Armenta, bajo fuego

Armenta, bajo fuego
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado 

Bajo la lógica de que el mejor adversario es el que no llega a la competencia, el equipo del senador Alejandro Armenta lleva dos semanas bajo asecho. No es una casualidad en política que el lunes 31 de julio y el 7 de agosto dos eventos que corren en paralelo no tengan relación entre sí.

La semana pasada estuvo marcada por el escándalo del llamado #AudiDelBienestar que fue atizado por Ricardo Salinas Pliego, el dueño de Grupo Salinas que busca a todas luces torpedear la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador, por obligarlo a pagar créditos fiscales que antes se le condonaron y que ascienden en México a 39 mil millones de pesos.

La de Armenta fue una tormenta perfecta, pero parece nadie de su círculo cercano lo advirtió en su momento. No solo fue una omisión gravísima pretender ver desde la esfera local el obús lanzado desde la trinchera contraria, sino un error táctico asumir que la crisis se iba a quedar en un perímetro no más allá de los volcanes.

En medio del clima general de linchamiento en contra del régimen del presidente Andrés Manuel López Obrador, el rasgo ostentoso de un automóvil de alta gama adquirido por la mano derecha de Armenta, José Luis García Parra, fue combustóleo que alimentó la llama local hasta alcanzar niveles insospechados.

Este lunes 7 que el presidente de la Mesa Directiva del Senado ofreció la habitual conferencia de prensa le fue sembrado un personaje del que nadie pudo dar santo y seña que se dedicó a tomar fotografías a la reportera de El Sol de Puebla, Victoria Ventura, lo que a todas luces constituye un acoso y atentado a la integridad de una mujer.

Como ocurrió con el escándalo del #AudioDelBienestar el lunes 31, en esta ocasión las cuentas de Twitter y perfiles asociados al diputado Ignacio Mier volvieron a viralizar la presencia de un personaje ciertamente indeseable con la intención de prolongar la crisis de hace una semana que terminó con la renuncia de García Parra a la Oficina de la Presidencia del Senado.  

A estas alturas de la anticipada carrera interna por la candidatura al Gobierno de Puebla en Morena, el senador debería haber advertido que juega en ligas mayores, con adversarios que poseen alcances y brazos comunicantes con factores de poder real de los que no se puede descuidar.

Y también que, la obsolescencia de la dirigencia local en el Movimiento de Regeneración Nacional en Puebla es cada vez más notoria, que dejar hacer, dejar pasar forma parte su modo de ver la política, o de plano Olga Romero Garci-Crespo ya trae su propio juego e intereses.  

No puede ser en modo alguno un consuelo asumir que la recurrencia del golpeteo político es exactamente proporcional al posicionamiento que su nombre tiene en las encuestas de opinión como un factor para inclinar la balanza a la hora de la decisión final, potestad única del presidente Andrés Manuel López Obrador -guste o no, así será-.

La mancuerna a la que se unió la ex presidenta municipal de la capital, Claudia Rivera Vivanco, para vapulearlos es otro de los frentes que no deberá dejar pasar si es que en realidad aspira a convertirse en el candidato, pasado el periodo decisorio, de lo contrario el desgaste será mayúsculo, el riesgo mayor y la factura impagable.

@FerMaldonadoMX

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