Ir o no ir al Cuauhtémoc: esa es la cuestión

Ir o no ir al Cuauhtémoc: esa es la cuestión
Miguel Caballero
Atando Cabitos Club Puebla Estadio Cuauhtémoc

Miguel Caballero / @doncabitos

La duda, hace algunos años, me habría parecido completamente sin sentido y, sobre todo, demasiado fácil de responder.

En aquellas épocas donde –como suele decirse –acostumbraba “repartir carnets” de buen aficionado de la Franja, la ausencia de la gente al estadio Cuauhtémoc era de mis cosas predilectas de juzgar.

Me parecía completamente absurdo que la gente abandonara al equipo que, decía, “según ama”. Pero años después, este juicio se me ha vuelto totalmente en contra.

Sin la mínima intención de decirle a la gente lo que debe hacer –sirve que me protejo de que busquen hacerme lo mismo –creo fervientemente que la mejor manera de ‘rebelarme’ ante la burla recibida por la gente que dirige al equipo de mis amores es dejando mi butaca vacía.

Estoy consciente que las primeras respuestas que pueden surgir ante ello serían algo así como: “Hazte sentir en el estadio”; “Quéjate, pero en directo”; o incluso algunas expuestas por propios directivos, tales como: “Que nos mienten la madre, no hay problema. Pero aquí, en el estadio”.

Por supuesto, suena lindo, casi algo así como un acto heróico, pero esconde la premisa de los empresarios de esta peculiar industria: “Haz lo que quieras, pero aquí, donde me consumes y me sigues dejando tu dinero”.

La actualidad del equipo es triste y no se ve para cuándo tenga solución. Y a pesar de ello, lo único que la afición sigue recibiendo son burlas.

Algunas de ellas protagonizadas por el actual director técnico, Fernando Aristeguieta, como las declaraciones realizadas tras el partido ante San Luis, donde destacó la ‘disposición’ de sus futbolistas. Tal vez piense que así no le jueguen en contra como algunos le hicieron a su antecesor.

Otras, realizadas por algunos jugadores, pues basta con ver la displicencia en las anotaciones de los potosinos.

Y otras más por los directivos, como los precios de los boletos para el juego de este viernes ante Atlas, que son un absoluto ridículo. Si el objetivo de esta gente es alejar a lo que queda de afición, lo están cumpliendo con una precisión asombrosa y un cinismo a prueba de todo.

Sin temor a equivocarme, este debe ser el texto con mayor desgano que he realizado durante muchos años sobre mi Franja (o lo que queda de ella).

Esta noche deseo un estadio Cuauhtémoc absolutamente vacío; tanto, que sirva de pretexto para que esta gente tome su franquicia y se la lleve adonde más le plazca.

Y recuerden: la intención sólo la conoce el jugador.

 

Miguel Caballero

@doncabitos