La editorial escribe Jesús Olmos
Durante años hemos hablado de la imposibilidad del diálogo abierto, que reconozca fallas y enmiende, pero al mismo tiempo que procure el bien común, como su mayor valor.
Ahí es donde ubicamos lo ocurrido con la Ley de Telecomunicaciones, una propuesta que levantó polémica desde el momento en que fue presentada, que el Gobierno federal corrigió para evitar cualquier tipo de suspicacia y que una oposición como Movimiento Ciudadano terminó por avalar y apoyar.
Aunque pareciera un hecho menor en una democracia, no lo fue, puesto que por un lado Morena ha decidido evitar el diálogo del Poder ejecutivo con otras fuerzas políticas -en parte porque no las necesita por su mayoría en ambas cámaras-, y segundo porque los otros partidos PRI y PAN han llenado de adjetivos destructivos cualquier puente que pudiera abrirse.
El aval a esta Ley, en defensa de las audiencias y sin el posible bloqueo de plataformas digitales, abre el camino a lo que debería ser la vanguardia democrática.
@Olmosarcos_