha a Donald Trump para que manotee sobre México son reales. Es el buitre herido Ricardo Salinas Pliego; son los halcones detrás del pájaro bobo Eduardo Verástegui. Ver a Ciro Gómez Leyva aplaudir el ataque físico contra Gerardo Fernández Noroña y escuchar a los periodistas más influyentes de México aplaudirle a Alejandro Moreno Cárdenas dice muchas cosas. El ecosistema de medios ha cambiado poco en estos años y la prensa tradicional se ha debilitado, pero toda junta (Reforma, El Universal, TV Azteca…) tienen alcance.

No ha sido fácil. El sábado y el domingo, dos textos daban algunas claves. Un ensayo de Kapil Komireddi narraba cómo “sólo bastó un verano para que Donald Trump destruyera” la relación entre India y Estados Unidos construida durante décadas de esfuerzo, y un reportaje de Jack Nicas detallaba cómo la presión de Washington sobre México está empezando a provocar mucha frustración y agotamiento de este lado.

“Sheinbaum está exasperada, según cuatro personas cercanas al Gobierno que hablaron bajo condición de anonimato para detallar sus conversaciones privadas. La Presidenta y su Gabinete, según estas personas, se sienten frustrados porque han dedicado mucho tiempo y atención a satisfacer lo que consideran unas exigencias complejas de Washington y, sin embargo, nunca parece ser suficiente”, dice el periodista de The New York Times. Ese diario en particular fue errático con Andrés Manuel López Obrador y seguramente tiene prejuicios con Claudia Sheinbaum Pardo, pero si el uno por ciento de lo que publica Jack Nicas es real, sí hay una presión tremenda sobre la Presidenta de México cuando cumple un año en el poder.

No ha sido fácil lidiar con Trump pero, carajo, tener que lidiar con los de casa exaspera a cualquiera. Por todos lados, a todas horas, tratando de burlar las reglas, de brincarse las trancas, de echarle cucharadas de sal al café con leche. Lo que está sucediendo en San Luis Potosí con Ricardo Gallardo Cardona está muy peligroso. Muy peligroso. Hace años que no se alertaba desde tantos frentes sobre un Gobernador. La corrupción, dicen allá, está a niveles de crimen organizado. No se olvide que el operador político del mandatario del Partido “Verde” es nada menos que Héctor Serrano. Construye un movimiento territorial con aliados de la 4T para enfrentarse, ¿a quién? A Claudia Sheinbaum, a Morena, a Luisa Alcalde. Ha decidido, “le guste a la Presidenta o no”, que su esposa, la Senadora Ruth Miriam González Silva, sea su sucesora. Y si quiere, la impone.

Pero eso es apenas un ejemplo. Lo que sucede tiempo atrás en el Congreso no está bien. Ricardo Monreal y Adán Augusto López han creado enormes redes de poder perverso. Aprovecharon –y es otro ejemplo– la Reforma Judicial para empujar a sus gallos en varios estados. Y hay que preguntarse –sigo ejemplificando– por qué tienen al peñista David Colmenares como Auditor Superior de la Federación, por qué tomaron ese brazo de vigilancia, por qué se escucha que están apropiándose de órganos internos de control. Alguien debería advertirle a la Presidenta del riesgo. Alguien debería contarle que la mayoría de los goles que le metieron al Presidente López Obrador en temas de corrupción fueron porque ese aparato, que nos cuesta tres mil 500 millones de pesos al año, opera como oficina de relaciones públicas de un grupito podrido de la 4T.

Pero lo anterior es un ejemplo más. No está fácil afuera, y no está fácil adentro. La Presidenta tiene muchos clavos al rojo vivo. Lo de "La Barredora" le generó turbulencia innecesaria y, ya ven, además hay que lidiar con la violencia criminal que viene de tiempo atrás y que, aplacar, ha tomado más tiempo del planeado. Es el gran pendiente de la Presidencia de López Obrador y no hay manera de quejarse. Simplemente se asume como pendiente propio. Y si se quiere avanzar, hay que mantener en movimiento la política, la economía, la máquina de reformas. Viene la Reforma Electoral y es tiro cantado, como todo mundo puede suponer. El asunto es: ¿qué tanto ruido hará? Hay que contener el ruido. Que no salga más caro el caldo que las albóndigas o que no salga más caro de lo que debes salir. Un problema mal manejado se encarece. Pongo un ejemplo: Lilly Téllez. Es un problema mal manejado, mal acotado. Adán Augusto estaba demasiado entretenido como para garantizarle a Fernández Noroña gobernabilidad en el Senado. Y el mismo Fernández Noroña, como ya he dicho antes, es complicado y no se ayuda.

