Con más perspectiva escribe Leticia Montagner
A pesar de los avances en la participación femenina en el deporte profesional, el periodismo deportivo continúa siendo un espacio marcado por la desigualdad de género.
En México, las mujeres que trabajan en medios deportivos enfrentan barreras estructurales, estereotipos persistentes, condiciones laborales desiguales y una constante resistencia por parte de audiencias e instituciones. La presencia femenina en la narración, análisis y cobertura deportiva sigue siendo reducida y en muchos casos invisibilizada.
Lamentablemente, no existe un registro nacional sobre mujeres que ejercen el periodismo deportivo, lo que evidencia la falta de visibilidad y reconocimiento institucional hacia su participación en el gremio. En la Ciudad de México, se estima que cerca de 70 mujeres trabajan como reporteras, conductoras, narradoras o presentadoras en el ámbito del periodismo deportivo.
En Puebla Capital, de acuerdo a la Inteligencia Artificial, varias mujeres destacan como periodistas deportivas, algunas de ellas son Rebeca Landa, quien es comentarista de la NFL y egresada de la UDLAP. También se encuentra Lizeth Rodríguez, quien es conductora y reportera en TV Azteca Puebla y ADN 40. Además, Ximena Brambila es periodista deportiva y aficionada del Puebla, colaborando en Grada.
Adicionalmente, Miriam Lozada Cortés es una periodista deportiva con más de 10 años de experiencia y Liss Gálvez es la nueva responsable de la sección de deportes en Multimedios Puebla. Ocasionalmente en radio y televisión, Mari Loli Pellón aborda temas relacionados con el deporte. El programa A las Seis, de Tribuna radiofónica tiene Daniela Silva en el área de deportes.
En la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la BUAPO, empiezan a inscribirse mujeres que quieren ser periodistas deportivas.
Sin embargo, el problema persiste; un experto, Mauricio Ferrán Kuri, del portal Yo Influyo, señaló que estudios del Observatorio de Medios Deportivos de México, liderado por Somos Versus y ONU Mujeres, solo el 7 % de los artículos deportivos publicados en medios impresos o digitales en el país mencionan o están protagonizados por mujeres, ya sea como deportistas o como periodistas. Además, únicamente una de cada 10 portadas presenta a una mujer como figura principal.
En México, durante 2022, únicamente el 5 % de los puestos de liderazgo en medios estuvieron ocupados por mujeres. Esta cifra representó una disminución respecto a 2021, cuando el porcentaje alcanzó el 11 %, lo que evidencia un claro retroceso en materia de equidad de género dentro del gremio.
Durante décadas, la participación de las mujeres en la cobertura deportiva ha estado condicionada por estereotipos de género. Desde los años 70, las periodistas eran comúnmente asignadas a disciplinas consideradas “aptas” para su género, como deportes olímpicos, sin contar los de contacto, mientras que el acceso a coberturas de fútbol, boxeo, lucha libre o béisbol era limitado, debido a ser reconocidos como “deportes para hombres”.
Al día de hoy, es común encontrar prejuicios que consideran inapropiada la voz femenina para narrar eventos deportivos y se cuestiona con frecuencia su conocimiento sobre ciertos deportes, especialmente el fútbol. Estos estigmas se suman a las exigencias de imagen. Muchas veces se espera que las mujeres en pantalla luzcan atuendos ajustados o muestren determinadas partes del cuerpo, como un recurso para atraer audiencias.
Además, su rol se limita habitualmente a la conducción de programas previos o posteriores a partidos, en calidad de moderadoras, más que como analistas o reporteras de campo. También se han documentado barreras que impiden a las periodistas desarrollarse profesionalmente, como la dificultad para compaginar las jornadas laborales con la maternidad.
Hasta 2021, solo dos mujeres ocuparon cargos directivos en secciones deportivas de medios impresos, como Marisol Rojas en El Economista y Diana Pérez en Récord. En portales digitales, únicamente Adriana Terrazas (TUDN) y Paulina Capetillo (Azteca Deportes) ocupaban posiciones de liderazgo.
En coberturas como los Juegos Olímpicos, la participación de mujeres como comentaristas es más habitual, aunque muchas veces estas oportunidades se otorgan a ex atletas y no a periodistas o locutoras de formación. Desde 2012, las mujeres participan en todas las disciplinas olímpicas y los nuevos deportes incorporados deben incluir eventos femeninos.
Finalmente, las mujeres periodistas deportivas enfrentan resistencias en los medios y en las audiencias. El periodismo deportivo sigue siendo percibido como un espacio masculino, lo que condiciona la manera en que se valora la participación femenina.
Muchas comunicadoras son vistas como “forasteras” que deben demostrar constantemente su capacidad profesional, mientras enfrentan exigencias adicionales como cuidar su apariencia, ajustarse a estereotipos físicos o cumplir funciones ajenas a su rol, como comentar temas personales de los atletas.
Todavía hay mucho camino por recorrer.
@LMontagnerG
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