Tenías razón

Tenías razón
Antonio Abascal

El Blog de Puebla Deportes, escribe Antonio Abascal

A más de 35 años aquella pancarta que se colocó en la parte oriente del Estadio Cuauhtémoc en la final de liga de la campaña 89-90 sigue resumiendo la relación de la afición del Puebla con Manolo Lapuente, la mayor leyenda del equipo. Nacido el 15 de mayo de 1944, el hombre de la boina siempre dijo que había llegado al mundo prácticamente al mismo tiempo que el equipo de la Franja, institución en la que jugó, fue directivo y dirigió en distintas etapas. Lapuente Díaz fue importante para el club en cada faceta que desarrolló para la Franja, sus goles resultaron fundamentales para que se estabilizara en primera división, su trabajo como directivo fue valorado en esa relación entre los jugadores y la cúpula y como técnico es el único que le dio títulos de liga, además de otra copa, el año en el que inscribió al Puebla en la lista de campeonísimos del futbol mexicano, el año en el que lució la pancarta que decía: “¡Lapuente, perdónanos, tenías razón!” https://www.youtube.com/watch?v=QYzarvwwtgw&t=47s.

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No hay que olvidar que también le dio un campeonato de CONCACAF y un subcampeonato en la 91-92 tras su primera aventura en la selección nacional. Ningún otro personaje poblano ha significado tanto, además de que su influencia fue notable también en el futbol mexicano, a través de otros equipos que marcaron época como el Necaxa o el América que rompió un ayuno de trece años sin campeonatos bajo su gestión; la segunda etapa en la escuadra tricolor fue brillante con una destacada actuación, por juegos y resultados en Francia 98 https://www.youtube.com/watch?v=92gp3TUW-6o y la obtención de la Copa Confederaciones de 1999, el único campeonato fuera de CONCACAF para la selección nacional mayor https://www.youtube.com/watch?v=-Qkbye628qQ.

Mediotiempo

Manolo Lapuente nació en Puebla, pero inició su carrera futbolística en el Monterrey en 1964 para emigrar al Necaxa en 1966 donde mostró de mejor manera sus condiciones, un hombre rápido, inteligente y con gol. Con los entonces llamados “electricistas” se mantuvo cuatro temporadas hasta que en 1970 llegó al equipo de su ciudad natal que acababa de ascender tras la promoción en la Ciudad de México, en esa primera campaña jugó veinte partidos, cinco completos y anotó un gol, además de dos juegos en el torneo de Copa. La campaña posterior fue mejor con veintidós juegos, siete completos y siete goles, sin embargo, en varias entrevistas incluidas algunas con un servidor llegó a reconocer que al terminar estaba un tanto decepcionado del futbol y llegó a pensar en el retiro, hasta que ese momento coincidió con el nombramiento de Ignacio Trelles como técnico del Puebla tras su exitosa etapa en el Toluca. Trelles volvió a motivar a Lapuente Díaz y además se convirtió en su gran maestro ya que Manolo siempre reconoció la influencia de Trelles en su manera de entrenar y de ver al futbol.

Mediotiempo

Fue en esa campaña 72-73 cuando vivió uno de sus mejores capítulos como jugador, uno que, por desgracia, un árbitro se encargó de borrar y que por más que Manolo buscó y buscó para recuperar el video de ese juego contra el América nunca pudo lograrlo. El 25 de febrero de 1973, el Puebla recibió al América y Manolo logró un triplete de goles en los minutos cuatro, veintisiete y 47, el cuadro capitalino reaccionó y con goles de Oswaldo Castro al 68 y René Trujillo al 74 se metió al juego; faltando ocho minutos, Trelles ordenó a Martín Ibarreche que se quedara en el césped, actitud que no le pareció al árbitro Arturo Yamasaki quien tomó el balón y se metió al vestuario acusando al técnico poblano. El público estaba muy molesto, pero las directivas intervinieron para frenar la molestia, Trelles fue suspendido con ocho juegos y de manera incomprensible la Federación ordenó la repetición total del partido, invalidando lo que había sucedido por lo que el 4 de abril se volvieron a enfrentar en el Cuauhtémoc y el Puebla repitió la dosis del 3-2, pero los goles cayeron por medio de Rafael Borja y en dos ocasiones Berna Brambila por la Franja, mientras que Carlos Reinoso y Enrique Borja marcaron por los capitalinos. Esa campaña, Manolo jugó 31 partidos, 18 completos, anotó ocho goles y sufrió una expulsión, por cierto, uno de sus tantos fue en la primera vuelta ante el América en el Estadio Azteca en un empate a dos.

