Pagó mal Eduardo Rivera

Pagó mal Eduardo Rivera
Fernando Maldonado
Parabólica Eduardo Rivera

Parabólica.MX escribe Fernando Maldonado

Existe una realidad alterna entre quienes dirigieron las políticas públicas en el trienio anterior y quienes históricamente han simpatizado con esa oferta electoral, ubicada en extrema derecha de la geopolítica. Una suerte de Síndrome de Estocolmo, según el cual genera vínculos afectivos con quienes lo obligan al cautiverio, como un secuestro.

No es el único espectro de la política, porque también ha abundado en otros partidos políticos, pero conviene ponerlo en relieve a la luz de la coyuntura que coloca otra vez en el reflector al ex presidente municipal, Eduardo Rivera Pérez, por quien algunos de sus compañeros de aventura tienen fundados reproches.

No son pocos los síntomas de descomposición política y deshonestidad pública que rodea al personaje que en los últimos días se ha exhibido sin pudor, ejercitándose por los parques urbanos de la zona metropolitana cuyo mantenimiento es potestad del gobierno del estado, no del municipio capitalino del que fue edil a parcialidades debido a los apetitos electorales que lo llevaron a ausentarse del encargo de tiempo completo que le dio su electorado.

Seguro que Rivera Pérez no correrá enfundado en la ropa deportiva luciendo la sonrisa a la cámara que lo sigue por donde va, en zonas de arraigo panista como las colonias Prados Agua Azul o El Cerrito, por citar dos ejemplos de la obsolescencia del proyecto de gobierno en materia de atención a las calles deterioradas por el paso del tiempo y el incumplimiento de la promesa de corregir el rumbo, luego de otro trienio para el olvido con la morenista Claudia Rivera Vivanco, su antecesora.

Y no lo hará porque no luce la toma con la amplia sonrisa que ofrece a sus seguidores en Instagram y Facebook como quien se retiró con la satisfacción del deber cumplido, aunque para ello haya tenido que echar mano de un suplente como Adán Domínguez, que resultó de un atento gerente de la ciudad en un pésimo servidor público… Pero con una camioneta Cayenne de la marca de alta gama Porsche, con un valor de casi 2 millones de pesos a la puerta.

Pasado el tiempo una verdad queda a la luz: Rivera Pérez no le cumplió ni a su fiel mercado electoral, entre quienes se encuentran familias de larga tradición en esas dos colonias de clase media en la capital. Pruebas abundan, sólo es cuestión de asomar la mirada por la zona para constatar la lastimosa condición de los añejos pavimentos.

A unos metros de la Universidad del Valle de México, sobre la calle 5 Sur con la 59 Poniente hay al menos 15 baches que no se habían visto ni en la elección de junio del 2024, cuando el candidato a gobernador por la coalición PRI-PAN-PRD arrasó en la casilla que dispuso el Instituto Nacional Electoral.

En aquel domingo las 700 boletas electorales de la casilla básica fueron cuidadas más por los votantes que por los representantes de partido ante la sospecha de que habría trampa sin advertir que la avalancha de Morena estaba por aplastar a la oposición con Eduardo Rivera como punta de lanza.

Fue una de las pocas casillas en las que ese sonriente runner de hoy ganaba con holgura frente a quien ahora es gobernador. Y sin embargo, terminó por pagar con el olvido y la deficiencia de los servicios públicos, entre ellos el nulo cuidado al encarpetado que pega al bolsillo de clase media en la zona, pero también a las clases populares.

No importa porque Lalo solo sonríe a la cámara.

 

@FerMadonadoMX