La izquierda en México, dos retratos

La izquierda en México, dos retratos
Rodolfo Huerta
Bocetos de campaña

Bocetos de Campaña escribe Rodolfo Huerta Espinosa

Eran las postrimerías del siglo XX, el partido dominante en México padecía una crisis interna jamás imaginada hasta entonces, las luchas internas antagónicas del partido heredero de la revolución mexicana, dio origen a la primera gran ruptura del hasta entonces partido hegemónico. Era 1988, nace el Frente Democrático Nacional, las izquierdas en México cobijan y apoyan al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas a quien le es arrebatado el triunfo que legítimamente, la ciudadanía le había otorgado en las urnas.

Mucho se ha debatido y escrito sobre el tema, sobre la memorable “caída del sistema”, lo cierto es que la historia contemporánea de nuestra patria registra que estos hechos sacudieron al sistema político nacional y dieron paso a nuevas formas de composición partidista, nace la lucha organizada de la sociedad a través de varios partidos políticos de izquierda que más tarde aglutinaría el Partido de la Revolución Democrática.

Quienes éramos jóvenes en esas décadas, vivimos y nos formamos con la lucha que desde el partido nuevo organizábamos para, desde la oposición, enfrentar los embates del neoliberalismo que desde las derechas, una la derecha clerical desde el PAN y la otra desde la centroderecha, hacía de las suyas en el PRI. Como escribió el premio nobel de literatura José Saramago en su “Ensayo para la ceguera”, lo único que los hacía diferentes era la hora que acudían a misa, muchas veces antagonistas solo en el discurso, y acordando debajo de la mesa las formas más elaboradas para beneficiar a potentados y oligarcas, dando siempre la espalda al pueblo.

El PRD se fue nutriendo de empresarios y líderes políticos nacionalistas, otorgando espacios que hasta ese entonces estaban limitados solo a la clase política. En aquellos años el único partido de izquierda que permitió a simpatizantes sin militancia, acceder a puestos de elección popular. Su crecimiento y aceptación fue tal, que puso en jaque al otrora partido mayoritario.

El arribo del nuevo milenio trajo consigo la posibilidad de que, por primera vez, un candidato emanado de la izquierda llegara al poder. El decadente PRI recurrió a todas las argucias y de la mano de PAN, en 2006, una vez más, le robaron la Presidencia de la República a quien contendió por ese cargo, AMLO.  

Fueron años de lucha y movilizaciones, la izquierda, como fustigaban las derechas, “llenaba plazas, pero no urnas”. Incontables veces fuimos testigos de la muchedumbre que saturaba el zócalo y las plazas públicas de las principales ciudades de nuestro país. El crecimiento del PRD fue tal que al interior surgieron fuerzas internas, las denominadas “tribus” que terminaron por dinamitar el futuro promisorio de las izquierdas aglutinadas en este partido.

Fueron esos abusos que originaron el surgimiento del Movimiento de Regeneración Nacional con el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, convertido hoy en el Partido Morena que para fortuna de nuestra patria hoy gobierna desde 2018. La izquierda ha cambiado, antes como oposición, nos motivó a creer en la democracia y a no perder la esperanza, nuestras movilizaciones eran como siguen siendo ahora, espontáneas, solo necesitábamos un altavoz, un sombrero y mucha entereza para demandar y exigir se atendieran el abandono y los reclamos, nunca escuchados, del pueblo.

Ahora, a través de MORENA, la izquierda es el crisol donde tienen espacios para la participación, aquellos que antes no encontraban cabida en los partidos políticos tradicionalistas, pero también lo es para otros tantos que recapacitaron y decidieron estar en “lado correcto de la historia” para apoyar las causas justas, que son las causas de los que menos tienen. Hoy la izquierda en México vive una etapa de puertas abiertas, porque el único requisito, como lo han dicho nuestros líderes, es “amar a México”.

@rohuere