Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
Junto con la Ciudad de México, Jalisco, Tabasco y Yucatán, el estado de Puebla atraviesa jaloneos políticos intensos y desesperados, con incidencia directa en el centro del poder nacional, que rayan en el chantaje, a pesar de que los resultados de la encuesta oficial fueron muy claros.
En nuestro estado, por ejemplo, el ganador, como lo habían pronosticado distintos estudios demoscópicos de prestigiadas empresas nacionales, se ha confirmado y su ventaja es contundente. No ha habido dudas ni margen de maniobra para que los derrotados aduzcan nada a su favor.
Sin embargo, hay presiones.
Ante este escenario, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) decidió completar, entre domingo y lunes, la última encuesta espejo, a pesar de que los resultados, al menos en el caso de Puebla “no son apretados”, sino que hay un ganador muy evidente.
El estudio tendrá ciertas características, precisamente para que con esos resultados aritméticos “quede conforme quien anda de rebelde”.
“Se levantarán mil 200 encuestas, cara a cara, con georreferencia y se grabará la voz de los encuestados”, detalló una fuente que participó en la definición.
La meta es que “a quien anda de rebelde no le van a dejar margen” de pataleo.
Por esta circunstancia, aderezada con la emergencia en Guerrero por el huracán Otis, se debió la determinación de atrasar los resultados.
Por supuesto, en las trincheras poblanas, como en las otras entidades, se han enterado de la decisión de ir por una encuesta espejo en estos días y quienes se sienten derrotados, porque saben que no les favorecen los números, han reavivado campañas de guerra sucia contra sus adversarios y a favor de ellos, en Puebla, principalmente con mensajes de texto a teléfonos celulares.
La intensidad ha sido descarada. No conozco en mi círculo cercano alguien que no haya recibido, entre sábado y domingo, algún mensaje.
A pesar de la incertidumbre que el método de selección de candidatos por encuesta de Morena ha dejado en el pasado, en el caso poblano ha habido ya un ganador.
Donde vea usted calma y mesura, ahí es donde los resultados están favoreciendo.
Por supuesto que los aspirantes, hombres y mujeres, han recibido señales de sobra respecto de sus futuros. Es obvio que quienes se sienten ya perdedores han desatado ataques a mansalva contra quienes ellos mismos ven como los ganadores.
Las negociaciones políticas de última hora y los chantajes, incluso ante lo más alto del poder público nacional, también se intensificaron.
Quienes buscan desacreditar las encuestas son aquellos que, desde el principio, tuvieron en la esperanza del dedazo su única divisa para aspirar a la Coordinación Estatal de la Defensa de la Transformación en Puebla.
¿Servirán esos chantajes y presiones? La experiencia reciente y la personalidad, a veces indescifrable, pero firme, de algunos actores que toman las decisiones en Morena, pareciera indicar que no.
Hay la intención real de ir con el mejor posicionado, porque la búsqueda de ganar la mayoría calificada compuesta en las dos cámaras del Congreso de la Unión es una meta impermutable.
La disyuntiva y el debate que enfrentó el partido del Presidente de la República, su equipo y la presidenciable Claudia Sheinbaum Pardo, de ir o con los “leales” o con los ganadores, da la impresión de que se ha despejado y, al menos hasta hoy, han preferido ir con quienes garanticen triunfos arrolladores en las urnas.
La lealtad y la característica fundacional, aunado a los cientos de millones de pesos gastados, no fueron suficientes para cambiar los resultados.
El puntero ha sido siempre el puntero.
@Alvaro_Rmz_V
