N50 de Apple: ver no es sólo mirar

N50 de Apple: ver no es sólo mirar
Carlos Miguel Ramos Linares
Ecosistema digital

Ecosistema digital escribe Carlos Miguel Ramos Linares

La carrera por dominar la realidad aumentada no es sólo una cuestión de hardware, sino de percepción. Apple lo entiende, aunque no lo haya logrado del todo con sus Vision Pro. Ahora, frente al tibio recibimiento de su primer visor de realidad mixta, la compañía alista un nuevo intento: unas gafas más ligeras, más baratas, más usables. Pero esto no es sólo una estrategia de mercado; es una transformación en el ecosistema mediático que merece leerse desde la Ecología de los Medios.

Como diría Neil Postman, toda nueva tecnología cambia no solo lo que hacemos, sino lo que somos capaces de percibir. Las gafas de realidad aumentada, al superponer capas digitales sobre el mundo físico, modifican nuestros marcos cognitivos, reformatean la experiencia del espacio y reconfiguran los modos de ver. No se trata simplemente de añadir hologramas a la sala o trabajar con múltiples ventanas flotantes: se trata de crear un entorno perceptivo nuevo, un metamedio.

Carlos Scolari advierte que los medios no mueren, se transforman. Y en esa lógica, las gafas de Apple no reemplazan la computadora ni el celular; los reconfiguran, los vuelven ubicuos y, sobre todo, los insertan en el campo visual constante del sujeto. Es aquí donde la ecología de los medios actúa con claridad: no es solo el dispositivo lo que importa, sino el ecosistema que genera y las lógicas culturales, sociales y perceptuales que activa. Las nuevas gafas no solo harán más ligero el aparato: harán más ligera la frontera entre lo real y lo virtual.

El fracaso relativo del Vision Pro no fue técnico, sino simbólico. El público aún no estaba listo para cargar sobre su rostro un símbolo tan visible de elitismo tecnológico. El nuevo modelo, al prometer ligereza y menor precio, apunta a algo más profundo: la naturalización de la interfaz. Apple ya no quiere que lleves tecnología; quiere que la seas.

Estamos frente a una mutación que va más allá de un visor mejorado. Es el paso hacia una cultura aumentada, donde el entorno deja de ser neutro para convertirse en una pantalla programable. En términos ecológicos, cada medio es un entorno que moldea a sus usuarios. Las gafas de realidad mixta prometen transformar no solo lo que vemos, sino cómo construimos sentido. Y ese, más que un avance técnico, es un giro cultural.

¿Veremos con otros ojos el mundo cuando estas gafas lleguen? Probablemente. Pero más importante aún: será el mundo el que comience a mirarnos distinto, ahora que las interfaces ya no están en nuestras manos, sino frente a nuestros ojos.

 

@cm_ramoslinares

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