Contra el olvido

Contra el olvido
Antonio Abascal
El Blog de Puebla Deportes

El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal

Antes de la remodelación del Estadio Cuauhtémoc había varias placas en la entrada principal del inmueble, en la que generalmente entraba la prensa, eran las del ascenso del Puebla en 1970, la del primer campeonato de liga en 82-83, la del campeonísimo de 89-90 y la del ascenso en 2007; dichas placas contenían los nombres de jugadores, cuerpos técnicos y directivos que habían alcanzado logros importantes para el club. Después de la remodelación las placas se reubicaron en la entrada al palco de la directiva por la zona de platea poniente y justo debajo de lo que queda del mural original del Estadio obra del arquitecto poblano Jesús Corro Ferrer, pero no se colocaron todas esas placas. Ahora los aficionados que se acercan sólo pueden ver la de la 89-90 y la del último ascenso, se perdieron la del primer regreso a Primera División y la del primer campeonato en la 82-83.

Hoy se cumplen cuarenta años de la final ante Chivas, del gol de Arturo “Mango” Orozco para empatar el global ya que los tapatíos habían ganado 2-1 con los tantos de Sammy Rivas (qepd) y Demetrio Madero en jugadas de táctica fija, mientras que por la Franja había marcado el joven Paúl Moreno Altamirano. El gol de Orozco pegó en la espalda de Madero para desviar la trayectoria al guardameta Celestino Morales en el cierre del primer tiempo (minuto 44) alargó el juego a los tiempos extra y luego a los penales, una larga tanda que resolvió Luis Enrique Fernández (quien había ascendido en 1970 y era un jugador muy querido) para dar paso a la carrera de festejo más larga, más emotiva y más significativa en la historia del equipo porque era el primer campeonato de liga en treinta y nueve años desde su fundación, era un gol que conectaba con la tristeza de la desaparición por el incendio en el viejo “El Mirador”, era un gol que no estaba en los planes cuando el 22 de julio de 1982 se había anunciado la venta del equipo porque el dueño Jorge Suárez no podía afrontar los gastos de una nómina muy cara con las figuras españolas tras la devaluación de ese mismo año.

Tal vez por el paso del tiempo, tal vez porque la actual directiva del Puebla le ha dado más vuelo al campeonísimo, tal vez por la historia tantas veces contada del equipo de los “viejitos” magistralmente dirigidos por Manolo Lapuente que evitaron los problemas del descenso que varias presuponían para llegar a la liguilla y vencer a tres equipos tapatíos siempre perdiendo las idas en Guadalajara (Tecos de la Autónoma, Leones Negros de la U de G y Chivas) para regresar y ganar en el Cuauhtémoc, se ha perdido de vista la gran calidad que atesoraba ese plantilla, una plantilla conformada por profesionales que llegaron sí al cuarto para la hora pero que se dedicaron a trabajar; tal vez porque mediáticamente se ha destacado más lo improbable de aquel campeonato, la gesta poblana cada vez queda más lejos y no se ha sabido reconocer verdaderamente a los hombres que le dieron un gran triunfo a la ciudad de Puebla, porque sin temor a exagerar los festejos posteriores al penal de Luis Enrique fueron apoteósicos, como no se habían visto en la ciudad.

Por eso vale la pena destacar a esa escuadra que sin duda consolidó a la afición del equipo, que dotó de orgullo deportivo a la Angelópolis, sus jugadores se convirtieron en ídolos y algunos ya lo eran desde antes como el propio Luis Enrique, Moisés Camacho, Juan Alvarado y Silvio Fogel porque ya llevaban muchas temporadas defendiendo la playera, otros brillaron intensamente como Muricy Ramalho, algunos llegaron para quedarse para siempre en el corazón de los aficionados como Paúl Moreno y otros se quedarían para escribir páginas brillantes como los Arturos (Álvarez y Orozco) únicos que ganaron los dos campeonatos de liga ochenteros. A los otros ya los iremos destacando a lo largo de las próximas líneas.

El 27 de mayo de 1982 un combinado de Pumas y Puebla derrotó 5-0 al Atlético de Madrid con Hugo Sánchez en el Estadio Cuauhtémoc; Ricardo Ferreti marcó uno de los goles, el vasco Santiago Idígoras hizo tres goles y Manuel Manzo cerró la cuenta, esa escuadra tuvo en el mediocampo a Asensi, Muricy y Manzo, además de Ferreti y Negrete. Pero lo que parecía la consolidación del Puebla de los españoles porque ya se había anunciado como nuevo director técnico a Joaquín Rifé, quien como futbolista disputó 401 partidos con el Barcelona, se convirtió en una pesadilla cuando el 22 de julio se anunció la venta del club a Veracruz; fueron cinco días de mucha actividad a partir de las gestiones de Enrique Montero Ponce (qepd) quien buscó al Gobernador del Estado, Guillermo Jiménez Morales para salvar al Puebla, hubo un momento que las gestiones parecían romperse, pero un último intento de Montero Ponce, Jorge Murad Macluf (qepd) y Emilio Maurer terminaron convenciendo al dueño Jorge Suárez para aceptar la propuesta del Gobierno de Puebla que así adquirió a un equipo de futbol.