@UniformesSelec1

Hasta la 73-74 cuando el Puebla alcanzó la liguilla y tras ello emigró al Atlas, Lapuente jugó 106 partidos de liga, más siete de copa y dos de liguilla, con sesenta y cuatro completos y veinticuatro goles en un espacio que pudo ser corto, pero fue muy intenso y dejó al poblano como uno de los consentidos de una afición que se estaba acostumbrando a tener un equipo aguerrido y luchador.

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Al acabar su trayectoria como jugador en 1976 con los Rojinegros, con algunos llamados a selección nacional, al finalizar la campaña 77-78 fue nombrado como secretario técnico del Puebla de la Franja, un año más tarde con la llegada de Jorge Suárez como dueño del club nombró a Benito Pardo como Presidente y a Manolo como vicepresidente, ambos viajaron a Brasil para contratar a Muricy Ramalho del Sao Paolo y a Ricardo Picolé del Palmeiras, además se reforzó con el lateral Jesús Rico del Atlético Español; cuando Rafael Albrecht no hizo huesos viejos como técnico del equipo, Manolo tuvo su primera experiencia en el banquillo, pero tras una buena racha ya en la segunda vuelta sufrió seis derrotas consecutivas igualando la marca negativa de la campaña 49-50. Por ello, al finalizar la campaña se anunció al brasileño, campeón del mundo como jugador en Suecia 58, Dino Sani para dirigir a la Franja, aunque el propio Manolo nunca reconoció ese interinato para justificar la historia de la 82-83.

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El proyecto era distinto ya que Joaquín Rifé, un ex jugador del Bracelona, iba a dirigir a un Puebla españolizado, que eso sí, se había hecho de los servicios de la joven sensación en la segunda división Paúl Moreno. La pretemporada inició con Rifé y los españoles, pero al regresar a la Angelópolis, el equipo había sido vendido al gobierno del estado que no pudo hacer frente a los contratos en dólares de las figuras, se fueron los españoles y Rifé. La nueva promotora hizo contrataciones inteligentes, de jugadores con gran calidad, pero ya veteranos, y tanto Rafael Moreno Valle Sánchez como Pedro Ángel Palou y Emilio Maurer convencieron a Manolo Lapuente para que dirigiera al equipo.

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Los jugadores que fueron dirigidos por Manolo destacan su inteligencia y la forma en la que aprovechó las condiciones del equipo para llevarlo al tercer lugar general, uno que se hizo muy fuerte en el Estadio Cuauhtémoc, que entendió que Ítalo Estupiñán podía jalar la marca y colocó a Muricy como ese “nueve y medio” del que siempre hablaba, un media punta que anotó varios goles y además supo aprovechar la habilidad por las bandas de Paúl Moreno y José Luis Ceballos para no sólo llegar a una liguilla, sino para ganarla siempre viniendo de atrás perdiendo las idas en Guadalajara ante Tecos, Leones Negros y Chivas y regresando en el Cuauhtémoc para lograr el primer campeonato de liga para el club que pasó de la casi desaparición a festejar su primer campeonato de liga, ya que en su primera etapa había ganado dos copas. Todos los que vivieron el festejo posterior y el desfile de campeones insisten en que las estampas que se vivieron nunca más se volvieron a repetir, incluso Manolo Lapuente hace unos ocho años en una entrevista que concedió a David Badillo que trabajaba en SICOM Deportes reconoció lo mismo https://www.youtube.com/watch?v=xsgN7vJK9CI&t=21s.

