Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
Luego del triunfo por paliza en la encuesta oficial y las cuatro espejo que levantó Morena, Claudia Sheinbaum Pardo, ha tomado el control con decisiones que se anuncian definitivas y también van perfilando lo que ocurrirá en las nueve elecciones a gubernaturas que estarán también en juego en 2024.
Con manotazos, postulaciones y concesiones, la virtual candidata presidencial morenista y su grupo han mostrado que no habrá decisiones compartidas, salvo aquellas que, por lógica, deban consultarse con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
La acción más contundente de que Sheinbaum y su equipo son quienes definirán el camino hacia 2024 vino con la renuncia del ahora ex titular de Seguridad Ciudadana de la capital del país, Omar Hamid García Harfuch, para buscar la candidatura a la jefatura de Gobierno.
En sincronía, la alcaldesa de Iztapalapa, una fundadora de la Cuarta Transformación (4T), de alto nivel competitivo y una esencial en el lopezobradorismo, Clara Marina Brugada Molina, dejó ese cargo, para ir también por la candidatura de Morena al Gobierno de la Ciudad de México.
De ese modo, en su propio bastión, Claudia Sheinbaum y el grupo de “los radicales” del morenismo atajan, con cartas femenina y masculina, por aquello de la definición pendiente de género, a cualquiera que quiera competirles o, al menos, condicionar de manera contundente, a cualquier otro aspirante.
Claudia y su primer equipo político, que también ha sido con los años su principal grupo de trabajo, tradicionalmente fueron considerados radicales.
Fundamentalistas del lopezobradorismo, cerrados a la negociación de sus principios y postulados de izquierda y feroces para enfrentar a las oposiciones interna y externa.
Sin embargo, con los años se han venido moderando hacia un trabajo más estratégico hacia dentro y hacia afuera.
Ella, el jefe de gobierno sustituto de la capital del país, Martí Batres Guadarrama; la misma Clara Brugada, la vicecoordinadora en San Lázaro, Aleida Alavez Ruiz, entre otros, son pilares de ese sector de Morena a nivel nacional y, especialmente, en la Ciudad de México, que tiene, sólo detrás del Estado de México, la segunda Lista Nominal más grande del país: 7 millones 757 mil 703, al corte de la elección de 2021.
La gobernadora de Campeche, Layda Elena Sansores San Román, merece una mención aparte por ser fundamental en la carrera de Claudia (en otra entrega abordaremos esa historia).
El grupo ha madurado y ha cambiado en su fondo y en sus formas. De aquellos jóvenes que integraban el grupo de “los radicales”, quienes en 2006, por ejemplo, querían detonar cartuchos lacrimógenos en el Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados, para evitar la toma de posesión del panista espurio Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, a los hombres y mujeres que hoy se preparan para asumir responsabilidades al lado de quien será, sin duda, la primera presidenta de México, hay muchas diferencias.
Algo así se observa, como una señal de moderación y madurez política de ese grupo, con la concesión para que vaya a la dirigencia de Morena Adán Augusto López Hernández, gobernador de Tabasco con licencia y ex secretario de Gobernación, quien además quedó en un deshonroso cuarto lugar en las encuestas.
Asimismo, una vez que se ha decidido que el equipo político de la coordinadora de los Comités de Defensa de la 4T, Claudia Sheinbaum, no cederá la Ciudad de México a otros sectores o personajes del lopezobradorismo, para lo que ha postulado a Harfuch y Brugada, dos aspirantes de peso y con altísimos niveles competitivo y popularidad, se prevé que lo mismo ocurrirá con las otras ocho postulaciones a las gubernaturas de los estados: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco, Veracruz, Yucatán y, por supuesto, Puebla.
Para nuestro estado, por ejemplo, la lógica es suponer que la candidata Claudia Sheinbaum Pardo buscará acompañarse del más competitivo o competitiva.
Un candidato a gobernador o gobernadora que le garantice muchos votos, blindaje ante una oposición local que puede despertar, con capacidad de movilización y también con control de las estructuras. Un candidato de las cúpulas no le sirve.
La prueba de fuego estará ante las urnas, no en un restaurante comiendo Chiles en Nogada.
@Alvaro_Rmz_V
