Parabólica.MX escribe Fernando Maldonado
El contexto, la coyuntura y la compleja agenda bilateral con Estados Unidos proveen de un significado especial la conmemoración del 163 aniversario de la Batalla de Puebla que encabezará la presidenta Claudia Sheinbaum junto al gobernador Alejandro Armenta, con un pletórico desfile, como dicta la tradición en el estado este lunes.
Tomar en cuenta los distintos elementos que componen el momento por el que atraviesa el país, más allá de las vanidades de la clase política en una conmemoración como la defensa armada que dirigió el general Ignacio de Zaragoza un 5 de mayo de 1862 desde la zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe es imprescindible porque permite advertir un verdadero cambio de paradigma en el uso del poder público.
Primero porque fue desde Texcoco en el Estado de México en donde la presidenta admitió haber recibido la oferta de ayuda para combatir en territorio nacional a los cárteles del narco de parte de su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump que rechazó con un “la soberanía no se vende”.
Sheinbaum hizo el apunte ante la filtración que de manera imprecisa publicó el diario estadounidense The Wall Street Journal de una presunta demanda del republicano en una conversación telefónica ocurrida el 16 de abril que la presidenta atajó: “No presidente, el territorio es inviolable”.
Y como el medio es el mensaje, la presidenta hizo tal precisión luego de haber encabezado la inauguración de un plantel de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez en un sitio que marcó un antes y un después en la historia de la resistencia política y social en el país: San Salvador Atenco en donde en 2001, bajo el mandato del panista Vicente Fox, un grupo de campesinos se opuso a la construcción de un aeropuerto en Texcoco para lo que se planeaba la expropiación de tierras que trabajaban los labriegos del lugar.
En 2006, se produjo la mayor de las represiones en contra del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra en el que un grupo de líderes, entre ellos Ignacio del Valle, fue violentado y encarcelado por fuerzas federales y del Estado de México, gobernado por el priista Enrique Peña Nieto.
Ese pasaje de la historia es el que dio pie a que la presidenta hubiera vetado al poblano Ardelio Vargas Fosado para ocupar la subsecretaría de Desarrollo Político, a quien se le atribuye un papel protagónico en la persecución y represión de los líderes de la resistencia en San Salvador Atenco.
La fotografía de la presidenta al lado de América del Valle, hija del histórico líder del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra sosteniendo un machete como símbolo de resistencia debe interpretarse como el cambio de rumbo y una decidida política de izquierda en un país en el que existen segmentos sociales de corte conservador a quienes les genera repulsa.
Muy lejos habrán quedado los bochornosos pasajes del 5 de Mayo cuando el PAN y PRI gobernaron el estado, los presidentes que menospreciaron a los gobernadores anfitriones y las interpretaciones frívolas de una conmemoración histórica que permitió construir el país independiente y libertades que hoy debe celebrarse a despecho del conservadurismo que el propio Zaragoza padeció en 1862.
@FerMaldonadoMX