Educación sexual

Educación sexual
Israel León O'Farril
Machomenos

Machomenos escribe Israel León O’Farrill 

Palabras clave: machismo, educación sexual, patriarcado, conservadurismo, religión.

En una publicación de un grupo de Facebook que versa sobre género se dijo lo siguiente: “La educación sexual también sirve para enseñarle a una niña (o) a identificar cuando hay abuso. (…) Algunos creen que educación sexual es enseñar el KamaSutra en las escuelas. (…) No sean ignorantes ni ridículos”. El grupo, como se ve, toca temas controversiales y en ocasiones tiende a ser algo directo y fuerte en sus publicaciones. Sin embargo, sin importar el estilo o el tono, no falta verdad en su afirmación. Parece mentira que en pleno siglo XXI, ya en 2025, se tenga que seguir discutiendo si debe o no existir esta orientación en la escuela. Es necesario pues siguen existiendo una enorme cantidad de embarazos no planeados entre adolescentes; tampoco podemos obviar la persistencia de infecciones de transmisión sexual que, aunque se mantienen en el mismo nivel desde hace algunos años, distan de desaparecer.

Pero ¿por qué se sigue discutiendo esto? Bueno, uno de los comentarios a la publicación nos hace ver por qué (lo cito tal cual como lo tomé de la red): “Siempre que sea solo con fines informativos y a edades apropiadas pero siempre sera cuestionable que la OMS diga en sus lineamientos que se les debe enseñar a niños de 0 a 4 años a masturbarse o que permitan libros donde se describen relaciones homosexuales explicitas para niños de primaria como paso en escuelas de US eso no es prevencion es promocion y no es aceptable”. ¿La OMS determina algo semejante? ¿En verdad en los cursos se les enseña a masturbarse, se les muestran relaciones homosexuales explícitas? ¿O lo que habla es el terrible prejuicio de quien comenta? Otro más dice “La educación sexual es buenísimo pero no la ideologías de género”. Las denominadas ideologías de género no existen. Según se reporta en el portal Campus Género del Inmujeres, La ideología de género es un “término que se utiliza de manera negativa y despectiva para cancelar o desestimar la diversidad sexual y de género a la que se han ido abriendo las sociedades, las culturas y las naciones. (…) Al denominarla ideología se hace referencia al carácter dogmático que se presupone respecto a las ideas de igualdad, empoderamiento y respeto de la vivencia personal de la identidad y la sexualidad. Se rechazan los movimientos feministas y de la diversidad argumentando que van en contra de la naturaleza y de la familia y que operan poniendo en peligro el orden social establecido. (…) La ideología de género no existe como categoría dentro de las ciencias sociales, es un constructo que busca denostar las reivindicaciones de los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual”. Una de las principales promotoras de este concepto es la iglesia católica que nunca ha visto con buenos ojos que se hable de estos temas en la escuela; además, tanto desde el púlpito, como desde la multiplicidad de organizaciones seglares que tiene, de órdenes religiosas -muchas de las cuales tienen presencia en la educación de todos los niveles-, en especial del Opus Dei, los legionarios de Cristo -que han sobrevivido sorprendentemente el escándalo provocado por su fundador Maciel-, los jesuitas, los maristas y muchas otras encabezadas por mujeres religiosas, se multiplica para difundir el falaz concepto.   

Siguiendo este aspecto, es necesario que en cualquier programa institucional de educación sexual se debe hablar de conceptos como la “orientación sexual” (quién nos atrae), la “identidad de género” (que es cómo nos identificamos) y la “expresión de género” (cómo lo demostramos). Hacerlo necesariamente nos llevará a construir no sólo una sexualidad sana, sino a respetar la enorme diversidad que existe en nuestro mundo de hoy -y que, por cierto, ha existido en muchos periodos de la historia de la humanidad-. De esa manera, se pueden combatir falacias como la “ideología de género” y muchos otros conceptos que vemos que las ultraderechas en el mundo encabezan -antivacunas, antinmigración, homofobia y misoginia. 

En los comentarios se asoman prejuicios y fobias que nada tienen que ver con la salud y sí mucho con códigos morales con motivaciones religiosas y sumamente patriarcales, como hemos visto. Al impedir que se discutan estos temas, no sólo en la familia, sino en la escuela, se contribuye de forma decisiva a que sigan existiendo vicios, violencias y actitudes machistas que ya debieran estar fuera de nuestras sociedades, como la explotación sexual, la violencia en todas sus expresiones, incluido el feminicidio y la cosificación de mujeres y hombres. Nuestras sociedades, donde el patriarcado está tan fusionado con todo lo que hacemos y gracias en buena medida a que no es efectiva esta educación sexual, están en riesgo de que fenómenos como el “Incel” y los trágicos hechos del CCH en la Ciudad de México, sean cada vez más frecuentes. Por tanto, no seamos ridículos y encaremos el problema de frente, con valor y enteresa.      

Banner Footer 2