Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
El lopezobradorismo trazó una estrategia electoral altamente compleja que, sin embargo, es viable, para garantizar que Morena y sus partidos aliados tendrán la mayoría calificada compuesta en el Congreso de la Unión y, particularmente, en el Senado de la República alcanzará a conformar, más que una aplanadora, un buldócer legislativo invencible para las votaciones, sobre todo las constitucionales.
La semana pasada, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, Mario Martín Delgado Carrillo, anunció que la alianza que han conformado con los partidos del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM), para la elección presidencial y legislativa federal, se dividirá en el caso específico de 12 de las 32 entidades del país, en la elección al Senado de la República.
La meta es conseguir en esa docena de entidades los tres senadores que de manera natural se eligen por cada estado en las urnas. Es decir, aplastar a la oposición y, en esas 12 plazas, no dejarle ni siquiera los premios de consolación.
De ser así, y con base en el total de los 128 integrantes de la Cámara Alta, Morena y sus aliados podrían conseguir alrededor de 95 senadores y senadores o más, una cifra por encima de la mayoría calificada (dos terceras partes, es decir 85) y un número de escaños que nunca antes en el país, en toda su historia, ni siquiera proporcionalmente ha conseguido antes ninguna fuerza política.
Pero se requiere una operación quirúrgica de alta eficiencia, para conseguir eso que quiere el presidente Andrés Manuel López Obrador para terminar y aprobar sus reformas en el último mes de su mandato, entre el 1 y el último día de septiembre de este año, y también necesita para un gobierno sin sobresaltos legislativo-políticos, la futura presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Veamos: la alianza se romperá en 12 estados entre los partidos lopezobradoristas, pero se mantendrá en los otros 20. Se ha calculado que en esas 12 entidades se puede aplicar la estrategia de ir por los tres senadores (as) que se definen en las urnas.
Puebla está ahora mismo en el análisis de ir en esa posibilidad.
Hay que recordar que la Constitución establece que se eligen dos senadores por mayoría relativa, es decir, entra la primera y segunda fórmula (porque van en dupla), que ganan la elección.
Luego, entra solamente la primera fórmula del partido o la alianza que queda en segundo lugar en los votos, lo que se denomina primera minoría; eso que algunos han llamado, para simplificar, “gran perdedor”.
Siendo así, Morena y sus aliados quieren incluso quitarle ese lugar, como derrotados, a la oposición, en esas 12 entidades y han calculado que es viable.
Es decir, sacan de la alianza, por ejemplo, al PVEM, lo mandan a competir solo, con el objetivo de que quede en segundo lugar en la votación, arrebatándole esa posición natural de derrotada a la alianza opositora.
De ser así, en esas 12 entidades el lopezobradoristmo, con sus partidos, lograría 36 escaños, más 40 que da por descontados que ganaría el llevarse los dos senadores (as) de mayoría relativa en los 20m estados en que va la alianza completa, más los que consiga de Lista Nacional (plurinominales), la cifra podría alcanzar los 95 senadores y senadoras.
Se trataría de una máquina legislativa imparable y blindada ante cualquier estrategia que, en votaciones, pudiera implementar la oposición.
Nada habría imposible para ese buldócer de senadores: reformas a placer, incluso constitucionales.
Suena difícil. Pero no imposible.
@Alvaro_Rmz_V
