Raúl Valadéz: el amateurismo como razón de vida

Raúl Valadéz: el amateurismo como razón de vida
Miguel Caballero
Atando cabitos

Por Miguel Caballero / @doncabitos

Conocí a don Raúl Valadéz y Rivera hace ya algunos años, gracias a un amigo que jugaba para él en la Liga Mayor de fútbol de Puebla, de la cual, como es bien sabido, era fundador.

El objetivo de apersonarme en aquel partido no era otro más que hacerme un hueco en su equipo, pero al ver el nivel de jugadores que conformaban la plantilla, en una decisión muy acertada, elegí evitarme el ridículo y abandoné la misión.

Nos volvimos a cruzar poco tiempo después (por supuesto, ¿dónde más?, en un campo de fútbol). Con el marcador en contra, la frustración a lo que daba por el paseo que el Nacional, su equipo, líder de la competencia, nos estaba acomodando, y tratando de hacerme el rudo, se me hizo fácil insinuarle al árbitro que no se dejara impresionar por “el equipo de su patrón”. La roja vino de inmediato y camino a la banca, él sólo me observaba con un gesto, más que enojo, de decepción. Jamás habíamos cruzado más allá de un “buenos días” o un “hasta luego”, pero si algo sabía (como lo sabían todos los equipos de la liga y el amateurismo futbolístico poblano en general), era el tipo de competidor que don Raúl era.

A partir de ese momento, evité cruzarme con él si es que las agendas nos hacían coincidir en algún campo, pensando que, con sobrada razón, pudiera hacerme algún reclamo o dejarme en evidencia por mi ignorante comentario. Muy por el contrario, cada vez que nos encontramos, lo único que recibí de su parte era una sonrisa, una palmadita en el hombro y un “buena suerte” antes del partido.

En los años siguientes, los encuentros fueron muchísimo más esporádicos, casi nulos. Sin embargo, fue a finales del pasado 2022, gracias al nacimiento de GRADA, que nos reencontramos. Más de un domingo, con el pretexto de cubrir algunos partidos de la tradicional Liga Mayor Ibérica, pudimos conversar, recordar anécdotas e, incluso, fantasear con proyectos a futuro.

La última ocasión que coincidimos fue a principios de este 2023. En su oficina, rodeados de un sinfín de trofeos, balones, papeles atiborrados de partidos programados y nombres de diversos equipos, al escuchar mis inquietudes por dedicarme al fútbol juvenil, se dio el tiempo de brindarme algún par de consejos y advertencias sobre lo que significa dicha labor, incluidos retos, tristezas, enojos y alegrías.

“Creo que el espíritu amateur, el amor hacia la tarea, es lo único que vuelve satisfactorio el tránsito por el trabajo”, dice el gran Marcelo Bielsa.

Me conmueve escribir este texto por la triste razón que lo origina. Siempre será una pena que personas como don Raúl, dueñas de un inquebrantable espíritu amateur, con una verdadera vocación de servicio y un amor puro por el fútbol, se adelanten en el camino.

Eso sí, estoy seguro de ser una de tantas personas que agradece haberse cruzado, aunque fuera por unos minutos, por el suyo.

 

@doncabitos

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