Iconos de los setenta

Iconos de los setenta
Antonio Abascal
El Blog de Puebla Deportes Club Puebla

El Blog de Puebla Deportes por Antonio Abascal

Cuando se habla del Puebla de la Franja y su rica historia hay momentos que tienen mayores reflectores, que se repiten y que se analizan en profundidad: El inicio y los años en el Parque “El Mirador, incluyendo las primeras copas, luego el ascenso de 1970 y la fiesta en la ciudad, el primer campeonato y la década de los ochenta, el campeonísimo de la 89-90, el subcampeonato de la 91-92, el ascenso en 2007. En ocasiones el brillo del campeonísmo ha tapado un poco el primer campeonato y hasta la propia directiva del equipo ha contribuido a que de ese primer campeonato haya pocas referencias para las nuevas generaciones a tal grado que en el Estadio Cuauhtémoc por la entrada a las plateas, justo por debajo del mural de Jesús Corro Ferrer, se pueden encontrar las placas conmemorativas al campeonato de la 89-90 y al ascenso de 2007 donde se recuerda a las plantillas completas pero ya no está la placa para recordar a los hombres que le dieron al equipo su primer título en esa tanda de penales agónica contra las Chivas Rayadas del Guadalajara https://www.youtube.com/watch?v=xsgN7vJK9CI.

Además otros momentos de la historia del equipo son poco repetidos y por consiguiente algunos jugadores claves para el Puebla también se mencionan menos de lo que se merecen. Por eso hoy vamos a hablar de tres de ellos, piezas claves en la consolidación del equipo de la Franja en Primera División durante los años setenta, dos de ellos todavía vivieron el primer campeonato aunque no tuvieron participación en la liguilla. Hoy, en el marco del septuagésimo noveno aniversario del Puebla vamos a recordar a Moisés Camacho, el guardameta que más partidos jugó defendiendo a los Camoteros, de Juan Manuel Borbolla y de Silvio Fogel, uno de los máximos goleadores en la historia del club.

Los tres también representan una etapa del futbol mexicano donde los futbolistas tenían que ganarse un lugar en las oncenas y una vez ganado tenían que ofrecer regularidad, se jugaban torneos largos de treinta y ocho jornadas, los futbolistas más utilizados terminaban con números de más treinta jugados, no como ahora en los que nos sorprendemos de que cierto jugador disputó los diecisiete partidos de estos torneítos vigentes desde 1996.

Moisés Camacho (27 de abril de 1947) inició su carrera en el Zacatepec en la 70-71 (donde todos los porteros fueron nacionales), debutó el 28 de febrero de 1971 en el empate sin goles entre los Cañeros y el Irapuato, mientras que el 2 de mayo inició una seguidilla de 99 partidos consecutivos que finalizó en 1973. Ernesto Candia fue el técnico que debutó a Camacho que en esa primera temporada compartió créditos en la portería de la escuadra de Morelos con Raúl Orvañanos. Para la campaña 75-76, Camacho cambió de aires al llegar a los Toros del Atlético Español que jugaban en el Estadio Azteca, fue pieza clave en el campeonato de CONCACAF que obtuvo la escuadra capitalina ya que fue titular en todos los encuentros: Eliminó al Monterrey, derrotó dos veces al Saprissa y derrotó al Transval de Surinam en la final, fue el único título de los Toros en su corta vida en el futbol mexicano. En la 76-77 tuvo el promedio más bajo de goles recibidos con .82 en más de veinte partidos disputados y detuvo un penal, aunque en la 77-78 perdió protagonismo con Gregorio Cortés.

Para la 78-79 volvió a cambiar de aires llegando al Puebla de la Franja donde viviría momentos estelares y todavía ofrecería muchos años, fue la directiva de Leonardo Ortiz la que trajo el guardameta originario de Iguala, Guerrero; en esa directiva fungía como asesor técnico el gran Isidro Lángara quien como entrenador le había dado al Puebla su segunda copa en 1953 ante el León y que como jugador fue un goleador de época en España, México y Argentina, también estaba Manolo Lapuente como secretario técnico y Emilio Maurer como vicepresidente. Pese a ser una campaña en la que el Puebla tuvo tres técnicos por la salida de Juan Ricardo Faccio en la fecha once quien renunció previo a viajar a Veracruz, Manolo Lapuente tomó un interinato de dos juegos y Carlito Peters terminó la temporada donde el equipo de la Franja finalizó con más puntos que América y Monterrey pero no entró a la liguilla porque el reglamento estipulaba que sólo los dos primeros lugares de cada grupo (había cuatro) avanzaban a la “fiesta grande”.

En su campaña de debut, Camacho jugó treinta y tres partidos, treinta de ellos completos y recibió 42 goles, Oscar Mascorro jugó los otros ocho, cinco de ellos completos aceptando otros siete tantos. En la 79-80 apareció en 37 partidos, treinta y seis de ellos completos. Se mantuvo hasta la 86-87 donde jugó diez partidos, nueve de ellos completos; en la campaña del campeonato (82-83) apareció en veintiséis partidos, todos ellos completos con treinta y dos goles en contra pero perdió la titularidad con Pedro Soto quien fue el arquero titular en la liguilla donde se derrotó a los tres equipos de Guadalajara: Tecos en cuartos de final, U de G en semifinales y las Chivas en la gran final. De acuerdo con Isaac Wolfson (qepd) en su libro “Los Guardametas del futbol mexicano”, Moi Camacho sumó 421 partidos en su trayectoria con Zacatepec, Atlético Español y Puebla, con la Franja disputó 200 juegos recibiendo 262, Moi regaló estampas de ese futbol setentero en el Estadios Cuauhtémoc, sus despejes muchas veces pegaban en las bocinas del inmueble que colgaban justo al mediocampo por lo que la acción se tenía que reanudar con un bote a tierra, eran los tiempos del Cuauhtémoc sin rampas.

