El Madrid de Bellingham

El Madrid de Bellingham
Miguel Caballero
Atando Cabitos

Miguel Caballero / @doncabitos

Hey Jude, don't make it bad,
take a sad song and make it better.
Remember to let her into your heart,
then you can start to make it better…

Después de la trepidante clasificación a las semifinales de la Copa de Europa, su eterna enamorada, el destino le preparaba al Real Madrid una cita que, si bien se antojaba ideal para dar por sentenciado el título de LaLiga, representaba también una trampa profundamente peligrosa.

Aunque dista mucho de aquellas épocas que realmente paralizaban al mundo entero (hace poco más de una década atrás), el Clásico de España ponía a prueba la condición física y, sobre todo, mental de los merengues.

Esto, pues un tropiezo podría complicar los planes de Carlo Ancelotti y su staff de cara a la recta final de la temporada donde, ya con el campeonato casero completamente amarrado y fuera de cualquier peligro, el foco debería estar completamente dirigido a “la Decimoquinta”.

Y el tropiezo estuvo a punto de llegar. Pero el guionista detrás del mito blanco hizo un nuevo acto de aparición para agregarle un nuevo capítulo, cardíaco y feliz, a la leyenda del mejor equipo en la historia del fútbol. Y lo hizo a través, nuevamente, de su personaje predilecto durante esta temporada: Jude Bellingham.

Bellingham, actualmente posicionado como el preferido para conquistar el Balón de Oro de esta temporada, volvió a dar muestra de que ha nacido no sólo para jugar en el Real Madrid, sino para liderarlo con toda la autoridad posible.

El ‘heredero’ de Zinedine Zidane en la Casa Blanca, una vez más, volvió a hacer lo que los elegidos para comandar la camiseta merengue deben: aparecer en los momentos importantes para dar golpes de autoridad y decisivos, y así protagonizar las gestas que siguen construyendo la grandeza del Madrid.

Al igual que en la primera vuelta, su primer “Clásico”, Bellingham apareció por sorpresa (aunque todos los madridistas lo deseaban y lo esperaban), para marcar el gol de una victoria trabajada y merecida, finiquitando la liga 36 en el palmarés merengue y, sobre todo, permitiéndole a su equipo poner toda su concentración en la verdadera motivación y anhelo de los madridistas, hoy y siempre: la Copa de Europa.

Bellingham, de quien tantas dudas se pusieron encima y a quien tantas veces se le consideró un mero golpe más de la “infinita suerte” del conjunto merengue, con apenas 20 años de edad y en su primera temporada como futbolista vikingo, ha vuelto a demostrar que es un futbolista especial y único, sobre el que el Real Madrid puede edificar una nueva época apabullante y gloriosa. Na na na nana naná…

 

Y recuerden: la intención sólo la conoce el jugador.