Privacidad en WhatsApp: la promesa de “nadie puede leer tus mensajes” bajo la lupa

Privacidad en WhatsApp: la promesa de “nadie puede leer tus mensajes” bajo la lupa
Carlos Miguel Ramos Linares
Ecosistema digital Redes Sociales

Ecosistema digital escribe Carlos Miguel Ramos Linares 

Meta ha lanzado la que describe como la mayor campaña global de WhatsApp hasta la fecha, con el objetivo de reafirmar ante más de 3.000 millones de usuarios que sus mensajes personales están protegidos. El anuncio principal, dirigido por el cineasta Mark Molloy, es un spot emotivo filmado en locaciones de Ciudad de México y Sídney. Visualmente, el comercial adopta la perspectiva de “estar dentro” del propio teléfono, mostrando las pantallas de chats desde el punto de vista de WhatsApp –al otro lado de la pantalla– para sugerir que ninguna mirada externa puede atravesarla. Con un tono cercano y ligero, el narrador enumera escenas cotidianas privadas: una madre enviando una nota de voz cariñosa, selfis espontáneas con mala iluminación, mensajes repetitivos sin importancia, confesiones a medianoche… todas esas interacciones personales que, nos aseguran, son “solo tuyas”. El mensaje central remarca que “gracias al cifrado de extremo a extremo, esas conversaciones íntimas permanecen exclusivamente entre los participantes; nadie más puede leerlas o escucharlas, ni siquiera WhatsApp”.

No es casualidad que WhatsApp invierta en difundir este mensaje en múltiples canales. La campaña es omnicanal y se desplegará en televisión, vídeo online, anuncios exteriores digitales (DOOH), audio e incluso dentro de la propia app, abarcando países clave como Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, México e India. Este amplio alcance revela la importancia estratégica: Meta busca reforzar la confianza del público global en WhatsApp como plataforma “segura”, especialmente tras años en que la preocupación por la privacidad digital ha ido en aumento. El momento también coincide con novedades en la aplicación, como la incorporación de funciones de “Privacidad Avanzada en los Chats”, que impiden exportar conversaciones o auto-guardar archivos multimedia fuera de la app.

Si bien WhatsApp efectivamente utiliza cifrado de extremo a extremo en todos los chats desde 2016, lo cual impide que terceros o la propia plataforma lean el contenido de los mensajes, la historia alrededor de la aplicación y su empresa matriz muestra contradicciones importantes entre el marketing y la realidad.

Primero, cabe recordar el precedente de la polémica de 2021. En enero de ese año, WhatsApp anunció cambios en sus términos de servicio que permitirían compartir más información de usuarios con Facebook, disparando alarmas globales. Aunque la compañía insistió en que el contenido de los mensajes seguiría siendo privado, la mera idea de un mayor intercambio de datos con la matriz provocó un éxodo de usuarios hacia apps rivales como Signal y Telegram. La reacción obligó a WhatsApp a aplazar la implementación y lanzar una campaña de esclarecimiento. Will Cathcart, director de WhatsApp, admitió entonces que “no fuimos lo suficientemente claros” al comunicar los cambios, y que la confusión sirvió de “razón adicional” para impulsar una campaña global que defendiese el cifrado

El descontento del público tiene fundamentos. Cuando Facebook compró WhatsApp en 2014, prometió que no se compartirían datos entre ambas plataformas, respetando la privacidad de los usuarios originales de la app. Sin embargo, en 2016 esa política cambió y WhatsApp empezó a transferir ciertos datos de usuarios a Facebook (como números de teléfono y detalles de la cuenta) salvo que se optara por salir de esa compartición. Para 2021, la jugada fue más drástica: la nueva política ya ni siquiera ofrecía la opción de negarse –quien no la aceptara, tendría que dejar de usar el servicio. Este giro fue visto como una traición a la palabra inicial. No sorprende que Carissa Véliz calificara ese cambio de “bastante intrusivo”, señalando que WhatsApp pasó de ser una app independiente a otra pieza más en el engranaje de recolección de datos de Facebook.

Meta arrastra un historial de escándalos de privacidad más allá de WhatsApp. El más célebre, Cambridge Analytica, expuso en 2018 que datos personales de millones de usuarios de Facebook fueron recolectados y vendidos sin consentimiento para fines políticos, lo que llevó a Zuckerberg a testificar ante el Congreso de EE.UU. y el Parlamento Europeo. Aquello marcó un antes y después en la percepción pública sobre cuánto se podía confiar en Facebook con información privada. Aunque WhatsApp no estuvo involucrado en ese caso, la reputación negativa salpicó a todo el universo Meta. En resumen, Meta no goza precisamente de la etiqueta de “guardián de la privacidad”, sino más bien de lo opuesto. No por nada Véliz describió a Facebook como “un buitre de los datos” por su voracidad para recolectar y lucrar con información personal.

 

@cm_ramoslinares