Parabólica.MX escribe Fernando Maldonado
La bravuconada la tarde de este miércoles del coordinador del grupo parlamentario de Morena en el Senado de la República, Adán Augusto López Hernández frente al resto de las bancadas de oposición que exigieron separarse del cargo por sus vínculos con el prófugo Hernán Bermúdez Requena conocido en el hampa como el “Comandante H”, líder de La Barredora tuvo todo el tufo de quien sabe que tiene todo perdido.
En los pasillos de la Cámara Alta ciertamente se da como un hecho el relevo del hermano político del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Las razones ya han sido expuestas: carece de capacidad de interlocución con los grupos parlamentarios en omentos en que está en puerta la primera gran reforma de la autoría de la presidenta Claudia Sheinbaum que busca terminar con nepotismos, reelección, excesivas prerrogativas a los partidos y la eliminación de los plurinominales.
La beligerancia mostrada en la sesión de la Comisión Permanente fue la pieza que detonó los puentes de diálogo y entendimiento para negociaciones futuras. No es que el cálculo político haya fallado, sino que al contrario, con el pleito vulgar en el Senado se extinguió la posibilidad de que Hernández López se sostenga.
Por eso es que la conversación sigue siendo dominada por el poblano Ignacio Mier Velazco como probable reemplazo de su padrino político, al menos hasta la interna de Morena en la que fue vencido por el actual gobernador Alejandro Armenta. Una consideración para no llamarlo a la coordinación antes del 1 de septiembre es justamente ese cordón umbilical que lo ata al tabasqueño.
El reto para la presidenta Claudia Sheinbaum consiste en decidir quién coordinara los trabajos del grupo senatorial del partido oficial. Designar al poblano significa mantener en el poder al grupo político de Adán Augusto López Hernández, escenario que se ve cuesta arriba luego de saberse que la campaña tras la revelación de la orden de aprehensión en contra del responsable de seguridad en Tabasco tiene todos los tintes de haber salido desde el epicentro de la toma de decisiones política en el país.
Los afectos de Sheinbaum, hacía dos integrantes del Senado podrían inclinar la balanza con una salvedad: ambos son senadores de la 4T, sí, pero llegaron recientemente de dos partidos políticos antagónicos al oficialismo, el Partido Acción Nacional y el Revolucionario Institucional.
Se trata de Javier Corral Jurado, ex gobernador de Chihuahua que militó más de 40 años en Acción Nacional y hasta 2023 decidió poner alto a esa carrera política en el instituto en el que creció políticamente para luego convertirse a Morena.
El otro cuadro que es valorado, ni más ni menos que exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, de larga data en el Partido Revolucionario Institucional, hijo de un dinosaurio priista y ex gobernador igual que este, José Murat Casab.
Dejar la conducción política del grupo senatorial en manos de un expanista y un expriista parecería requerir un trabajo político de alta precisión para persuadir a algunos de los integrantes de la bancada de Morena, entre los cuales existen perfiles del ala dura como Félix Salgado Macedonio; Oscar Cantón Zetina o José Antonio Álvarez Lima, por ejemplo.
El proceso de descarte ya corre. El resultado de este inédito ejercicio se deberá conocer justo en la víspera de la reunión plenaria del grupo parlamentario de Morena en el Congreso de la Unión, antes del próximo 1 de septiembre. Ya se verá.
@FerMaldonadoMX