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Una mala campaña de defensa del título, llevó a Manolo a otras aventuras con Tigres, Ángeles, Atlante y Cruz Azul antes de un regresar a un Puebla que tenía una fuerte inversión y que aspiraba al campeonato, era la exigencia de Emilio Maurer tras haber sido súper líder y haberse quedado corto en la liguilla, lo que llevó al cese del chileno Pedro García. “No podíamos seguir con un motivador al que se le había caído el equipo”, dijo el directivo a un servidor. Con Manolo llegaron Pablo Larios y Edgardo Fuentes de Cruz Azul, regresaron Arturo Álvarez y Mario Cacho también procedentes de la máquina y también se sumaron Chepo de la Torre, Julio César Romero (que sólo estuvo en la primera vuelta y su lugar fue ocupado por el brasileño Edivaldo), así como Javier Hernández padre. Fue una temporada de constante comparación con el Puebla anterior que jugaba de forma más vistosa, el equipo de la Franja perdió varios encuentros en la recta final que lo alejaron del liderato, lo que significó el primer encontronazo con Emilio Maurer cuando el timonel le dijo “qué quieres, el campeonato o el liderato” a lo que Maurer Espinosa contestó que el campeonato y el timonel cerró la discusión con un “entonces déjame trabajar”.   

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Las dudas eran muchas, la afición abucheaba y la presión aumentó con una derrota de 3-1 en Ciudad Victoria frente a Correcaminos ya en la ida de los cuartos de final; Emilio Maurer bajó a regañar, pero Lapuente lo frenó diciendo que a su vestidor sólo entraban los que creían en el campeonato, otra vez el estratega calmó al directivo y su equipo, que ya semanas atrás se había coronado campeón de copa con una remontada frente a Tigres https://www.youtube.com/watch?v=3RgMA91qKeY,  respondió con una angustiosa victoria de 3-1 en casa para dejar fuera a los Correcaminos https://www.youtube.com/watch?v=jOSJTIruGtE y a partir de ahí superó en una gran semifinal a los Pumas tras empatar a cuatro en el Cuauhtémoc con los Pumas de Mejía Barón y superarlos 4-2 en la ciudad de México. En la final ganaron 2-1 a los Leones Negros en Guadalajara y en el Cuauhtémoc tuvieron que responder cuando los de Alberto Guerra se colocaron 0-2 arriba, pero el golazo de Javier Hernández y uno inmediato de Jorge Aravena prepararon la mesa de la fiesta que se confirmó con los tantos de Aravena y Poblete en la segunda mitad para garantizar el campeonato, por ello la pancarta en el Cuauhtémoc y a partir de ahí el nombre de Manolo Lapuente está en letras doradas en la historia del Puebla.

El Sol de Puebla

Tras una corta aventura en la selección nacional, regresó al Puebla en la 91-92, ya era un equipo sin tanto talento, pero otra vez la inteligencia del “divino calvo” llevó más lejos de lo esperado al Puebla al conseguir el campeonato de CONCACAF y llegar hasta la final del futbol mexicano contra el León, otra vez haciéndose fuerte en casa, aunque ahora las vueltas se dieron como visitante. La historia de la marca personal de Roberto Ruiz Esparza a la figura necaxista Ivo Basay revela la inteligencia de Lapuente Díaz, tras ganar 3-2 en el Cuauhtémoc con los tres goles de Poblete, el timonel llamó al capitán para platicar con él antes del entrenamiento https://www.youtube.com/watch?v=kFLO50Ydw94. “¿Cómo ves capitán, te avientas la marca de Basay, porque ayer nos trajo como locos”? Reto que aceptó Ruiz Esparza para secar al habilidoso chileno y ayudar a que el Puebla llegara a la final.   

Club Puebla FC

Hombre de frases polémicas en sus otros equipos, técnico que ayudó a crecer al futbol mexicano y a su selección nacional. Manolo Lapuente fue un hombre sabio tanto de la vida como del futbol, su Necaxa fue de época, su América rompió el ayuno de títulos y la actuación en Francia 98 es de las mejores ya que fue la primera vez que un equipo mexicano avanzó a una segunda ronda de un mundial jugado en Europa. Hoy que hasta el propio club abarata la palabra "leyenda", Manolo Lapuente le da el verdadero significado a la misma. Si sus jugadores siempre destacaron la inteligencia, hoy a unas horas de su muerte conviene recordarlo como el hombre que en el futbol poblano siempre tuvo razón. 

Reforma