
Alfredo González
GRACIAS, MI FRANJA
Pan y circo escribe Alfredo González
Volvimos
Pan y circo escribe Alfredo González
Paremos ya la mano, por favor
Pan y Circo escribe Alfredo González
Tendida la cama, vamos a jugar
Pan y circo escribe Alfredo González
Thank you, Marcelo
Hace unos días estaba en casa, mi hija gritando y saltando de sillón en sillón con nuestra perrita Blanca, la lavadora casi estallando ante los cerros de ropa, el chico del gas avisando que la pipa pasaría y el jardinero dándole rienda suelta a su cortadora. A pesar del desastre que esto suponía, yo trataba de calmarme suplicando por mensaje de paz.
Entré a twitter y me topé con un tuit de Felipe Sebastián Muñoz, narrador de Sky: “ahora entiendo el por qué todo el mundo habla sobre la entrevista que Pep Guardiola le concedió recientemente a Telemundo Deportes. Estoy extasiado. Te sugiero verla con papel y lápiz. Alucinante”. Agradecimiento eterno al ídolo chileno. Se hizo la paz.
A pesar del desastre entre sala y comedor, el mensaje estaba ahí y decidí buscar y darle play a la entrevista, aislarme con audífonos y a disfrutar mientras el mundo ardía a mi alrededor. Verónica Brunati nos llevó a un escenario fascinante en donde Pep nos confirmó el por qué de su éxito en los banquillos. Una brutal gestión de grupo y una pasión desmedida por la pelota.
Durante la charla nos encontramos unas cuantas flores a Marcelo Bielsa, el famoso ‘Loco’, quien ha sido duramente criticado por su falta de títulos, pero tan alabado por los mejores técnicos y por sus dirigidos. Pep dijo: “Cada jugador que ha estado con Marcelo hay un antes y un después en sus carreras y personales. Cuando juegas contra sus equipos tienes que hacer cosas que, durante todo el año no tienes que hacer nunca. Es un dolor de muelas”.
En su último trabajo, Marcelo Bielsa estuvo tres años y medio en el Leeds United de Inglaterra. Cuando llegó en 2018, el equipo se encontraba en la Championship, segunda categoría del futbol inglés. El italiano Andrea Radrizzani recién había adquirido al club y el objetivo era volver a la Premier League. En su primer año, Bielsa coqueteó con la Primera División pero se quedaron en el camino. A pesar del ‘fracaso’, las sensaciones eran buenas porque se había recuperado la identidad y se ganó algo más que un ascenso: el respeto de la hinchada.
En su segundo año logró el objetivo, campeón de la Championship y de vuelta a la Premier League. El futbol que desplegaba el equipo de Marcelo era seductor. Jugadores por los que no dabas ni un céntimo, volaban en el campo, tenían una mentalidad inquebrantable. En su regreso a Primera, el club cerró la temporada en noveno lugar, muy lejos de zona de descenso y a tres puntos de zona europea. La mejor cosecha de puntos de un recién ascendido desde 2001.
Desafortunadamente el segundo año al frente del Leeds no continuó con esta línea ascendente. Tras cuatro derrotas consecutivas y estar cerca de zona roja, Marcelo Bielsa fue despedido del club en febrero pasado. El presidente del Leeds United, Andrea Radrizzani, dijo: “Esta fue la decisión más difícil que he tenido que tomar durante mi mandato en el club, teniendo en cuenta todo el éxito que tuvo Marcelo. Tuvimos tres campañas increíbles y los buenos tiempos regresaron a Elland Road. Cambió la cultura del club y nos trajo una mentalidad ganadora a todos. El ascenso seguirá durante mucho tiempo en el recuerdo de los aficionados", siguió Radrizzani.
Todo esto se vió reforzado por la afición del Leeds United con un hecho sin precedentes. Y es que la hinchada white compró una de las páginas de 'La Capital', el periódico decano de Rosario, ciudad de nacimiento de Marcelo para agradecerle todo lo que hizo por el club. Con un 'Thank You' como bandera, los aficionados dedicaron un emotivo mensaje: “Nos paramos bajo el sol de agosto de 2018 hipnotizados por un fútbol que no sabíamos que era posible.
Y volvimos a sentir algo.
Nos recordaste que el fútbol puede ser hermoso, y que un equipo puede ser más grande que la suma de sus partes.
El de al lado antes que uno mismo. Side before self.
Y nos diste mucho más que fútbol. Nos guiaste a través de una pandemia y nos acercaste mientras estábamos separados.
Nos mostraste que la integridad y la decencia importan tanto en los buenos tiempos como en los malos.
Aceptaste nuestros miedos y convertiste nuestra desesperación en esperanza, y a nuestros futbolistas en héroes. Nos mejoraste a todos.
