Parabolica.MX escribe Fernando Maldonado
En la tierra de libertades, la libertad de expresión, punta de lanza de la democracia global, se tambalea.
No se trata del área doméstica en la que generadores de contenidos para redes sociales se tiran al piso a la menor provocación, aunque en su breve paso por el ecosistema digital no hayan escrito ni media cuartilla, o periodistas de dudosa calidad ética que suelen advertir persecución o acoso por réplicas sin atender o cartas aclaratorias sin publicar.
Tampoco fue la #4T ni sus “gobiernícolas” como el clasista Ricardo Salinas Pliego llama a la clase gobernante de la que antes obtuvo contratos económicos y acuerdos para prestación de servicios diversos, sino el ícono de la plutocracia en el país de las barras y las estrellas, el presidente Donald Trump.
Fue quien exigió a través de un funcionario menor a la cadena de televisión American Brodcasting Company (ABC) propiedad de Disney cancelar el talk show Jimmy Kimmel Live después de 22 años de presentarse en la pantalla estadounidense.
Jimmy Kimmel, protagonista de la historia de abierta censura había dicho en su programa que los seguidores de Trump habían intentado por todos los medios hacer ver al homicida del ultra conservador Charlie Kirk como una persona contraria al pensamiento conservador al que pertenece el grupo gobernante, con el presidente a la cabeza.
La salida del aire de un programa como Jimmy Kimmel Live no es sino la consecuencia de una larga cadena de eventos desafortunados, atizados por un discurso de odio desde el poder público estadounidense que desnuda por completo de qué están hechos quienes pertenecen a esa corriente de pensamiento.
Ese es el libertario que el conservadurismo anhela en México.
En México y en Puebla ya hemos visto ese tipo de reacciones respecto de contenidos que resultan incómodos frente al poder político, especialmente con la clase gobernante que tuteló el Partido Acción Nacional y el Revolucionario Institucional.
Admirado sin decoro en un sector del conservadurismo en nuestro país, el presidente de la Unión Americana demostró al mundo la clase a la que pertenece y el talante que lo anima frente al ingenio y sarcasmo de un comentario punzante que no hizo sino ridiculizarlo frente a una sólida audiencia acumulada por más de dos décadas.
No se trató de un monólogo que pudiera ser considerado como campaña negra contra el presidente, ni denigratorio respecto de un ala del pensamiento norteamericano que si condena la existencia de otras opciones políticas y el pluralismo.
Fiel a ese sarcasmo, el presentador Kimmel se refirió al episodio que vive en esta etapa de su vida: “ese hombre de piel naranja retiró sin piedad mi programa del aire”.
En México, el país gobernado por una nueva clase política hay medios de información convertidos en difusores de propaganda que un día trasmiten o publican verdades a medias o mentiras abiertas sin que haya recato o decoro frente a las audiencias.
Una oligarquía en Estado Unidos se hizo de la Presidencia y en México existe otra que busca regresar al poder mediante métodos inmorales e ilegítimos, como el falaz discurso por la libertad desde su óptica por la existencia de una supuesta dictadura que ya evidenciaron, existe en su propia trinchera.
@FerMaldonadoMX