Mentira y soberbia

Mentira y soberbia
Jesús Olmos
Andrés Manuel López Obrador

 

Máscaras escribe Jesús Olmos 

 

Desde el inicio del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, hemos venido viviendo, de acuerdo con las voces de muchos de sus opositores “el inicio de una dictadura”. 

Ven la dictadura en el cambio del modelo de comunicación, de los eventos teatrales del peñismo a las conferencias mañaneras de AMLO, ven la dictadura en las decisiones de la mayoría del movimiento que triunfo en las urnas en el 2018 y en el 2021 como si no viviéramos en una democracia.

Ven la dictadura en la crítica a un grupo de periodistas y medios que vivieron siempre congraciados con el poder, acríticos y acomodaticios, pactando silencio a las tragedias humanitarias que vivió el país. 

También la ven, en la inclusión de la palabra bienestar en el modelo de Gobierno, como si ese concepto significara el martillo y la hoz, como si les impusiera el pecado de pensar en los demás como en ellos mismos. 

La realidad es que no hay tal, todos estos dichos en la práctica resultan una mentira. No hay restricción de los Derechos Humanos, no hay parálisis de las libertadesindividuales, no hay control del acceso a medios de producción, no hay expropiaciones masivas, no hay cierre de periódicos y debilitamiento generalizado de instituciones, no lo hubo ni en los tiempos de la cruel pandemia.

La realidad es que hay mucha hipocresía de quienes defenestraron causas, ahogaron gritos agónicos y persiguieron hasta con escuadrones de muerte y ahora se dicen defensores de los reclamos más justos. Pero todo ello no exime que hay una realidad lacerante. 

Lo que sí hay, y es evidente e inocultable a todas luces, es que hay es un gobierno de muchos errores y poca, muy poca o nula autocrítica. La soberbia ha inundado las conferencias matutinas presidenciales, los comunicados y replicas gubernamentales, extendiéndose como se barren las escaleras, de arriba hacia abajo y salpicando todo. 

Lo que sí hay es un embate basado en una generalización apresurada del presidente de la República hacia la prensa o lo crítico. Sin distinción, tachando a todos por igual de adversarios o contrincantes, sin un gramo de análisis o reflexión puntual. 

Lo que sí hay es un movimiento que dejó de basarse en los ideales y la necedad de un hombre por no ser pragmático y acabó haciendo de esta práctica una regla general. 

Lo que vemos ahora es que en la disputa por la verdad hay dos realidades contrarias, peleadas una con la otra de manera irreconciliable.

Lo que vemos es que hay dos opciones, mentira o soberbia, y ninguna de ellas emociona, convence, da certeza, quita dudas o arrasa con fantasmas.

Si hay algo que debemos hacer, de cara a lo que viene, es mantenernos con los ojos bien puestos en la realidad, no permitir que nadie construya una verdad a medias, que no se manipule lo que ocurre en nuestro territorio.

Por ello hay que cruzar versiones, leer dos veces, revisar con puntualidad, cada segundo, cada milímetro, hasta encontrar una pequeña dosis de realidad. 

@Olmosarcos_

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