Restauraste nuestro orgullo, nos diste alegría y creaste preciosos recuerdos que durarán toda la vida.
Y fue hermoso, Marcelo. Y siempre será tan hermoso. Gracias”.
Ahora vengan a decirme que lo único que importa en el futbol es el resultado, un campeonato o un ‘ganar como sea’. Aprendamos, valoremos y mientras eso sucede, Thank you, Marcelo.
Por Alfredo González
Bendita crisis
Pan y Circo escribe Alfredo González
¿Qué te hicieron, mi estadio Azteca?
Once años tenía cuando mi padre dijo visiblemente emocionado -¡Mi chango, busca la playera de Jorge Campos, agarra tu bandera que el domingo nos vamos al Azteca a ver a la Selección Mexicana!-. De inmediato rodó una lágrima por mi mejilla, ¡por fin iba a conocer el estadio Azteca!
Debo decir que el viaje desde Puebla no comenzó de la mejor manera. Rumbo a la Ciudad de México, hicimos varias paradas en la carretera. Mi tío, afectado por la falta de refresco de Cola la noche anterior, tenía inconvenientes y pedía cada 10 minutos que el carro se detuviera. Recuerdo que tardamos más de 4 horas para llegar al Coloso de Santa Úrsula, una eternidad entre súplicas de silencio por la resaca, un padre histérico porque ya se hacía tarde y un chamaco de 11 años ansioso e inquieto.
El techo del estadio se asomaba tibiamente entre las casas de la Calzada de Tlalpan. El marco era imponente. Playeras verdes por todos lados, sol que pegada a plomo, banderas tricolores con el característico “lleve la bandera, la bandera, la bandera”. Había caras pintadas, mariachis en la explanada y unas fantásticas gorras rojas que regalaba Acdelco. En la cancha México tenía lo suyo con jugadores de pie exquisito como Alberto García Aspe, Benjamín Galindo, Pável Pardo y un folclórico arquero como Jorge Campos. Todos eran aplaudidos por el simpático Aguigol, una botarga que iba dando la vuelta olímpica con la bandera Tricolor.
México goleó 5-0 a El Salvador prácticamente sin despeinarse. A pesar de enfrentarse a Cerritos y Cienfuegos, referentes de La Selecta, el Tri de Bora Milutinovic fue implacable. Doblete del ‘Maestro’ Galindo junto a tantos de Aspe, Luis García y Zague, redondearon la tarde ante 112 mil espectadores.
Esta era mi motivación para asistir el jueves pasado, ahora con mi hija para transmitirle lo que era ver a la selección en el estadio Azteca. Confieso, mi decepción fue inmensa. No sé en dónde quedaron esas tardes en las que el Azteca era un fortín que se llenaba de verde, con banderas en todo lo alto, con afición cantando el Cielito Lindo, presionando al rival. Playeras negras, rosas, blancas y uno que otro con la camisa godín. Hoy el estadio ya no se pinta de verde y lo entendemos cuando la mercadotecnia se sobrepone a la identidad. En la cancha, por supuesto no era la excepción. Jugadores de ‘élite’ sin ese cobijo, apáticos y un técnico que va perdiendo las ideas conforme se acerca la Copa del Mundo y bueno, con una playera negra con rosa espantosa.
La tribuna cada vez se aleja más por las desafortunadas remodelaciones que se han hecho en los últimos años. Ahí se toma cerveza, se baila reggaetón, se grita put&@, se toma la selfie, se hacen tik toks, se echa unas cervecitas pero se ignora quienes son los Luis Hernández, los Cuauhtémoc Blanco, los Jared Borgetti, los Beto Aspe. No hay rastro de ellos. Hay invitados comerciales y gente que le interesa cualquier cosa menos apoyar a su selección y crear un ambiente hostil para el rival. Al medio tiempo se organizan dinámicas al vapor y se pone de fondo canciones en inglés como si se tratara de apapachar a Estados Unidos. A la entrada te topas con un bar que te regala experiencia, novedad pero cero identidad.
En fin, metemos al máximo rival del área a un escenario cómodo, a las 8 de la noche, ante la mitad del estadio que pesa como si estuvieran 5 mil personas, en un clima agradable que hasta al mismo Landon Donovan le sorprendió. Sí, aquel que preguntaba ¿en dónde está México? rumbo a Alemania 2006, aquel que nos echó en Corea-Japón 2002. Algo estamos haciendo mal.
¿Qué te hicieron, mi estadio Azteca?
Por Alfredo González
@AlfredoGL15
Martino se va
Pan y Circo escribe Alfredo González
¿Se acabará el negocio?
Pan y circo por Alfredo González
Estamos condenados
Pan y circo escribe Alfredo González
Quitarse la playera
La columna de Alfredo González