Eduardo se va de la alcadía; irá a contracorriente por gubernatura

Eduardo se va de la alcadía; irá a contracorriente por gubernatura
Alvaro Ramírez
Piso 17

Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco

A contracorriente y prácticamente solo, sin cuadros que verdaderamente le representen un motor de apoyo, el alcalde de Puebla capital, el panista Eduardo Rivera Pérez, deberá dejar el cargo a más tardar el próximo 13 de diciembre, al menos para cumplir con los requisitos que marca la convocatoria del Partido Revolucionario Institucional (PRI) -en calidad de simpatizante- del que será también candidato, dentro de la alianza Frente Amplio por México, en su versión poblana, con PAN, PRD y el local Pacto de Integración Social (PIS).

De acuerdo con el documento que está publicado en los estrados virtuales del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor, en su calidad de simpatizante y aspirante externo, Rivera deberá manifestar su intención y presentar la documentación para su participación en el proceso interno de “designación directa”, el miércoles próximo (13 de diciembre), aunque el registro formal es hasta el 18 de diciembre.

Así lo establece la Base Sexta de la Convocatoria del Procedimiento de Elección Directa, que se concatena con la Base Quinta, que establece que para ser elegible hay que ir con la licencia, como servidor público, ya presentada.

“SEXTA. Las y los aspirantes simpatizantes manifestarán personalmente, por escrito confirma autógrafa, su intención de participar en el proceso interno a la persona titular de la Presidencia de la Comisión Política Permanente del Consejo Político Nacional, a más tardar el 13 de diciembre de 2023”.

Antes, la Base Quinta, en su Fracción V, establece que “quienes desempeñan un puesto de dirigencia partidaria ejecutiva territorial del nivel correspondiente superior al de la elección, de representación popular o servidor público de mando medio superior, deberán solicitar licencia al cargo de los términos legales o al momento de la presentación de la solicitud de registro como estudiante en el proceso y mantenerse en esa condición al menos hasta la conclusión del proceso interno”.

Vendrán luego o antes, las convocatorias de los otros partidos, y Eduardo ha anunciado que irá, sin medias tintas, a la contienda por la gubernatura.

Lo hará con una licencia definitiva al cargo. No regresará y barrenará las naves (el lugar común equivocadamente dice “quemar las naves”) y enfrentará así, con valentía, la contienda contra Alejandro Armenta, de la megacoalición estatal Seguimos Haciendo Historia (Morena, PT, PVEM, Nueva Alianza y Fuerza por México), quien ya en la contienda interna morenista propinó una paliza a sus contrincantes y buscará repetirla en la constitucional.

La meta que se han fijado Armenta y la presidenciable Claudia Sheinbaum en Puebla es de 2 millones de votos a favor de su fórmula.

Ya en 2018, Andrés Manuel López Obrador obtuvo 1.8 millones de sufragios y, con el crecimiento natural demográfico se verá reflejado en una Lista Nominal estatal de alrededor 4.9 millones de potenciales votantes poblanos, es viable la cifra de los 2 millones para 2024.

Sin embargo, también faltará ver qué fuerza logra la candidatura de Eduardo Rivera, quien en el análisis de botepronto va como motor de todos los candidatos y candidatas del Frente en Puebla, pero sin un cuadro, femenino o masculino, que realmente esté a su nivel de capacidades y empuje.

La alianza con PRI y PRD se ve más como un lastre que como una aportación a sus aspiraciones.

También la división interna del tricolor, que se prevé por la candidatura de la primera fórmula al Senado de la República, puede ser una loza pesada para la alianza opositora.

A pesar de todo, Eduardo ha decidido ir por la gubernatura.

Nada se puede regatear a su genuina, y también valiente, decisión.

@Alvaro_Rmz_V

Banner Footer