El consenso en Morena

El consenso en Morena
Fernando Maldonado
Parabólica

parabolica.mx escribe Fernando Maldonado  

Hace pocos días sonó el teléfono del ex rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Enrique Agüera Ibáñez, retirado de la vida política desde hace casi una década, luego de que en 2013 enfrentó al aparato de Rafael Moreno Valle que había jugado la capital con Antonio Gali Fayad desde la trinchera del Partido Acción Nacional y aliados.

El llamado telefónico era el de Alejandro Armenta Mier, como parte de la cortesía política de la que se ha investido el senador de la República que este fin de semana se dedicó a tomar protesta a los Comités de Defensa de la Transformación.

No es que el ex rector universitario haya figurado entre los perfiles que hicieron tarea política por uno u otro de los competidores en el partido en el Gobierno, pero su nombre es aún símbolo de poder e influencia entre un grupo que creció en la escena durante su estadía al frente de la universidad pública y que hora día traen capital propio.   

Sensatez y madurez política la del triunfador de la interna del partido en el poder. No ha dejado de conciliar e invitar a los actores fundamentales de la vida pública como parte de la tarea encomendada por la Coordinadora Nacional, Claudia Sheinbaum.   

Tejer para construir y construir para consensuar. Esa ha sido la divisa desde el 10 de noviembre que el partido Morena confirmó que el ganador de la interna para elegir al coordinador de la Defensa de la Transformación había sido Alejandro Armenta, sobre el primo Ignacio Mier.

En una de las primeras entrevistas que Armenta Mier concedió, pregunté sobre los orígenes de la fotografía en la que aparece sonriente, tomado de las manos de su adversario y pariente, coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro.

A la pregunta puntual vino una respuesta igualmente, sin retórica de más, simple y llana. Sin hipérbole ni galimatías dijo a quienes integramos la mesa Viralidad Socal 2.0 quién había buscado a quien. Forma en fondo, en política, ya se sabe. 

La comida entre ambos fue propiciada por el ganador de la contienda. Fue él quien extendió la mano y apenas este sábado, la deferencia del 11 de noviembre fue devuelta con un encuentro en el hotel Colonial del Centro Histórico de la capital, en el que hubo cupo hasta para quienes habían orquestado las campañas de ataques y descalificaciones.

Ese es el contexto en el que se explica que este domingo durante la toma de protesta de los comités responsables de defender el proyecto político que busca quedarse otro periodo de gobierno más allá del 2024, en primera fila en Teziutlán hay aparecido entre la multitud el edil Carlos Peredo, el cacique que está por terminar su cuarto periodo al frente de la columna. 

Y algo similar ocurrió cuando en Atlixco apareció el diputado federal Mario Carrillo, un decidido impulsor de las aspiraciones del propio Mier Velazco durante toda la etapa en la que las y los competidores se colocaron en el arrancadero.

Dos semanas después, el saldo accidentado del 10 de noviembre podría ser superavitario en el corte de caja de Armenta. La suma es lo que ayuda a una causa política porque como lo dijo el tuxpeño Jesús Reyes Heroles, lo que resiste apoya.

@FerMaldonadoMX

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