El triángulo del poder público

El triángulo del poder público
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica escribe Fernando Maldonado 

De triángulo rojo, a triángulo del poder. Así ha sido la transformación que se vive en ese perímetro de la geografía poblana que durante los gobiernos de Rafael Moreno Valle y Antonio Gali floreció el robo de combustible y cuando ese fenómeno delictivo fue castigado con mayor rigor, ya con Felipe Calderón del PAN y Enrique Peña Nieto fuera del PRI y fuera del gobierno federal, mutó a otros ilícitos como el robo de transporte de carga, cobro de piso o secuestro. 

Los fenómenos delictuosos continúan en mayor o menor medida porque como en el resto del país, la llamada Cuarta Transformación debe aún cumplir con la oferta de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador: pacificar el país y evitar el derramamiento de sangre que comenzó con el calderonato.

La coyuntura política que prevalece en el estado desde diciembre pasado cambió la conversación para referirse a ese triángulo que integran Tepeaca, Tecamachalco y Acatzingo. Es ese el punto neurálgico de la discusión pública y la disputa por el poder.

Tres personales clave en esa narrativa son el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, oriundo de Tepeaca. Sorprendió a propios y extraños por sus habilidades políticas que han sido puestas en primer plano desde que protestó el cargo el 15 de diciembre pasado en el pleno de la Cámara de Diputados.

Hábil en la negociación y dialogados pertinaz ha conseguido dejar que el ritmo de la temprana contienda vaya por su curso sin impedir la competencia política entre los aspirantes a sucederlo en 2024, sin distingo aparente como el buen árbitro que entre menos injerencia, más ayuda.

El oriundo de Tecamachalco, Ignacio Mier Velazco juega sus cartas como sucede en toda competencia. Sus seguidores y alguno que otro anticipado, nervioso por la percepción artificial de que la decisión sucesoria está tomada, ya brincó al tren del coordinador de los diputados federales de Morena.

Y en el otro extremo está el presidente del Senado de la República, Alejandro Armenta Mier. Es originario de Izúcarde Matamoros, pero desde muy niño radicó en Acatzingo, el municipio por el que fue electo mediante una consulta popular a muy temprana edad, cuando ya se le advertían capacidades políticas.

Es el triángulo del poder en donde se está definiendo el rumbo de una de las entidades de mayor peso político y social de la República. Y no es todo, porque además y sin afán de exagerar, también se ha definido el futuro del país, pues por primera vez en la historia de la República, el Congreso de la Unión es liderado por dos primos, Armenta Mier y Mier Velazco. Guste o no a sus respectivas huestes, es una realidad de kilo que no puede ni debe ser soslayada.      

De ahí que la poco amable definición que se le asignó en el sexenio que fue del 2011 a 2017 en una metáfora que alude al Triángulo Dorado por su actividad de los cárteles de la droga en el norte del país es otra. Sólo falta definir si el Triángulo Político es equilátero o escaleno. 

Sólo luego de conocer la encuesta definitoria y la conducta presidencial se deberá entender si el trazo entre una y otra esquina fue con criterio apegado a la pulcritud y la decencia, no antes.

@FerMaldonadoMX

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