Juan Manuel Borbolla llegó al Puebla en la misma campaña (78-79) que Moi Camacho, llegaba como figura ya que había sido campeón de liga y de copa con el América (no en la misma temporada) y también había jugado para el Atlético Español; Borbolla se desempeñaba por la banda izquierda; en Puebla destacó por su regularidad ya que jugó cuatro temporadas disputando 134 partidos, 101 de ellos completos y anotó diecisiete tantos. De la 78-79 que llegó donde jugó 36 partidos a la 81-82 en la que se retiró fue un hombre confiable, fino con la pelota, hábil, que fue compañero de los españoles José Martínez “Pirri” y Juan Manuel Asensi, además de Santiago Idígoras, en su paso por la Franja sufrió tres expulsiones, una en la 80-81 y dos en la 81-82. Al retirarse se quedó a vivir en Puebla donde es recordado por su habilidad y su fina estampa en la cancha.

Silvio Fogel fue clave para que el Puebla se mantuviera en la Primera División, sus goles significaron oxígeno para los camoteros en esos años setenta y es el tercer máximo golaedor en la historia del equipo sólo por debajo de Ricardo “La Changa” Álvarez quien marcó 93, 85 en liga y ocho en Copa, mientras que Carlos Poblete es segundo y Fogel es tercero con 84 pero todos ellos en liga ya que no había Copa en los años que militó en la Franja. Fogel llegó en la 75-76 quien antes había jugado para el Torreón y el América donde hizo seis goles. Esa 75-76 fue muy complicada para el Puebla que empezó la campaña con Antonio Figueroa como técnico pero en la fecha quince fue sustituido por Ángel Papadópulos quien no pudo levantar la nave, con él en el timón el Puebla no pudo ganar en once encuentros consecutivos hasta que el 16 de mayo de 1976 ganó en Toluca por uno a cero con gol de Fogel. El Puebla se salvó de jugar la liguilla por el no descenso al vencer 2-1 al Atlas con dos bellos goles del argentino que certificó su primera campaña con la Franja con diez tantos. Potosino y Atlante jugaron esa liguilla para no caer a segunda división y los Potros terminaron descendiendo.

Durante la  76-77 Fogel fue clave ya que alineó en 34 partidos, 27 de ellos fueron completos, anotó veinte goles y sufrió dos expulsiones para convertirse en el segundo jugador en la historia del equipo en alcanzar la doble decena de goles, tras Ricardo Álvarez quien en la 45-46 hizo 25, en esa temporada 76-77 el campeón de goleo fue Cabinho de los Pumas y Fogel compartió el subliderato con Berna García del Atlas, no hubo sobresaltos para el equipo de la Franja que terminó a media tabla con trece ganados, once empates y catorce derrotas con 49 goles a favor y 49 en contra. En la 77-78 regresaron los sustos ya que a falta de seis jornadas para la finalización  ocupaba la penúltima posición y en la 36 seguía hundido empatado con el Atlas en 27 puntos, con tres de ventaja sobre Curtidores que era el último, en la última jornada los poblanos empataron a cero ante los Tigres en Monterrey y mandaron a la liguilla por el no descenso a los Rojinegros y al Curtidores, en esa campaña el Puebla perdió veinte juegos, diez de ellos como local y Fogel bajó sus números a once goles en 32 juegos, veinte de ellos completos.

Su mejor temporada fue en la 78-79: 34 partidos, veinte completos y 21 goles, sin expulsiones, destacando su cierre ya que anotó en seis de siete partidos sumando ocho tantos en ese lapso. En la 79-80 (año en la que se estrenó el himno del Puebla), en una derrota de 4-1 frente a Cruz Azul, Fogel de penal marcó el gol mil en la historia del equipo y pese a que el equipo de la Franja finalizó en el décimo tercer lugar el argentino volvió a marcar veinte goles, tras lo cual emigró al Cruz Azul con los que jugó un año, se perdió otro en la 81-82 y regresó con el Puebla para ser parte de la nómina del primer campeonato ya que apareció en diez partidos marcando dos goles, uno el 5 de diciembre de 1982 en la victoria de 3-0 ante Monterrey en el marco de la fecha quince y su último tanto se produjo el 20 de marzo de 1983 cuando apareció al minuto dieciocho para darle ventaja al Puebla ante Potosino en un empate a dos en la fecha 31.

Son tres jugadores claves en la historia del Puebla, son tres jugadores que con sus actuaciones ayudaron a la Franja a consolidarse en el máximo circuito, los goles de Fogel salvaron a la escuadra poblana y los tres brindaron actuaciones que ayudaron a que la comunión con la grada se mantuviera, fueron parte importante para que una nueva generación de poblanos sintiera pasión por la Franja antes de que llegaran los grandes éxitos, pero sin duda en estos días que se hablará mucho de la historia poblana en el futbol, ellos merecen ser recordados y aplaudidos porque significaron mucho para un equipo modesto que quería empezar a crecer.

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