Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado
Como en países del primer mundo, los drones en Puebla ya son utilizados para realizar todo tipo de tareas, incluso hasta para las ilícitas. No es extraño ni nuevo pensar que la delincuencia supera en creatividad y audacia para propósitos criminales protocolos diseñados en los aparatos policiales y de inteligencia.
Sólo esa circunstancia evidencia el alcance e influencia que grupos de mediana y alta peligrosidad suelen alcanzar en sus actividades cotidianas en todos los rincones del país, particularmente en los últimos sexenios y que ha permitido alimentar la narrativa de descalificación política en todos sentidos, partidos y proyectos de nación.
El secretario de Seguridad Pública en Puebla, Daniel Iván Cruz dijo esta misma semana que un artefacto volador no tripulado fue utilizado para llevar estupefacientes al interior del penal de San Miguel, en la capital del estado, uno de los más grandes y poblados.
Ya en otras ocasiones habían sido utilizados otros mecanismos para la introducción de armas, drogas o dinero para internos de notable relevancia y peligrosidad en el sistema carcelario de la capital en el que permanecen sentenciados o sometidos a proceso. Perfiles que fuera de esas instalaciones significarían un verdadero peligro.
En enero del 2022 fue encontrado el cadáver de un niño recién nacido en un contenedor de basura en el interior del mismo penal. Días después la Fiscalía General del Estado informó que el cuerpo del niño había sido exhumado de un panteón en Iztapalapa en la Ciudad de México.
En Puebla se construyó una tenebrosa la leyenda urbana: los restos del bebé a quien se le conoció como el “niño Mateo” habían sido utilizados para introducir drogas. Nunca nadie confirmó esa idea descabellada pues en los últimos meses han sido detenidas personas en flagrancia con drogas dentro de contenedores de comida, ropa y partes íntimas.
En septiembre del 2022 la empresa multinacional de comida rápida Domino’s demostró que es posible la entrega de sus productos a través del uso de drones en Nueva Zelanda. Los sitios de noticias especializados en negocios y finanzas dieron amplia cobertura sobre una iniciativa audaz en la lógica de la competencia por ampliar o consolidar mercados en Europa y países avanzados en Latinoamérica.
Por ello es aún más relevante lo revelado en Puebla. La información compartida por el responsable de la policía sobre el uso de un dron en el penal capitalino revela que detrás de ese artefacto asegurado en la batea de una camioneta y que habría sido utilizada para la introducción de droga, existe un mecanismo de operación complejo y de alta tecnología para delinquir.
Resulta difícil imaginar que quien ideó ese plan haya tenido por hábito lectura o acceso a sitios de noticias como Bloomberg, Expansión, CNN o El País, que fueron quienes fundamentalmente dieron cobertura a la nueva aventura tecnológica de una firma empresarial en la elaboración de pizzas en Nueva Zelanda.
Lo que existe es una persistente tarea de buscar herramientas nuevas para alimentar el mercado negro, mantener ingresos y violar la ley, incluso a costa de lo que sea. Si no fuera por la gravedad del caso, hasta se podría presumir que nuestros delincuentes son emprendedores, innovadores y audaces.
@FerMaldonadoMX
