Diálogo sin intermediarios

Diálogo sin intermediarios
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.MX escribe Fernando Maldonado

En esta ocasión no se trató de un enviado por algún grupo de interés como los que abundan, que suelen tirar la piedra y esconder la mano; tampoco se trató de una maledicente publicación en redes sociales o un columnista con interés en especial o agenda propia.

Se trató de un desafiante habitante de una zona lastimada por la presencia de pandillas que convierten vastas zonas de la capital en su feudo para el cobro de piso, atraco de negocios o narcomenudeo, ante la omisa presencia de fuerzas policiacas que prefieren voltear la mirada en dirección contraria.

De eso pudo darse cuenta el gobernador Alejandro Armenta cuando llevó la edición de este domingo de la Feria de Paz a la inspectoría Guadalupe Hidalgo de la capital, en el sur de la capital en donde un ciudadano que desde el sillerío increpó justo cuando el tema central de la línea discursiva era el de la coordinación interinstitucional para contener a la delincuencia.

“Pásenle el micrófono” instruyó Armenta cuando un hombre dijo “quiero hablar desde aquí”, con una postura corporal que cualquier analistas hubiera descrito por la postura corporal como un desafío ante la autoridad, con una especia de expresión sarcástica.

La virtud de las jornadas sistemáticas que el mandatario impulsa desde la llegada a su gobierno como las llamadas Ferias de Paz radica en eso: quitar a los intermediarios y establecer un diálogo directo entre quienes toman decisiones y establecen políticas públicas y quienes resultan directamente beneficiados, o afectados.

Supo de primera mano al medio día de este domingo que, a dos calles de ahí, en el sitio en el que se efectuaba la reunión entre el gobierno del estado y el municipio existe una narcotiendita que opera a la luz del día en la que los jóvenes de ese microcosmos tiran a la basura el futuro ya de por sí incierto.

Por lo relatado, los vecinos de Guadalupe Hidalgo conocen de la existencia del local disfrazado con máquinas electrónicas para la diversión de quienes pueden pagar un rato de diversión, menos la policía municipal, la Guardia Nacional o cualquier otra corporación policiaca.

El problema entraña raíces más profundas porque en cada uno de las demarcaciones existe una presidencia auxiliar y, en todo caso, un delegado de la Secretaría de Gobernación responsable de reportar anomalías para nutrir la agenda de riesgos que permita tener márgenes de gobernabilidad para los gobiernos en turno.

Lógica elemental en una ciudad con la extensión territorial de Puebla, con la densidad poblacional o con grupos heterogéneos diversos. 

Hoy el gobernador tuvo un asomo de la realidad que cientos de miles de poblanos padecen en zonas habitacionales populares como Guadalupe Hidalgo, pero lo mismo sucede en San Ramón o Loma Bella; en Los Héroes o la Popular.

Y esa realidad se podría extrapolar a otros asentamientos, urbanos y rurales en las sierras norte y nororiental; en la Mixteca o en los valles de Serdán. Conocer esa realidad es asequible con las jornadas, tequios o cualesquiera de formas de diálogo directo entre los habitantes de esas zonas y el gobernador por áspero que parezca la intelección.

Abrir el micrófono a gente con ese grado de enojo es además un gesto de apertura que no debe ser visto de soslayo cuando lo que la gente quiere y necesita es ser escuchada.

 

@FerMaldonadoMX