Alex Rabus, el hombre que toca el infinito

Alex Rabus, el hombre que toca el infinito
Rosa María Lechuga
Cartas desde París

Cartas desde París por Rosa María Lechuga 

A Renata, gracias por su generosidad

En el camino des Péreuses hay un pequeño secreto que se revela ante mí.

Detrás de esa sonrisa, franca y honesta, un día existió un obrero, hoy convertido en pintor.

En la galería Griffon en la ciudad de Neuchâtel, se llevó a cabo una exposición del artista Alex Rabus de sus últimas obras de arte.

Lejos de la mundanidad, Rabus explora el mundo mágico de los colores, de los animales, de los sueños, pero también de las emociones y de los pensamientos, los más profundos a través de sus cuadros.

¿Su favorito de la exposición?

“Las vacas haciendo gimnasia”.

Para Alex, como sus amigos lo llaman – y también sus admiradoras-, la alegría de la vida se refleja en su trabajo y su atracción por la naturaleza, elemento indispensable para él.

En complicidad con su hijo Leopoldo, crearon el cuadro “El y los otros” también expuesto en la galería Neuchâteloise, prueba de que una existencia sin fantasía no es posible.

Mucho menos sin la complicidad entre un padre y un hijo.

Al menos, en su mundo… (y en el mío también)

Lleno de Ángeles… (tan necesario en este mundo tan loco que vivimos)

Lleno de luz… (sobre todo en el momento cuando realmente la necesitamos)

Lleno de un espíritu de magnanimidad en las cosas, las más simples de la vida, como una flor, una buena película, una copa de champagne o una página leída de Las Noches Blancas de Dostoïevski.

Alex Rabus, el hombre que hace homenajes a Erick Satie.

El hombre que canta con las manos y que alimenta el universo a través de sus lienzos.

Alex Rabus, el hombre que toca el infinito.

lai3

Sur le chemin des Péreuses, il y a un petit secret qui se dévoile devant moi. 

Derrière son sourire, franc et honnête, un jour a existé un ouvrier, aujourd’hui c’est un peintre.

A la galerie du Griffon de Neuchâtel, Alex Rabus a exposé quelques tableaux de ses derniers travaux. 

Loin des mondanités, Rabus explore le monde magique des couleurs, des animaux, des rêves, mais aussi des émotions et des pensées les plus profondes à travers ses tableaux. 

Son favori ? 

« Les brebis faisant la gymnastique » 

Pour « Alex », comme ses amis - et ses admiratrices- l’appellent, la joie de vivre se reflète dans son travail et son attrait pour la nature, élément indispensable pour lui. 

En complicité avec son fils Léopold, ils ont composé le tableau « Lui et les autres » - également exposé dans la galerie neuchâteloise - preuve qu’une existence sans la fantaisie n’est pas possible.

Non plus de la complicité entre un père et un fils. 

Au moins dans son monde… (Et le mien aussi) 

Plein des Anges… (Si nécessaires dans ce monde fou quenous vivons) 

Plein de la lumière… (Au moment où nous en avons besoin)

Plein de l’esprit de magnanimité dans les choses les plus simples de la vie comme une fleur, un bon film, une coupe de Champagne ou une page lue des nuits blanches de Dostoïevski.

Alex Rabus, l’homme des hommages à Erik Satie.

L’homme qui chante avec les mains et

qui nourrit l’univers avec ses toiles. 

Alex Rabus, l’homme qui touche l’infini.


@laituecita