Con Saucedo y Carbajal, la Franja da señales de vida

Con Saucedo y Carbajal, la Franja da señales de vida
Miguel Caballero
Atando cabitos

Miguel Caballero / @doncabitos

Durante los últimos días, el Club Puebla ha brindado señales de querer regresar a un camino de coherencia, sensatez, trabajo y respeto: la llegada de Gabriel Saucedo Torres y la confirmación de Ricardo Carbajal como mandamás del primer equipo dan fiel muestra de ello.

En el tema administrativo, en específico sobre Saucedo Torres, quien llega como nuevo director general de la institución, las referencias de su círculo más cercano son maravillosas. Profesionalismo, perfil alejado de las poses y fanfarronerías y, en especial, un gran trato humano con su grupo de trabajo son sus grandes cartas de presentación. “De la gente que debe estar llena la industria del fútbol”, comentan por ahí. Y como dice el refrán, “tomando de quien viene” dicha información, mi fe es ciega.

En el plano futbolístico, es irrefutable que el cambio de mando ha caído de maravilla en el interior del equipo, el cual se ha mostrado más ligero, con un mayor criterio futbolístico e incluso, sin perder de vista el contexto del rival al que recién se enfrentó, que en absoluto es su culpa, la Franja llegó a dar una exhibición que dejó como saldo una sonrisa enorme, sincera y balsámica a sus aficionados.

El único detalle –a mi criterio, si no imperdonable, sí profundamente criticable –fue el evidente –y mágico –cambio de actitud por parte de algunos futbolistas, que en muy pocos días recobraron la memoria futbolística y la dignidad deportiva. Siguen sin entender que más allá de la incomodidad que puedan tener con un entrenador, se deben respeto, primeramente, a ellos mismos como profesionales; y en segunda instancia, a la afición, que ninguna culpa tiene de los egos y demás barbaridades internas y cuya única ilusión y gusto, por el cual realizan demasiados esfuerzos, es disfrutar de su equipo. Ojalá que lo recuerden más seguido.

En textos anteriores agradecí la sensatez, educación y gratitud del profesor Ricardo Carbajal para con la afición (a través de los medios de comunicación); gestos que hace tiempo no se veían desde el puesto que hoy ocupa y que dignifican a su gremio. La consecuencia (o premio, según se quiera ver), hoy le ha llegado.

Esperemos que el “profe” Carbajal tenga muy claro que esta afición, lejos de lo que se pueda asumir, está lejos de ser irracional o ignorante; y muestra de ello ha sido que en apenas dos partidos ha sido lo suficientemente capaz de reconocer a aquellos que priorizan el reconocimiento colectivo sobre el brillo individual.

Que no le quepa duda alguna que tendrá su respaldo siempre y cuando, partido a partido, conferencia a conferencia, palabra por palabra, muestre la valentía y el orgullo de defender este escudo y esta historia.

Mientras esa sea su premisa, el próximo mes de diciembre sólo será el principio de un valioso viaje. Enhorabuena.

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