Se formó un patronato que encabezaban Pedro Ángel Palou (qepd), Emmanuel Couttolenc Osorio (qepd) y atrás estaban personalidades como Rafael Moreno Valle Sánchez (qepd) y quien fue clave para traer a jugadores como el guardameta Pedro Soto, así como ya aparecía Emilio Maurer. Ellos tuvieron que trabajar con un presupuesto más limitado que el anterior y decidieron darle las gracias a los brillantes españoles Pírri, Asensi e Idígoras, así como al entrenador Rifé (que realmente nunca dirigió al Puebla), apostaron por Manolo Lapuente quien era un segundo vicepresidente del club  y ya había dirigido algunos partidos como interino, al mismo tiempo rearmaron al plantel quedándose con Muricy, Arturo Álvarez, Moisés Camacho, Arturo Álvarez, Gustavo Beltrán, Ángel Ramos y algunos jóvenes como Francisco Thompson, Héctor “Tito” Rosete, Eusebio Martínez y Carlos Sánchez de Ita (qepd), también llegó el joven sensación Paúl Moreno procedente del Salamanca de segunda división y quien había sido seguido por Antonio Figueroa en una transacción que todavía hizo la anterior directiva.

Llegaron Pedro Soto para competir por la portería con Moi Camacho y quien había sido seleccionado nacional mundialista en Argentina 78, el central chileno Nelson Sanhueza, el lateral izquierdo Arturo “Mango” Orozco, Raúl Arias (quien había tenido buenas campañas en el Potosino), Toño de la Torre (quien había sido figura del América y seleccionado nacional en Argentina 78), José Luis Ceballos un extremo izquierdo argentino quien había sido figura del Cruz Azul, el ecuatoriano Ítalo Estupiñán (qepd) quien ya había sido campeón con Toluca y había jugado en el América y Atletas Campesinos de Querétaro, sacaron del retiro a Silvio Fogel y regresaron a Luis Enrique Fernández quien había emigrado al Atlante luego de la campaña 79-80, para jugar con los Potros dos años. Manolo Lapuente mantuvo al alemán Axel Bierbaum en la preparación física y así arrancó un torneo en el que incluso políticos como Arsenio Farell Cubillas vaticinaban el descenso del Puebla, Farell era director del Seguro Social que en ese momento manejaba dos equipos el Atlante y el Oaxtepec y en una reunión con Jiménez Morales se le acercó para decirle que el Patronato no había hecho una buena labor rearmando al equipo lo que generó la molestia de Emilio Maurer y una de sus típicas contestaciones.

Ese equipo finalizó en tercer lugar de la tabla 45 puntos (sólo se otorgaban dos por victoria) producto de quince triunfos, quince empates y ocho derrotas con 53 goles a favor y 39 en contra. En Puebla sólo perdió un juego (1-2 con Atlas en la fecha 13 jugada el 21 de noviembre de 1982 con goles de Paúl Moreno para los poblanos, Nardoni y Roberto Masciarelli hicieron los tantos rojinegros), ganó doce y empató seis incluyendo un 2-2 con el América de Carlos Reinoso (que en esa campaña impuso récord de puntos con 61). Cabe destacar que en la fecha treinta y tres el Puebla venció 3-0 a la U de G con tantos de Paúl, Ítalo Estupinán y Raúl Arias y en ese marco se homenajeó a Juan Alvarado por sus diez años en el club. Muricy anotó catorce goles en la fase regular beneficiado porque Estupiñán jalaba la marca y el brasileño llegaba de atrás además de que armaba el juego; en la portería Moi Camacho disputó veintiséis partidos y Pedro Soto doce recibiendo sólo siete goles por lo que en la liguilla se quedó con la titularidad.

