Diez perfecto

Diez perfecto
Antonio Abascal
El Blog de Puebla Deportes

El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal

18 de julio de 1976, una niña rumana de catorce años aparece en la rutina obligatoria de las barras asimétricas para presentar un ejercicio limpio y espectacular, que sorprende a propios y extraños, entre ellos a los jueces que sueltan calificaciones de diez, la pantalla electrónica no está preparada y publica “1.00” que todavía sorprende más a los espectadores y a esa niña que mientras esperaba su calificación sonreía nerviosa y en ese momento ya no sabía qué hacer. En ese preciso instante, el deporte, la gimnasia estaba cambiando para siempre gracias a una niña nacida en Onesti (una población que en ese entonces llevaba el nombre de Gheorghe Gheorghiu-Dej en honor del líder comunista fallecido en marzo de 1965). Años más tarde, la propia Nadia recuerda ese momento: “Yo era la última en paralelas y tenía que ir corriendo a la barra de equilibrios. En circunstancias normales no lo habría mirado, nunca lo hacía, pero escuché un ruido anormal entre el público. Una compañera me dijo que debía de haber un error en el marcador y que aquella nota tenía que ser un 10. Creo que lo supe desde el primer momento, pero no tuve tiempo de pensarlo” https://www.youtube.com/watch?v=4m2YT-PIkEc.

A cuarenta y nueve años de ese momento, el diez perfecto de Nadia se ha convertido en uno de los grandes momentos en la historia deportiva. La referencia es tan grande que incluso las nuevas generaciones han escuchado de la gimnasta rumana, mientras que otras crecieron bajo el impacto de su historia en esos juegos, su vida posterior, la aparición en Moscú 80 donde fue muy castigada por los jueces protegiendo a las gimnastas soviéticas; su retiro, una etapa de cierto ostracismo encerrada en un país de la cortina de hierro, su escape a través de la frontera con Hungría, su llegada a Estados Unidos, el torpe intento del régimen rumano de manchar su legado y la forma en la que construyó una vida en la Unión Americana sin caer en las acusaciones contra sus entrenadores, Bela y Marta Károlyi quienes ya estaban en el país de las barras y las estrellas haciéndose cargo de la gimnasia; hace unos días, el país natal de la gimnasta, Rumania, anunció que el próximo año, 2026, oficialmente será el año de Nadia para conmemorar el quincuagésimo aniversario del diez perfecto.

Para ese momento, Nadia no era una desconocida en el mundo de la gimnasia artística ya que en su primera actuación internacional durante los Campeonatos de Europa celebrados en Skien (Noruega), en 1975, demostró sus cualidades, pues superó a la rusa Lyudmila Turishcheva, pentacampeona de Europa. En 1976 triunfó en Nueva York, donde, además de hacerse con la victoria en la Copa América, se convirtió en la primera mujer que realizaba el doble mortal de espaldas en la salida de su ejercicio de asimétricas. La propia gimnasta rumana ha comentado que a su llegada a los Juegos Olímpicos de Montreal 76 su expectativa era ganar una medalla y si era de oro, mejor. La historia de su diez perfecto crece cuando se subraya que ocurrió durante la rutina obligatoria, es decir, todas las gimnastas presentan los mismos elementos, lo que ella atribuye a lo que llama “el toque Nadia”: “Lo que hice fue dar más amplitud a cada elemento, para que se viera de libro, pero solo añadí ese poquito. Fue mi toque personal”.

Ese toque personal la convirtió en la figura de los juegos, ganó la medalla de oro en el all around individual, en las barras asimétricas y en viga de equilibrio https://www.youtube.com/watch?v=u9Kaf3fdxGo, la plata por equipo y el bronce en el ejercicio a manos libres; su actuación la llevó a bautizar una canción ya existente como “El Tema de Nadia”, a pesar de que ella no la utilizó en alguna de sus rutinas y había sido parte de una “soap opera” estadounidense que originalmente se llamaba “Cotton´s Dream”, compuesto por Barry de Vorzon y Perry Botkin en 1971. En un resumen de los juegos, la cadena ABC musicalizó lo que hoy se llamaría los highlights de Nadia en Montreal 76 con esa canción y a partir de ahí se habló del tema de Nadia https://www.youtube.com/watch?v=Ttc9aCSRqEY. La popularidad de la adolescente fue global en una época sin redes sociales e internet, al regresar a su país, el dictador Nicolae Ceausescu la condecoró con el nombramiento de “héroe del trabajo socialista”, el más grande honor para un ciudadano rumano de la época, iniciando así un contacto que la gimnasta no pidió y que marcaría sus siguientes años en un país que trataba de ser el interlocutor de la Cortina de Hierro con Occidente, pero que internamente era muy totalitario con una policía secreta, conocida como la Securitate que estaba presente en cada acto de la vida cotidiana, con una gran censura y hasta con residencias forzosas para los disidentes, sin olvidar que desde 1966 había impuesto una política de natalidad.

Ceausescu había llegado al poder en 1965 tras la muerte en circunstancias poco claras de Gheorghe Gheorghiu- Dej, a su llegada había tratado de mostrar que su política era reformista, incluso se ganó el respeto de Occidente cuando en 1968 condenó la invasión soviética a Checoslovaquia que vivía la “Primavera de Praga”, eso le valió establecer relaciones diplomáticas con Alemania Occidental, Israel, también con China o Albania que habían tenido alguna diferencia con la Unión Soviética; durante esos años, Rumania también había establecido contactos con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; años más tarde, ya con Nadia retirada, incluso rompió el boicot de los países socialistas a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84 y Rumania acudió, donde incluso tuvo su mejor participación olímpica al acabar en segundo lugar del medallero con buenas actuaciones en el atletismo y la gimnasia; por todo ello tenía una buena reputación en Occidente https://www.youtube.com/watch?v=nTCsmaSiBF8&t=33s, aunque internamente, había constantes violaciones a los derechos humanos y se había impuesto una nueva política demográfica prohibiendo el aborto, la anticoncepción buscando aumentar la natalidad; de hecho, en ese 1976 la población rumana creció ya que cerró con 21,657,569 personas, lo que supuso un incremento de 211,871 habitantes con respecto a 1975.

