Evangelista, el falso redentor

Evangelista, el falso redentor
Fernando Maldonado
Parabólica Carlos Evangelista Aniceto Morena Puebla

parabolica.mx escribe Fernando Maldonado 

El redentor de los pobres, Carlos Evangelista Aniceto, resultó ser un diputado rico frente al pueblo pobre. Como decía el profesor Carlos Hank González, símbolo icónico de la frase aquella cargada de cinismo en la era del priato obsceno: ser un político pobre, es un pobre político.

De acuerdo con información hecha llegar a autor de la parabolica.mx, el diputado local de Morena, esposo de la diputada federal del mismo partido Julieta Vences, posee dos automóviles de lujo, una camionera Mercedes-Benz GLA 200 con un valor en el mercado de los seminuevos que oscila entre los 800 y 900 mil pesos, y al mismo tiempo un auto Audi A3 con placas de circulación 3647UX, con un precio promedio de medio millón de pesos.

El diputado Evangelista Aniceto encabeza un grupo golpista dentro del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados como se reveló en la entrega de la columna el viernes 2, en la que participan Iván Herrera, Yolanda Gámez, Angélica Cervantes y Daniela Mier que se auto nombra los “obradoristas”, escrito así, en minúscula porque ciertamente han carecido de estatura política y adolecen notoriamente de congruencia militante.

Los vehículos de lujo que posee en diputado de la llamada 4T fueron adquiridos antes de la llegada a la legislatura y en su condición de titular de la cartera de Combate a la Corrupción en el Comité Ejecutivo Nacional de Morena, en donde percibía un salario de 15 mil pesos mensuales.

En su poder también existe una camioneta RAM 1500 Crew Cab modelo 2021 que Morena en Puebla adquirió en un poco menos de 700 mil pesos para realizar tareas partidistas y forma parte de la flotilla de vehículos que el Comité Estatal del partido en el poder adquirió y luego, como en la cueva de Ali Babá, se hicieron perdedizos.

La desaparición de bienes que no forman parte del patrimonio familiar o personal del aguerrido combatiente de la corrupción y la mafia en el poder, parece ser la constante, desde que él y la diputada Vences hacían gestión para proyectos productivos en la región de Tecamachalco y para la venta de garage de candidaturas en tiempos electorales.

Fue él quien desde su posición como integrante de Morena promovió las aspiraciones de José Juan Espinosa Torres, el ex edil de San Pedro Cholula que era despreciado por la base militante de Morena por haber pactado con el grupo de Mario Marín Torres y Rafael Moreno Valle, el primero gobernador del PRI, recluido en el penal de Puente Grande; el segundo, converso al PAN, pero despreciados ambos por la base.

Entre 2008 y 2016, el periodo en el que abundaron “coyotes” disfrazados de gestores en la delegación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca debieron hacer frente a las acusaciones de haber desviado dinero de programas de asistencia al campo con la Clave Única de Habilitación T-PUE-221110-0958.

En 2014, un grupo de mujeres productoras se armó de valor y acusó a Vences y a Evangelista de haberles “robado” los apoyos y de haber cobrado moches a beneficiarios de proyectos diversos. El militante de Morena que se dice “obradorista” y que ocupó la cartera de Combate a la Corrupción en el Comité Nacional de Morena retó a golpes dentro de la delegación de SAGARPA a quienes acusaban robo, extorsión y fraude.

El verdadero rostro de Carlos Evangelista Aniceto no es el del discurso contra la corrupción, tampoco encaja en el axioma del presidente Andrés Manuel López Obrador: no robar, no mentir y no robar.

@FerMaldonadoMX

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