Cánovas, el infiltrado

Cánovas, el infiltrado
Fernando Maldonado
Parabólica

parabolica.mx escribe Fernando Maldonado

Como la materia que ni se crea ni se destruye, el coyote panista promotor de gobernadores de muy dudosa reputación como Héctor Ortiz y Rafael Moreno Valle, Víctor Cánovas Moreno se transformó.

El ex consejero electoral en Puebla que cayó en desgracia al revelarse un audio en el que acudió como activista panista en Tlaxcala en 2014 encontró cobijo y una ubre presupuestal en el gobierno de Tlaxcala.

No sorprende que un mapache al servicio de los gobiernos panistas haya encontrado la manera de continuar como promotor de proveedores de productos y servicios en el gobierno estatal, sino la ingenuidad de una gobernadora impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador como Lorena Cuéllar.

Desde los tiempos de campaña, la tlaxcalteca se distinguió por haber aceptado fuentes de financiamiento de grupos empresariales ajenos a la agenda de la Cuarta Transformación, como en los  mejores tiempos de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional y Acción Nacional.

Cánovas Moreno encontró la puerta abierta por la influencia y buenos oficios de Sergio González, el secretario de Gobierno que mutó a la 4T cuando pudo advertir el naufragio político en el que se había metido su partido, el PAN.

En Puebla el personaje se hizo un impresentable por varias razones. En efecto fue integrante del Consejo General del Instituto Electoral del Estado en momentos en que Armando Guerrero había llegado a la presidencia de la mano de Eukid Castañón, preso en el penal de San Miguel imputado de diversos, por los cuales ya tiene dos sentencias.

En ese periodo el órgano electoral enfrentó uno de los escándalos que alcanzó a todo el país pues Armando Guerrero había acreditado una carrera en derecho con un título fake, razón por la que tuvo que declinar y regresar al anonimato.

De haber obtenido una posición de privilegio con acceso a presupuesto, chofer y ujieres por todos lados, exposición mediática y fama, regreso a la nada.

Víctor Cánovas, el personaje que medra en los sótanos oscuros del poder en Tlaxcala bajo la mirada complaciente de la gobernadora Cuéllar, formó parte se ese círculo de poder que no se detuvo ante los límites de la ley ni el decoro político para alcanzar sus propósitos.

La conducta rapaz del gestor Cánovas es exactamente proporcional a la moral pública de los gobernadores que le dieron cobijo, definición a la que no puede estar ajena Lorena Cuéllar.

No se puede entender que haya estado ajena a la acusación directa que los personeros de Moreno Valle hicieron públicamente en contra de López Obrador por las muertes del senador de la República y Martha Erika Alonso junto con la tripulación del helicóptero que cayó al piso la tarde del 24 de diciembre de 2018.

De no haber existido una ficha biográfica de este personaje que provee, gestiona y ya controla parte de la administración tlaxcalteca, es esta ante un gobierno plagado de improvisación o de complacencia.

Y si existió conocimiento del perfil que se les infiltró desde los tiempos de campaña se habrá tirado al cesto de la basura el credo lopezobradorista: no mentir, ni robar y no traicionar.

No hay duda, Cánovas ya contaminó el gobierno de la 4T y a su gobernadora.

@FerMaldonadoMX

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