La vida de Nadia se convirtió en propiedad del Estado, la policía secreta tenía conocimiento de todo lo que hacía, de su relación con los entrenadores, de la situación familiar y hasta de sus temas privadas, cada paso era seguido; sin embargo, el nombramiento como “héroe del trabajo socialista” también le trajo un aspecto positivo ya que evitó que Bela y Marta Károlyi la golpearan, como a sus otras compañeras, aunque sí tuvo que soportar los maltratos psicológicos como el control de lo que comía y las agresiones verbales. El historiador rumano, Stejarel Olaru quien escribió el libro: “Nadia y la Securitate”, explicó esta situación para “Letras Libres”: “La realidad que vivió Nadia Comaneci habla con elocuencia de cómo un Estado totalitario, autoritario se sirve del individuo y anula por completo su voluntad. Hay momentos en que Nadia se cansa de la presión y quiere dejar el deporte, pero la decisión no le pertenece y lo que ella siente no tiene la menor importancia porque está obligada a someterse al bien común, a lo que beneficia al pueblo y al Estado”.

Justamente esa situación quedó demostrada en Moscú 80, cuatro años más tarde, Nadia iba a cumplir dieciocho años, ya no era una desconocida, al contrario, era la figura a seguir. Sus entrenadores controlaban todo lo que ella y sus compañeras podían comer, por lo que la orillaron a problemas alimenticios y a una gran presión, pero pese a ello y hasta una idea general de una mala competencia, Nadia luchó contra sus demonios internos, los problemas ligados al férreo control en su país y a la propia competencia con las soviéticas y entregó dos oros en la viga de equilibrio y en el ejercicio a manos libres, plata por equipos, plata en el all around donde dio la impresión de que fue castigada en algunas calificaciones para que la soviética Yelena Davidova se quedara con el oro; cabe destacar que Nadia compartió la plata con la alemana oriental Maxi Gnauck; la medalla dorada en el piso la tuvo que compartir con la soviética Nelli Kim https://www.youtube.com/watch?v=GGSAc0ySEe0, para dar paso al retiro donde fue condenada al ostracismo ya que poco se sabía de ella, había conjeturas, hasta que se dio el momento de su escape a finales de noviembre de 1989 https://www.youtube.com/watch?v=VvmjwWhh5VM.

Olaru es claro al respecto y aunque reconoce similitudes con otros atletas que brillaron en países socialistas, también deja en claro que en el caso de Nadia la situación se amplificó: “La historia de Nadia bajo el comunismo sigue de alguna forma un patrón. Es decir, se sobrepone con la historia de cualquier gran deportista en un país comunista de Europa central y oriental o en la Unión Soviética. Evidentemente, con algunos detalles cambiados, pero el patrón se mantiene. Es decir, el del deportista de muchísimo talento al que se fuerza más allá de todos los límites mediante métodos que hoy se considerarían tortura. Y con el Partido Comunista que intenta utilizarle de todas las formas posibles, tanto en el plano político como en el económico, porque durante el comunismo estos deportistas generaban dinero para el Estado”. Aunque no sólo era el aspecto económico el que primaba, sino la imagen que daban ya que eran un símbolo de lo exitoso del programa deportivo y, por extensión, del país.

A cuarenta y nueve años de ese momento que cambió a la gimnasia y al deporte en general, Nadia Comaneci no sólo tiene claro su llamado “Toque Nadia”, sino la forma en la que trabajaba y una de las lecciones de ese proceso: “Ni siquiera pensé en el resultado, me interesaba más no cometer errores porque los Juegos Olímpicos son cada cuatro años, solo tratar de concentrarme en lo que tengo que lograr en ese minuto y veinte segundos. Eso era lo único que tenía en la cabeza”, tras ese diez perfecto, la rumana coleccionó otros seis dieces para llegar a siete en camino de sus tres medallas de oro y la creación de ejercicios con un amplio nivel dificultad que hoy llevan su nombre, algo que significa otra de las enseñanzas que recopiló en su experiencia olímpica: “Los errores te aportan creatividad y te hacen ir a un lugar que es como… ‘Oh, eso es algo que el cuerpo ha hecho antes. Probémoslo”.

A cuarenta y nueve años del diez perfecto podríamos cerrar con otra de las reflexiones de la gimnasta avecindada en Estados Unidos donde sigue ligada a la gimnasia con su marido, Bart Conner, y cercana a las actividades del Salón de la Fama de Gimnasia junto a la mexicana, Estela de la Torre (competidora en Moscú 80 y más tarde comentarista en varias ediciones olímpicas): “Incluso ahora, miro hacia atrás, hace casi medio siglo, y pienso que la versión mía de catorce años, el coraje, la locura y la determinación, veo a esa chica de catorce años como si no fuera yo”; una niña de catorce años cambió al deporte el 18 de julio de 1976, han pasado cuarenta y nueve años y todavía ese momento sigue generando emoción y poniendo la piel chinita, ese es el peso del llamado “toque Nadia”.

 

@abascal2