No está fácil y no se pondrá más fácil. Y han mejorado las redes con las que se generan lodazales. ¿Alguien lo nota? En los recientes ataques a Noroña no sólo participan Reforma y otros medios y periodistas. Vi incluso una supuesta “redAMLO”/“redClaudia”, que dudo que responda al expresidente y a la Presidenta, y dudo que realmente sirvan exclusivamente a la 4T. Muchos troles se encargaron de aplicar lo de la propiedad en Tepoztlán. Empezaron a calentarle el entorno antes de que “Alito” organizara el asalto porril del Senado. Redes que suenan a “fuego amigo” (es fuego enemigo, nadie se equivoque) llevaban días con una guerra de baja intensidad contra el Presidente del Senado. Ese clima ayudó a potenciar lo que publica Reforma y luego le dio justificación al ataque porril del dirigente nacional del PRI.

Ojalá me equivoque, pero alguien ensaya, en Noroña y en otros, guerras mayores. Alguien ensaya ataques de mayor envergadura. Es probable que Lilly Téllez tenga alguna enfermedad (autismo, esquizofrenia, qué sé yo) (esa es mi tesis) pero alguien la usa. Es ese mismo que aprovecha las redes que se hacen pasar por 4T y que acompañan, abiertamente, los ataques coordinados como el que sufre Noroña y han padecido otros.

Son redes hábiles. Ya entendieron el juego. Gran parte del tiempo apoyan a la Presidenta como antes apoyaron al Presidente. Y luego forman parte de ataques mayores contra personajes específicos a los que alguien intentan destruir. Y claro, es una manera de afectar a Morena en su conjunto. Por años escuché que la mayor red ofensiva “de la 4T” respondía a alguien que opera en el ecosistema de Palacio Nacional. Esta red “buena” incluía, se decía de tiempo atrás, a un grupito de medios, varios comunicadores e influencers que se mueven en la red social X. Ahora escucho que alguien más opera redes similares. Alguien, o varios. Un amigo me dijo que algunas de estas redes “ocupan sillas de la 'mañanera'”. Claro que no lo dudo.

No está fácil. Afuera y adentro de México, la Presidenta tiene frentes peligrosos. Lo que más le gustaría a Washington es que ella estuviera débil, que no tuviera respaldo para tratar de destruirla porque al destruirla se destruye un proyecto popular y se restaura un poder más fácil de controlar. Si Washington hundiera a Claudia Sheinbaum perfectamente se reinstauran las poderosas redes de derecha que fueron derrotadas en las urnas: los intelectuales y académicos; ciertos empresarios y medios y sus periodistas; los políticos y los extraordinariamente influyentes núcleos de abogados conservadores que controlaban la Suprema Corte y siguen controlando el Tribunal Federal de Justicia Administrativa.

La gran lección de los últimos días es que la derecha mexicana podrá estar cada vez más acotada, desacreditada, sin proyecto de Nación y sin cara para ofrecerle una disculpa a los ciudadanos, pero cuando se organiza, puede robarse la narrativa pública. Vean lo que hicieron con las cifras de la pobreza. Vean cómo colocaron la propiedad de Noroña y el asalto porril de “Alito” por encima del Primer Informe de Claudia Sheinbaum. Vean cómo han provocado que el ascenso de una nueva Suprema Corte popular, con mayoría de mujeres y con un Presidente indígena, esté casi desaparecido de la narrativa pública. Vean cómo los gritos de Lilly Téllez son videos que circulan en las cuentas hasta de aquellos que supuestamente “apoyan a la 4T”.

No ha sido fácil. Es real que Trump está apretando más a México y no le importará destruirnos, como no le importó hacer pedazos las relaciones que Estados Unidos construyó con Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial o como hizo pedazos el vínculo con India. Nuestra única defensa, y esto no debería tener partido, es la fortaleza de la Presidenta. Nosotros no podemos juntarnos con Rusia y China, como lo hizo India. Nosotros estamos, más o menos, por nuestra cuenta. No está fácil. Y la oposición trabaja todos los días para robarse la narrativa en casa y además trabaja todos los días para que Trump nos destruya.

No está fácil. Ayúdenle a la Presidenta, fuerzas progresistas. Cuiden sus pasos. Cuídenle las uñas a los más mañosos y mezquinos que, ni modo, han decidido mantener dentro de la izquierda. Entiendan que NO está fácil. Al menos no se la pongan fácil a la derecha.

 

@paezvarela