Del escritorio del Doctor Germán Molina
Una vez concluido el proceso de selección de los Coordinadores de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, el pasado diez de noviembre, en que conforme a la Convocatoria emitida por la Dirigencia Nacional de Morena y atendiendo a los criterios de designación emitidos por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la federación, respecto a la paridad de género en las candidaturas, donde se determinó que los partidos deben postular a cuatro hombres y cinco mujeres para las elecciones en los Estados del país, que cambiarán gobernadores en el proceso electoral de 2024.
Es evidente que aún y cuando el proceso de encuesta que aplicó Morena para la selección de las candidaturas puede ser cuestionado y hasta descalificado por quienes no las ganaron, también lo es, que las irregularidades y gastos excesivos de promoción de la imagen de los participantes en los procesos saltan a la vista y difícilmente serán investigados o sancionados en los casos en que se hayan utilizado recursos económicos y materiales del erario público, así como el acarreo de militantes y personal de las dependencias de gobierno, en favor de alguno de los contendientes.
Por ahora lo único importante es que la lista definitiva de quienes encabezarán los Comités de Defensa en los estados, ya existe y que de ninguna forma, es posible que se revisen las irregularidades o se abran investigaciones en contra de quienes excedieron el tope de los gastos de promoción autorizados por la dirigencia nacional o de que existían dados cargados en favor de algunos de los aspirantes.
El mensaje para todos los militantes y simpatizantes de Morena, es que todos los contendientes aceptaron desde el principio las reglas y que deben respetar el resultado, “haiga sido, como haiga sido” y a los perdedores sólo tienen dos opciones: conformarse con los premios de consolación y sumarse a las campañas de los ganadores; o bien quedar en el ostracismo político fuera del partido y si acaso buscar el cobijo de otro instituto político, ya sea en MC o con los partidos de la Alianza opositora conformada por el PRI, PAN y PRD, lo que significaría pasar al lado de la oposición y correr el riesgo de que les saquen los expedientes que seguramente se tienen de ellos, o les integren fast trac una carpeta de investigación con cualquiera de las fiscalías estatales.
De ahí, la importancia que tenía para todo el proceso, la postura y decisión final que tomó Marcelo Ebrard, candidato “perdedor” quién ilusamente pensó que al inconformarse con el resultado en la elección de la candidatura a la Presidencia de la República, a través de los organismos internos del partido, lograría se repitiera la elección, lo que nunca ocurrió y en días pasados finalmente aceptó continuar en el partido y sumarse a la campaña de Claudia Sheinbaum, por lo que seguramente tendrá un lugar en el gabinete en la siguiente administración federal; y tener fe en que para 2030, ahora sí podría convertirse en el candidato a la Presidencia de la república por Morena; pensando que ahora sí, les cumplirán la promesa hecha por AMLO en 2006 y 2018; allá el y su circunstancia.
La lectura que deja la decisión de Ebrard, es de que más vale estar con los ganadores, que correr una aventura con MC y tener que someterse a una elección interna para la candidatura a la Presidencia de la República, con Samuel García, gobernador con licencia de Nuevo León, con el riesgo de ser nuevamente derrotado y con ello echar a la borda el capital político y apoyo de su grupo, que lo sigue desde que fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Ante dicho panorama, difícilmente en los proceso de elección de candidatos a Coordinador de los Comités de Defensa de la 4T en los nueve estados que tendrán elecciones en 2024, podrían existir inconformidades de candidatos perdedores o rompimientos con el partido; aún y cuando quienes ganaron hayan incurrido en irregularidades o gastos excesivos de promoción en el proceso; esos aspectos ya quedaron atrás y ni el partido, ni las autoridades electorales, se darán por aludidas, en virtud de que a pesar de que existan las denuncias correspondientes, éstas seguramente terminarán archivadas o se resolverán hasta después de que concluya la elección de 2024.
Pero una de las lecciones de mayor peso, que deja el proceso de elección de los Coordinadores de los Comités de defensa de la 4T en los Estados, es que el Presidente deja claro que sigue y seguirá siendo el gran elector, ya que aún y cuando Omar Garcia Harfuch candidato propuesto por Claudia Sheinbaum aventajó en las encuestas a la candidata de AMLO, Clara Brugada; con el pretexto del género, fue desplazado de la candidatura, después de una serie de críticas y cuestionamientos de los grupos radicales de Morena en la ciudad de México, en contra de que fuera quedara Garcia Harfuch, quién podría captar el voto de la clase media en la ciudad y con ello garantizar de alguna forma el triunfo en 2024. La decisión final fue la del presidente, por lo qué la entrega del bastón de mando fue una ficción, de que con ello, le cedía las decisiones a la virtual candidata presidencial y seguramente esa será la tónica, desde ahora que es el Presidente de México y en el siguiente sexenio en que el manejo y control del país, se decidirán desde Macuspana Tabasco, sino, al tiempo lo constataremos, el obradorato está en vías de consumarse.
Director fundador del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.