El enemigo de la Liga MX vive en casa

El enemigo de la Liga MX vive en casa
Miguel Caballero
Atando cabitos

Miguel Caballero / @doncabitos

La irrupción de la Leagues Cup, al menos en el papel, sugería una gran oportunidad para someterse a la “prueba y error” lógicos de la preparación rumbo a la Copa del Mundo de 2026, a disputarse en Estados Unidos, México y Canadá, con el objetivo de encaminar un evento a la altura de lo que el anfitrión suele ofrecer constantemente en la industria deportiva.

Desde el comienzo, este exótico torneo nos obligaban a mirarlo desde otra vitrina, la de la publicidad y el espectáculo, pero nunca desde la futbolística, dado el contexto que cada liga atravesaba; en especial, la mexicana, que apenas disputaba su tercera jornada cuando debió pausarse para entregarse de brazos abiertos a la caída constante y sonante de billetes verdes.

Sin embargo, la Leagues Cup ha significado un golpe seco y a la cabeza para el balompié nacional en general, pues además de ser notablemente rebasado en la cancha, se le ha maltratado con una facilidad alarmante; y lo peor, con el consentimiento de su propia dirigencia, la cual, se supone, debería proteger su producto y sus protagonistas contra viento y marea.

Más allá de las polémicas surgidas desde el comienzo del torneo, como lo es la protección arbitral a los equipos de la MLS (algunas más que evidentes, aunque el fanatismo a veces obligue a cerrar los ojos), y las cuales resultan incluso lógicas por lo que la más reciente de sus inversiones (Lionel Messi) significa no solo para este torneo, sino a nivel internacional (se habla ya, incluso, de integrar a los equipos estadounidenses a la Copa Libertadores), lo más preocupante ha sido el ninguneo solapado por Mikel Arriola, titular de la Liga MX, quien se ha limitado a decir que lo acontecido en este torneo es “bagaje” para el futbol de nuestro país; en especial, para los jóvenes.

Hace algunos ayeres, cuando los clubes mexicanos participaban en la Copa Libertadores, una de las asignaturas pendientes era conseguir ese famoso “piso parejo”, con el objetivo de redondear las grandes participaciones que clubes como Cruz Azul o Chivas (con sus respectivos subcampeonatos) habían protagonizado.

Sin embargo, el ‘roce’ que producía competir con el máximo torneo de clubes del continente americano y el segundo más importante del futbol mundial, hacía ver aquellos “atracos” como algo realmente formativo en lo futbolístico y en lo mental; no como el remedo al que el señor Arriola pretende justificar hoy en día.

El despropósito que la Leagues Cup ha significado para la Liga MX, no en lo estadístico ni por la pronta eliminación del 90% de los equipos nacionales, sino el entreguismo que el propio Mikel Arriola ha permitido, debería ser causa suficiente para regresarlo por la puerta donde vino y por la que nunca debió llegar. Se están tardando.

 

Miguel Caballero

@doncabitos

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