Irene Olea, de cuerpo entero

Irene Olea, de cuerpo entero
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado

A la presidenta municipal de Izúcar de Matamoros, Irene Olea Torres, le gusta jugar al límite. Así lo dejó en claro en plena interna de Morena para la candidatura a la gubernatura de la que el ex gobernador Miguel Barbosa Huerta dio banderazo de salida en octubre del 2022.

Olea apostó por dos cartas. Nada podía fallar: un día organizó una reunión para Ignacio Mier Velazco, el coordinador de los diputados federales de Morena; y con una diferencia de horas, también tuvo ánimo para organizar otro encuentro con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, cuando fue presidente del Congreso del Estado.

Se podría decir que la edil de Izúcar de Matamoros que en la mañana es porrista de Mier; de tarde lo fue del gobernador Céspedes Peregrina. No es la más honorable de las conductas como se puede evidenciar en las últimas semanas.

La conducta pública de quien el pasado 11 de marzo mandó a un grupo de entre 15 y 18 policías municipales a detener, golpear y humillar a un grupo de jóvenes reporteras encabezadas por Natali e López Hoyos explica la descomposición del pueblo mixteco que todos los días ve con azoro la imagen viva del abuso, la prepotencia y la ineficacia.

Y es que mientras Artículo 19 documenta el abuso cometido en contra de las reporteras, la presidenta municipal sigue ufana perpetrando abusos en el uso del dinero público al amparo de la protección que presume tener en la Secretaría de Gobernación, en Casa Aguayo.

A Julio Huerta, el responsable de la conducción de la política interna y aspirante a suceder a Sergio Salomón Céspedes Peregrina en 2024 lo llama “mi jefe”, por ejemplo. Las bardas que han parecido en la puerta de la mixteca en las que se promociona al funcionario, tienen una autoría y los habitantes de la zona lo saben.

También ha sido notoria la presencia de la parentela que ha ubicado en puestos clave, con salarios muy por arriba del promedio del que pueda gozar un servidor público en esa región sumida en la pobreza condenable.

Colocó a dos parientes directos del marido, Antonio Guevara Palafox, que también goza de un rango propio de las monarquías. Carece de cargo formal pero dispone y ordena como jefe de gabinete sin que haya quien lo frene a este don nadie, cuyo único mérito es ser el consorte de la presidenta municipal.

El Jefe de la Oficina de la Presidencia Municipal fue encomendada a Arturo Guerrero Guevara; es sobrino del marido de la edil y tiene una remuneración de 30 mil pesos; mientras, la esposa del jefe de la Oficina, Maribel Matías Martínez, es la Contralora del municipio y también tiene un salario de 30 mil pesos según se puede observar en el portal plataformatransparencia.org.mx.

La conducta familiar, pública y política coloca a la presidenta municipal en una condición de vulnerabilidad extrema. Los juegos de traición, el manoseo al erario del municipio, el trato despótico de Irene Olea llegó al cenit con el abuso cometido en contra de las jóvenes reporteras que ya recibieron el apoyo de organismos de notable influencia, para la desgracia de la edil.

 

@FerMaldonadoMX 

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