La fiesta grande fue especial porque el Puebla sólo se había asomado a ella en la 73-74 dirigido por Nacho Trelles y en la cual cayó ante Cruz Azul. Arrancó el 12 de mayo en el Estadio Tres de marzo de Zapopan y los Tecos se impusieron 2-1 con goles de Javier Hernández (años más tarde sería campeón con el Puebla) y Edmur Lucas, mientras que Muricy al 68 marcó un importante gol para buscar la remontada en Puebla, la vuelta se jugó el domingo 15 de mayo y los poblanos golearon 5-1 para acceder a semifinales: Muricy hizo otros dos tantos, Ceballos también hizo doblete y Paúl Moreno cerró la cuenta, el gol tapatío fue un autogol de Sanhueza. En semifinales la U de G ganó 1-0 en Guadalajara con gol de Correa, Luis Plascencia marcó en la vuelta al 27 para acrecentar la renta universitaria, pero Muricy igualó de penal al 45, Estupiñán al 49 igualó el global para que el propio Muricy pusiera adelante al equipo de la Franja al 69, Paúl Moreno dio más holgura al 81 aunque Dávalos acercó a los Leones Negros con un penal al 86.

Por primera vez el Puebla llegaba a una final de liguilla, por primera vez recibiría la vuelta porque las Chivas habían sorprendido al líder América con una majestuosa goleada de 0-3 en el Azteca, los tapatíos perdieron varios hombres suspendidos tras las gresca monumental que se generó pero el 26 de mayo la escuadra de Alberto Guerra se impuso 2-1 con los goles de Sammy Rivas al catorce y de Demetrio Madero en 74 en jugadas a balón parado, mientras que Paúl Moreno había igualado momentáneamente al 55 https://www.youtube.com/watch?v=qutMzEhS6LU.

La vuelta se jugó el 29 de mayo en un Estadio Cuauhtémoc (todavía sin rampas y con su viejo techo en platea poniente) lleno de aficionados poblanos, con pancartas que llamaban a la lucha y entrega. El gol de Arturo Orozco tras pegar en la espalda de Demetrio Madero igualó la eliminatoria, en el segundo tiempo Muricy anotó pero el árbitro central Mario Rubio decretó fuera de lugar, en el tiempo extra el guardameta de las Chivas, Celestino Morales se erigió como la figura al evitar un golazo de Muricy y luego al negar el gol ante el propio brasileño, Paúl Moreno, Estupiñán y Ceballos. Los penales llegaron en la portería que da a la autopista.

Los primeros penales fueron convertidos por cada equipo; Cisneros, Dávalos y Quirarte por los visitantes, Muricy, Arias y Sanhueza por los locales; Rico falló por las Chivas, Estupiñán acertó, Rivas le dio vida a las Chivas y Paúl Moreno voló su disparo para decretar la muerte súbita. Ceballos y Jaime Pajarito acertaron, lo mismo que Orozco y Guerrero, Sergio Lugo estrelló el balón en el poste pero Toño de la Torre entregó su disparo a la estirada de Celestino Morales, Demetrio Madero erró para darle al Puebla una nueva oportunidad que Luis Enrique Fernández no desaprovechó para darle al equipo de la Franja su primer campeonato y a la ciudad una alegría que hasta entonces no había conocido. Ese día jugaron Pedro Soto, Arturo Álvarez, Nelson Sanhueza, Luis Enrique Fernández y Arturo Orozco, en la defensa; Toño de la Torre, Arias, Ángel Ramos (Paúl Moreno al 53), Estupiñán y Ceballos https://www.youtube.com/watch?v=xsgN7vJK9CI.

La crónica de “El Heraldo de México” decía: “La explosión de júbilo de los poblanos no se hizo esperar, Fernández cruzó todo el campo con las manos en alto mientras lo seguían sus compañeros para felicitarlo y fue a caer en el área contraria, ahí se formó una montaña humana en tanto que en las tribunas había gritos de alegría, la gente lloraba, bailaba, agitaba banderolas y en instantes surgió el grito de ¡Puebla campeón, Puebla campeón!

Hasta la fecha el Puebla es el único equipo mexicano en ser premiado por el Presidente de FIFA, Joao Havelange (quien estaba en Puebla porque se acercaba el mundial sub 20 de México 83 y empezaban los trabajos para el mundial de México 86 que nuestro país había recibido el 20 de mayo, nueve días antes de la final, luego de la renuncia colombiana), también estuvo el vicepresidente de FIFA Guillermo Cañedo y los jerarcas federativos.

Aunque no haya placa, aunque la actual directiva no le dé la importancia debida, estos hombres dirigidos por Manolo Lapuente fueron los primeros en ganar en Puebla y por eso siempre estarán en la memoria de los aficionados que vivieron esa gesta, ellos contribuyeron a que una nueva generación se enamorara del futbol y de la Franja, ellos demostraron que esta ciudad podía ser protagonista en el futbol. No fue obra de la casualidad porque los “viejitos” tenían mucha calidad y fueron muy bien dirigidos; por ello hay que seguir peleando contra el olvido, por ello hay que seguir peleando por darles su lugar, por ello hay que seguir nombrándolos, por ello este espacio no se cansará de cantar su hazaña.

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