Por Miguel Caballero / @doncabitos
Aunque el estar involucrado en una fase de Liguilla lleva implícita la ilusión del “¿por qué no?”, lo cierto es que, en estas instancias, salvo la ‘sorpresa’ en turno, suelen darse los golpes de realidad para equipos como el Club Puebla, que pese a mostrar lapsos competitivos y de personalidad, terminan acusando la falta de ‘pegada’, así como de profundidad y calidad en sus plantillas.
La Franja concluyó su participación en el Apertura 2023, pero lo hizo superando, por mucho, las expectativas del más optimista de sus fanáticos, cayendo en una instancia que, dadas las circunstancias del comienzo del torneo, era más que imposible apostar por ella.
Y una vez finalizada esta maravillosa inyección de alegría, habrá que redirigir la conversación hacia el análisis de lo que fue este campeonato y en lo que la institución camotera deberá enfocarse para recomponer el rumbo desde la raíz y, sobre todo, sin esperar, como sucedió con la llegada de Ricardo Carbajal, un nuevo “golpe de suerte”.
La política de administración continuará fluyendo por el mismo camino, poniendo muy poca resistencia a los ‘billetazos’ que pudieran llegar por algunos de los futbolistas que gracias a la ‘resurrección’ en el banquillo, lograron dar grandes resultados y ahora tienen puesta encima la mirada de más de uno.
Sin embargo, la cuestión en este famoso “modelo de negocio” (que tantos desencantos ha generado), ante su inevitabilidad, será la capacidad de realizar una adecuada planificación que ayude a la Franja a evitar ridículos como el de la “era Arce” y, por el contrario, seguir siendo un equipo competitivo.
La nueva dirigencia del Club Puebla tiene un enorme reto por delante; pero sobre todo un potencial tremendo por ‘explotar’, protagonizado por una afición que, una vez más, dio cátedra de dignidad y apoyo (a su cuerpo técnico y jugadores), y que no necesita de provocaciones baratas para probar su amor por los colores.
Ojalá que en los próximos días podamos comenzar a apreciar verdaderas muestras de interés y disposición, en primera, por resarcir los daños recientes; y en especial, por conformar un verdadero proyecto deportivo que provoque esperanza con argumentos sólidos…
¡Ya estuvo bueno de milagros!
@doncabitos
